𝐈𝐧𝐧𝐨𝐜𝐞𝐧𝐭 𝐋𝐢𝐚𝐫~ ᶜʰᵃⁿʲⁱⁿ

𝐓𝐫𝐞𝐜𝐞

El sol empezaba a asomarse, llegando a dar luz por completo a eso de las siete de la mañana y con ello, un nuevo integrante llegaba a la familia.
Un hombre de cabellos claros, igual que su hijo el mayor, llegó a la residencia Bang dónde se le indico debía ir.

En cuanto puso pié ahí, fue recibido de la mejor manera y atendido por la gente de servicio que ya tenía instrucciones para servirle.
Sus maletas fueron llevadas a una habitación de huéspedes donde pasaría sus noches mientras estuviera ahí con sus hijos y yerno, si es que se podía llamar así.

Jaebum tomó asiento a la cabecilla de la mesa, leyendo un par de cosas en su celular y esperando a que la gente que vivía en la casa se dignara a despertar.
Un par de minutos después, por fin alguien se apareció por ahí.

—¡Papá!—. Grito Seungmin tan pronto lo vió, corriendo hacía él y abrazándolo cómo si no lo hubiera visto hace menos de tres días.

Pero era entendible, paso casi toda su vida viviendo en el extranjero que eran muy pocas las veces que se veían si no eran temporadas vacacionales.

—¿Dónde está tu hermano, Seung? Debería estar aquí recibiendome, él sabía que yo venía—. Reclamo el Omega.

—¿Hyunjin? Él y Bang salieron anoche, por lo que creo que no llegaron a dormir—. Se hundió de hombros.

—¿Cómo se encuentra tu hermano? ¿Qué tal lo ves?

—Con maquillaje no es tan notorio... Pero cada día que pasa es un poco más feo que el anterior, nuevos hematomas salen y su cabello cae con frecuencia al grado de no poder tocarse la cabeza sin que se traiga un mechón.

—Dios mío... —. El rubio cabizbajeo, llevándose las manos a la cara descontento. —Tenemos que hacer algo por él, ningún hijo mío va a morir mientras yo esté vivo.

—Solo siendo él podrá vivir, papá, pero no le quiere decir aún a Chan porque cree que lo va a rechazar al haberle mentido. Aún sigue afectado por Suho, y este encontró una manera de acosarlo nuevamente—. Seungmin parecía contar aquello con gran pesadez, y es que lo que afectaba a su hermano también lo hacía a él porque después de todo compartían algo a parte del lazo sanguíneo.

—¿Y tú? ¿Cómo estás? ¿No te ha afectado a ti también, cariño?

—Por suerte no, pero no dudo que en cualquier momento me pase lo mismo que a Hyunjin.

—Entonces... —. Jaebum lo pensó mucho antes de decirlo. —Es la hora de que ustedes dejen de consumir las fórmulas y empiecen a vivir cómo son; tu hermano un omega y tú un Alfa.

—Pe-pero... Debemos consultarlo primero con Hyunjin, él es quién más corre peligro con todo ésto. Su puesto puede ser removido y él se infarta si eso pasa, vivió toda su vida entrenándose por esto y no pueden arrebatarselo así nada más, papá—. Había nervios de su parte, porque según las leyes que las mafias solían llevar, el cargo de jefe sería dado al Alfa de la nueva generación en la familia.

Y si todo salía a la luz, Seungmin quedaría cómo alfa y entonces pretenderian dárselo a él cuando ni siquiera utilizar una arma sabía.
Estaba acabado...

—Lo siento Seungmin, pero no hay otra manera de protegerlos y si para eso tengo que desafíar a mafias, ten por seguro que lo haré.

Fueron las últimas palabras que dió Jaebum antes de que se levantara y se retirará a su cuarto para descansar un poco, para luego hablar con su hijo mayor que por cierto aún no llegaba.

—•۞•—

Pequeñas gotas de sudor bajaban por el cuerpo del rubio, quién con respiraciones agitadas trataba de no emitir ningún sonido fuerte que pudiera ser escuchando a más de diez metros de distancia.