𝐒𝐞𝐢𝐬

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—¡No puedo creer que realmente acepte a hacer esto! Deberán subirme el sueldo, que estás chingaderas me están sacando ampollas ya.

—¡Las vas a romper, estúpido! —. La mujer pelirroja le dio un zape al alfa pelinegro.

—Cállate ya Yoongi, llevas más de media hora quejandote de los tacones—. Yugyeom rodo los ojos, mientras le pasaba una brocha de maquillaje a la femina quien terminaba de arreglar al rubio.

—¡Listo! Ya quedó, Hyunjin—. La pelirroja puso un espejo frente al alfa, para que esté se pudiera ver bien.

—Parezco un omega... Pero con cabello largo, ¿No? —. Inquirio.

El intento de Yoongi al querer parecer mujer fue un poquito fallido, pues seguía teniendo una que otra facción de alfa bien marcada, pero con Hyunjin era diferente.
Fácil podría pasar desapercibido como omega mujer y nadie lo notaría, ¿Curioso, verdad? ¿Qué no era un Alfa?

—Sí, sí, lo que digas. Ahora vamos ya, que no puedo más con este sufrimiento—. Chillo el pelinegro.

Los dos alfas se levantaron de las sillas, tratando de mantener la postura por aquellos tacones de casi quince centímetros que llevaban, recomendación de su amiga.

—Gracias Brinna, Yugyeom te llevará a casa después de esto—. Comentó el líder.

—De nada Hyunjin, es lo mínimo que puedo hacer por ti—. Sonrió, arreglando todas sus cosas y metiendolas a un maletín. —Por cierto, el tipo de gente que va a esos lugares son viejos rabo verdes asquerosos, así que no se me haría extraño si alguno les intenta meter mano.

—¿Mano? ¿A qué te refieres?—. Pregunto Yoongi, mirándose frente a un espejo y jugueteando con su falso cabello.

—Los van a nalguear, posiblemente traten de agarrarles una chichi o quieran que se siente sobre ellos. Cuidado—. Se encogió de hombros, tenía más experiencia que nadie en esos asuntos.

—Bastardos... —. Murmuró él rubio, para después indicarle a Yoongi que era hora de irse.

Ya casi iban a dar las diez de la noche, la hora en que todas las personas que trabajaban en clubs nocturnos llegaban a estos.
El rubio se despidió de su amiga, dejándole un par de instrucciones al morocho quien la llevaría hasta su hogar, mientes él y el pelinegro iban a lo suyo.

—Me gusta esta falda, se siente la libertad entre mi ser—. Comentó Yoongi.

—El vestido me queda muy apretado de arriba, me aprieta los pechos—. El rubio hizo un gesto de disgusto.

—Será los pechos de relleno, porque estás más plano que burro de planchar.

—Ja, ja, ja. Que comediante eres, ¿Te la metió un payaso?

—Tal vez sí, tal vez no... —. Sonrió. —Pensé que Brinna vendría con nosotros.

—No, desde lo que paso se alejo de ese mundo y le traen malos ratos.

—¿Y qué pasó?

—Cuando regresaba del club, un maldito infeliz borracho abuso de ella... Quedó en cinta, así que tuvo al cachorro y tuvo que buscar otro trabajo para mantenerlo.

—Ouh... —. Un silencio sepulcral hubo en el coche. —¿Ahora en qué trabaja?

—Conmigo, en Clover.

—Ah, ya veo. ¿Pero ella te presento a...?

—Sí, Yoongi. Ahora, omitamos eso que bajamos en esta cuadra.

El auto aparco una cuadra antes del lugar, para que ellos llegaran caminando y la gente no notará nada sospechoso.
Al entrar al establecimiento tuvieron que dar un par de billetes cada uno, y después fueron guiados al back stage dónde esperarían a que los clientes llegarán. Y como para todos los gustos hay colores, había de todo ahí; omegas, betas, mujeres y hombres.

𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 𝐋𝐢𝐚𝐫~ ᶜʰᵃⁿʲⁱⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora