𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 𝐋𝐢𝐚𝐫~ ᶜʰᵃⁿʲⁱⁿ

𝐃𝐢𝐞𝐬𝐜𝐢𝐬𝐢𝐞𝐭𝐞

Cuando tenía cinco años solía creer que las nubes eran de algodón de azúcar, a los doce creía en los superhéroes, a los quince en las historias de amor que su papá le contaba y ahora, a sus veinticinco años, creía en qué para su situación ya no había solución.

Así se encontraba, tratando de sobrellevar aquél cargo de consciencia que lo atemorizaba constantemente, día y noche sin descanso alguno.

El amanecer en la playa era lindo, el sol abriéndose paso entre el mar y las olas chocando contra la orilla eran una escena preciosa de ver.
Sentado en una de las sillas en el balcón, tratando de tranquilizarse por un momento, sintió el tacto de manos ajenas sobre sus hombros haciéndolo exaltarse y volteando a ver a su compañero... Ahora esposo, ante todas las de la ley.

Recargo su cabeza ante los brazos ajenos, buscando cariño sin querer llorar por las emociones y sentimientos que vivía el rubio.

-Tenemos que volver hoy, muñequito-. Acaricio su mejilla, posicionado aún detrás de él y mirando hacía el frente.

-Cómo quieras, Channie-. Cerró los ojos, emitiendo un quejido interno de dolor para no preocupar al mayor.

El castaño bajó su cuerpo hasta quedar a la par del rubio, acercando su cabeza con la suya y abrazándolo.

-No te preocupes, podemos volver cuando quieras, solo tenemos que encargarnos de ciertas personitas y podemos estar un poco más tranquilos.

Al escuchar aquello, su cuerpo se tensó al saber a quienes se refería Bang.
Simplemente asintió, no quería decir nada o pronto sentiría que podría morir de alguna u otra manera.

Tomaron juntos el desayuno antes de salir de la isla, Hyunjin cayendo rendido en cuanto subió al avión privado.

Mientras tanto Chan, se mantenía echándole un ojo a su terreno de distribución en Corea.

-Changbin-. Le hablo, haciendo que esté se acercara hasta su lugar.

-Dime.

-¿Noticias de Yuta y Suho? Necesito deshacerme de ellos ya, ¿Crees qué podamos hacer una tregua con los Yakuza? Abrimos mercado en Japón y tachamos un potencial enemigo en la lista, dos pájaros de un tiro.

-Es buena idea, pero me sigue pareciendo mejor el ir primero con China, Yukhei sigue atento con las ofertas y por parte de Taiwan, YiEn nos cedería el veinticinco por ciento del país a cambio del enlace directo a las armas que nos da JK-. Opinó el alfa, haciéndole saber al pura sangre que tenían muy buenas oportunidades en cuanto al negocio.

-Hyunjin es el del contacto con JK, en todo caso, necesito comentarlo con él primero antes de hacer algún movimiento-. Suspiro, chasqueando la lengua.

-Me parece bien, pero... ¿Ya pensaste cómo le dirás a tu madre y a sus padres que están casados ante la ley?

-Eso es lo de menos, pero necesito que me hagas un favor en cuanto lleguemos a Seul...

Changbin asintió a lo que el castaño le había pedido, obviamente no se podía negar.

El vuelo fue muy cortó, menos de cuarentena minutos y ya estaban pisando tierra nuevamente.
Chan tuvo que despertar al rubio, quién en cuanto subió al coche volvió a caer dormido en el hombro de Bang.

Últimamente el otro alfa había estado durmiendo mucho y susurraba cosas extrañas entre sueños, quizás debía preocuparse pero a lo mejor y era por el estrés que tenían los dos por los intrusos en su área.
Eso quería creer...

[...]

-Hogar, dulce hogar-. Murmuró él castaño cuando ambos bajaron del coche y quedaron frente a la mansión.