𝐃𝐢𝐞𝐜𝐢𝐨𝐜𝐡𝐨

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Y cómo el sol entrando a iluminar el día, las mentiras siempre salen a la luz.

Hyunjin parecía reprimir emociones, cómo lo hizo con una parte de él, con su parte Omega que oculto desde que se presentó así.
La parte de su vida que empezaba a amar, la persona que le decía que lo amaba, lo veía con desprecio después de leer ese mensaje que por supuesto sabía de dónde y de quién venía.

Chan enfurecido se levantó, quedando frente a él.

—¡Dime que carajo significa este mensaje, Hyunjin! —. Grito, casi al borde de perder la cordura.

—Chan... Yo, y-yo puedo explicarlo... —. No termino de hablar, el castaño lo había interrumpido.

—¡¿Qué putas me vas a explicar, Hyunjin?! ¡¿Qué todo este jodido tiempo me haz visto la cara de estúpido?! ¿Es eso, verdad? —. El castaño suelta una carcajada agria que logra erizar la piel del rubio.

Miedo, miedo puro recorría cada parte del cuerpo del menor, haciéndole saber que su peor pesadilla se estaba convirtiendo en realidad justo en ese momento.

Hyunjin tomo el celular de Chan, leyendo lo que el texto decía y de pronto un fuerte punzón en el pecho lo atacó sin remordimiento.
Sus lágrimas comenzaban a salir mientras obsevaba la cara de desprecio que el castaño le daba, cada palabra, cada momento, cada toque y cada roce de su amor se había empezado a destruir gracias a un simple mensaje de la persona que tiempo atrás había logrado romperlo a él.

—T-te juro que yo no quería hacerlo... —. Comenzó a explicárselo, mientras Chan se daba de vueltas en la habitación tratando de calmarse antes de cometer una locura. —Y-yo... Yo soy un Omega, mi hermano es el verdadero Alfa.

El castaño cerro los ojos, rogando por qué aquello fuera una broma, una de muy mal gusto, que lo mantenia casi que bufando del coraje.

Confianza, una simple palabra que implicaba demasiado y sobre todo en una vida cómo la que Christopher y su familia llevaban. El haberle confiado cada centímetro de él, de su hermano, su madre y su negocio entero a una persona que cada día le mentía sobre su realidad solo le causaba náuseas y furia a un nivel que nunca antes había experimentado.

Se colocó una camiseta negra antes de salir del cuarto, azotando la puerta y dejando al rubio ahí llorando, quien poco después salió corriendo tras él pidiéndole que hablarán al respecto.

—¡Chan, porfavor! ¡Detente! Necesitamos hablar...

El mayor voltea bruscamente, tomándolo de las muñecas y ejerciendo una leve presión sobre estas.
Con ojos rojos, pulso acelerado y al punto de usar voz de mando; aquella que los alfas poseían.

¡Desaparece de mi jodida puta vista, Hyunjin!

Y Chan lo soltó, regresando a su dirección principal.

Y Hyunjin lo sintió, tirándose al piso sin poder llorar, sin emitir sonido alguno, solamente ahí tirado sobre sus piernas viéndolo alejarse y con ello llevándose todo lo que en algún momento fue su felicidad.

El castaño bajo las escaleras, caminando hacía el zotano donde se encontraban Minho y Changbin ya.
Los dos alfas al ver a este enfurecido se miraron un segundo, para después interrogar al mayor.

—¿Por qué esa carita, Bang? ¿Te negaron una anoche, o qué?—. Inquirió burlón el de mirada gatuna.

—Cierra el puto hocico, Lee—. Espetó, tirando lo que a su paso encontraba.

—¿Qué te pasa Bang? ¿Estás loco?—. Preguntó Changbin está vez.

—¡Me mintió! Tuvo la jodida astucia de mentirme todo esté puto tiempo, y yo cómo un idiota nunca supe nada. ¡Mierda!

𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 𝐋𝐢𝐚𝐫~ ᶜʰᵃⁿʲⁱⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora