Love, love, love

Capítulo 18

El día anterior.

Condujo tan rápido y enojado como podía estarlo.

La llamada que su novio le había hecho hacía un rato lo había hecho hacerse algunas ideas.

Ideas que esperaba poder descartar.

Llegó al apartamento de su amigo y golpeó la puerta con fuerza.

- ¿Quién es? – preguntó desde dentro.

- Yuta. Abre la maldita puerta –

El chino abrió y lo miró sorprendido.

- ¿Por qué mierda tocas así? Creí que alguien había venido a asesinarme –

- Yo voy a hacerlo – lo empujó dentro y cerró – Kun, ¿qué mierda hiciste? –

- ¿De qué estás hablando? –

- Por favor dime que no lo jodiste – juntó sus manos – dime que no se lo hiciste al mocoso –

- ¿A Jisung? – sonrió – sí lo hicimos, ¿por qué? –

- Imbécil – cubrió su rostro – eres un maldito imbécil –

- ¿Qué te pasa? –

- Kun – suspiró – creo que el niño está esperando –

¿Qué?

Sintió su corazón detenerse. Su respiración dejó de funcionar. Sin poder decir nada, retrocedió en sus pasos hasta chocar con los escalones de la escalera y de dejó caer en ellos.

- ¿Qué dijiste? – susurró inestable.

- No es seguro todavía –

- Mierda – murmuró antes de comenzar a hiperventilar - ¿cómo sucedió? –

- Tú dímelo – pidió exasperado.

- Es que... - negó – debí ser cuidadoso, yo... - enterró su rostro entre sus manos.

Yuta se cruzó de brazos y lo miró condescendiente por un rato.

- Está bien –

- Sí – lo miró – sí lo está –

Bien, no esperaba esa respuesta.

- ¿Hablas en serio? –

- Bueno, yo quiero un hijo – sonrió a medias – solamente me tomaste por sorpresa pero... -

- Kun – llamó cansado – estás hablando de alguien a quien abandonaste. Difícilmente quiere criar a un niño contigo –

- Pues no es como que tenga muchas opciones –

- Sí la hay – recordó – hay otra opción –

- Y yo no dejaré que suceda – se levantó – si él no lo quiere, bien, es mío, pero creo que podré convencerlo de quedarse conmigo también –

Puto cretino demente.

¿Estaba hablando en serio ese idiota? ¿Así de fácil? ¿Y los sentimientos? ¿Acaso eso no importaba?

Resignado, Yuta negó, soltando un sonoro resoplido.

Pero que estúpido.

- Pues bien, suerte – dijo palmeando su hombro – por si hay, o por si no lo hay, supongo que ambas son buenas noticias - medio bromeó.

- ¿Por qué aún no lo sabes? –

- Yo en realidad les recomendé esperar un poco, pero no sé si tomen mi consejo en cuenta – sonrió – les dije que esperaran una semana más –

Kun lo miró con el ceño fruncido y se levantó.

- ¿Qué? – preguntó el mayor a la defensiva.

- ¿Por qué te llamaron? –

Ah, eso

- Porque querían saber – obvió.

- Sí, pero ¿por qué a ti y no a mí? –

- Porque Chenle confía en mí – se encogió de hombros.

- ¿En serio? – entornó los ojos - ¿por qué? –

- Estás haciendo muchas preguntas – rió nervioso.

- Yuta – apretó los labios – tú no terminaste con Chenle ¿verdad? –

El mayor abrió la boca, pero no dijo nada.

Él no sólo no terminó con Chenle. Él estaba profundamente enamorado de él, su novio, y estaba en la relación más seria que había estado nunca.

- No pude hacerlo – admitió finalmente – en serio no pude –

- Idiota – espetó.

- Estoy enamorado – asintió – demándame –

- Vete de aquí – murmuró, subiendo las escaleras.

El otro jadeó ofendido.

- ¿Por qué estás enojado conmigo? –

- ¿En serio? – se detuvo y lo miró – tú dejaste... no. Tú me "recomendaste" que terminara con Jisung. Dijiste que tú lo hacías todo el tiempo y ésta no iba a ser una excepción. Ahora debe odiarme –

- ¿Estás culpándome de esto? –

- Sí – lo señaló – a ti y a tus estúpidos consejos que seguí sin detenerme a considerarlo porque confiaba en que harías lo mismo –

- No puedes – negó – no puedes hacerlo. Eres un maldito adulto –

- Y tú eres un amigo horrible – retornó su camino – vete, en serio –

El japonés lo miró expectante. Como esperando que dijera algo más, que lo detuviera.

Cuando Kun no lo hizo y terminó de subir al segundo piso, Yuta se quedó sin palabras.

Bien. Como sea.

Antes de hacer o decir otra cosa, suspiró desganado y se fue de ahí. Aunque no quería hacerlo. Kun era su mejor amigo, después de todo.

Y tenía razón en estar molesto, lo justo sería darle su espacio.

Ahora

Jisung descansaba su cabeza en el regazo del mayor, quien acariciaba su cabello con cuidado.

No podía dejar de mirarlo dormir.

Culparía al sentimiento de la expectativa, o al cariño con el que el menor lo había tratado frente a sus padres con fin de cuidar las apariencias.

O tal vez al hecho de que en realidad le agradaba pasar tiempo con él.

Durante el tiempo que estuvieron juntos, el chino encontró cierto placer en escuchar su voz hablando.

No importaba lo que dijera, él podría pasar horas solamente oyéndolo.

Se preguntó si su bebé sentiría la misma tranquilidad.

Rió divertido por su idea.

Tal vez ni siquiera había bebé y él ya estaba planeando ese futuro inexistente.

Miró al cielo y suspiró pesado.

- Por favor que lo haya – susurró esperanzado antes de caer dormido también.

Si recuerdan, Kun le había dicho a Yuta que a él le gustaba ver a Jisung dormir. No es nada nuevo. A él le gusta mucho Jisung.

Yuta le dijo que no se enganchara demasiado.

Pero bueno. Ahí están los dos.

Es todo por hoy, ¿dudas?