Capítulo XL

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BUENAS NOCHES A TOD@S!!!

QUIERO AGRADECER A TODOS LOS QUE ME FELICITARON POR MI CUMPLEAÑOS QUE FUE EL SABADO Y QUE CELEBRÉ EL DOMINGO J

AQUÍ OS DEJO OTRO CAPÍTULO QUE ESPERO QUE OS GUSTE Y DECIROS QUE SE VA ACERCANDO EL FINAL, NO ME PREGUNTÉIS CUÁNTOS CAPÍTULOS FALTAN PORQUE NI YO MISMA LO SÉ , PERO QUE CREO QUE NO SERÁN MUCHOS (SIEMPRE DIGO LO MISMO Y DESPUÉS ME ALARGO, Y ME ALARGO....JAJAJAJAJA).

OS ENVÍO MUCHÍSIMOS BESOS Y MILLONES DE ABRAZOS DESDE MI SEVILLA DE MI ALMA!!!

HASTA EL PRÓXIMO CAPÍTULO!!!

***

El parloteo a su alrededor parecía no cesar mientras trataba de encontrar a su esposa entre todo aquel gentío.

¿Acaso esas mujeres se habían vuelto locas de repente al pensar que tantas personas podían tener mínimamente el espacio suficiente como para no sentirse sofocadas?. Desde luego, Liseth había tenido razón al afirmar que todo el que se preciara de tener alguna importancia había sido invitado y el salón atestado lo confirmaba.

Tras lo que se consideraba el tiempo oportuno recibiendo a los invitados habían pasado al salón para disfrutar de la velada pero éstos habían seguido llegando, unos tras otro, hasta hacerle sentirse agobiado en su propia casa.

¿Dónde se había metido Liseth?.

Los saludos se sucedían a su paso y él evitaba que lo retuvieran con educación pero con un deje de impaciencia que no pasó desapercibido para los más observadores. Divisó a Lady Cartwright, que como siempre no andaría muy lejos de Meredith y Marion.

Esquivó a Lord Prescott que le sonrió, felicitándolo en silencio por el acontecimiento, alzando su copa. Damon le devolvió la sonrisa sin detenerse.

Sentía la necesidad urgente de dar con ella. Jamás habría pensado que una mujer le haría estar tan pendiente de cada uno de sus movimientos pero Liseth lo había conseguido. Eso, y mucho más. Fruncía el ceño cada vez que la imaginaba en los brazos de Amery. Ese muchacho tenía más encanto en una sola pestaña que la mitad de la población masculina de Londres. Apretó los dientes a la vez que trataba de tranquilizarse, cosa que de por sí era contraria una a la otra, pero le parecía que no estaba de más alejar los malos pensamientos antes de que los celos lo consumieran.....La idea le golpeó con fuerza haciéndole sudar ante la verdad. Los celos lo corroían desde el mismo instante en que Liseth le había anunciado que le pagaría con la misma moneda en el caso de saberse engañada. Un sentimiento como ese, hasta ahora desconocido, fue abriéndose paso con firmeza en él, hasta preguntarse si alguna vez volvería a sentirse tan despreocupado como meses antes.

¿Qué demonios le había pasado?. Si pensaba en retrospectiva tenía que admitir que ella ocupaba cada pensamiento y cada recoveco de su mente desde hacía mucho. Le atraía como ninguna otra y la deseaba constantemente a pesar de que trataba por todos los medios de que eso no sucediera. Se contenía en la mayoría de las ocasiones porque su cuerpo necesitaba sentirla de alguna forma y se encontraba buscando su contacto de miles de formas diferentes. Tomándole la mano, acariciándole el rostro, sujetándole el brazo aunque su ayuda no fuera necesaria. Disfrutaba mirándola, adoraba su batallas verbales y como entrecerraba los ojos cuando pensaba que la estaban engañando. Unos ojos que le habían robado horas de sueño.

No podía ser.

Se pasó la mano por el cuello de la camisa sintiéndose algo sofocado de repente.Simplemente no le estaba ocurriendo. Los síntomas estaban allí, y si era un poco inteligente, admitiría que por primera vez creía estar enamorado.

¿Cómo había sido tan imbécil de no haberse dado cuenta antes? ¿Desde cuándo se sentía así y no lo había querido reconocer?.

-Arlington, parece que está algo desorientado.-

Saga Londres 3 " Atrapado en ti "Donde viven las historias. Descúbrelo ahora