𝐃𝐨𝐜𝐞

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Una leve pelea entre miradas se llevaba a cabo en el cuarto del pelirrojo, quién temía por su vida.

—Solo será una vez, te lo prometo Jeongin.

—Estas pendejo, no me voy a vestir cómo mujer, Chan.

—¡No te estoy pidiendo eso, estúpido!
Solo quiero que me hagas un favor, no más.

—¿Qué tipo de favor? Porque no la mamo gratis, ¡Eh!—. Se cruzó de brazos frente a su hermano.

—¡Dios! Que boca tan grosera, si mamá te escuchara ya te hubiera cacheteado. Ni yo que soy el mayor puedo decirlas frente a ella.

—¡Al grano, Bang! Que tengo que ir a hacerle la vida imposible a alguien—. Trono los dedos el Omega.

—Necesito que el lunes salgas a Yeosu a dejar una mercancía, es importante ¿Y quién mejor qué tú para este trabajo? —. Chan trataba de convencerlo, aunque sabía que sería un poco difícil.

—¿Y por qué no vas tú?

—Tengo planeado algo importante, no puedo cancelarlo.

El pelirrojo rodó los ojos, se tocó la cien y asintió después.

—¡Bien, iré! Pero quiero ver un dígito con más de diez ceros en mi cuenta—. Sonrió interesado.

—No hay problema, después de que llegué a India te lo pasó.

—¡Perfecto! ¿A quién veré ahí?

—JK y Vante te estarán esperando en el puerto a media noche, asegúrate de que toda la mercancía sea subida al bote antes de las cinco de la mañana—. Explico.

—Sencillo—. Se hundió de hombros y luego guiñó un ojo. —Ahora dame privacidad porque soy un omega necesitado de atención.

—¡Jeongin!

—¿Qué? Te presento a las hormonas, querido hermanito.

—Que salvaje te volviste—. Chan sacudió la cabeza y salió del cuarto dejando a su hermano solo.

Una de sus principales preocupaciones ya había sido atendida, faltaban dos más.

—Podre ser menor pero no pendejo, y mis estudios tienen que servir de algo.

Jeongin tomó su laptop y comenzó a buscar un par de cosas en la red, si se movía bien podría asegurar mucho dinero en su bolsillo.

—¡Ja! Te tengo maldito cerdo. Primero me vuelvo heterosexual antes de perder ante un par de payasos.

El pelirrojo, seguro de sí, sabía que nada podría salir mal con el plan en mente que tenía. Pero cómo siempre, él tenía que hacer todo el trabajo pesado por su hermano mayor.

¿Quién decía que estudiar informática no servía de nada? Porque Jeongin le acababa de cagar el plan a los japoneses.

—•۞•—

El suave sonido de las hojas siendo arrastradas por el viento, el tono de un piano tocando notas concisas y siguiendo una guía levantaron un poco el humor del alfa.
Principios de octubre, otoño, era su época preferida del año sin duda.

Aún seguía un poco delicado, un par de moretones más habían salido en su espalda y piernas, su cabello perdía brillo y en sus ojos la luz que resplandecia se estaba por apagar.

𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 𝐋𝐢𝐚𝐫~ ᶜʰᵃⁿʲⁱⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora