Saga Londres 3 " Atrapado en ti "

CAPÍTULO XLV

Buenas noches a todos!!!

Es muy tarde, lo sé, pero en cuánto he vuelto a casa me he puesto a escribir y hasta aquí he llegado :)

Ya le quedan muy pocos capítulos, calculo que cuatro o así, y me da una pena enorme dejar la historia que en un principio pensé que tendría unas cien páginas jajaja (inocente de mi), pero me alegra ver como Damon ha conseguido enamorarse por fin y reconocerlo ante sí y ante los demás ;) la verdad es que estaba deseando que cayera porque tanto mofarse de sus amigos.....demasiado poco le han hecho pasar los pobres de Nick y Gabe en venganza, soy bastante mala no hace falta que me lo repitáis :)

Espero que os guste!!!

¡¡¡BESOTES ENORMES Y HASTA PRONTO!!!

***

Cerró el libro de contabilidad y lo dejó a un lado. Estaba realmente satisfecho de lo bien que le iba en su nuevo negocio. "La doncella" prometía dar más beneficios aún que "El Pecado Rojo" y eso lo ponía de muy buen humor.

Tenía que admitir que hubo una época en la que estaba preocupado por el rumbo que su vida estaba tomando. Sus decisiones parecían arrastrarlo irremisiblemente hacía lo más oscuro y siniestro de si mismo. El odio y el rencor lo gobernaban en ese entonces y era incapaz de ver más allá de lo que lo consumía. Afortunadamente ahora era completamente diferente, esos sentimientos no habían desaparecido, ni mucho menos, pero había aprendido a convivir con ellos en perfecta armonía y sólo daba rienda suelta a esa parte siniestra de él cuando así  lo quería.

Ese era uno de esos momentos. No le gustaba que intentaran engañarlo y Ron Douglas trataría de hacerlo sin lugar a dudas.

-¿Quería verme jefe?.-

Adam le indicó que pasara con una simple mirada y, la mole que era Mike, ocupó gran parte de la pequeña habitación que utilizaba como despacho. Sus gruesos brazos parecían querer reventar las costuras de su ropa en el caso de aumentar un milímetro más. Tan solo mirarlo imponía, y por eso precisamente es por lo que era su hombre de confianza. Por eso, y porque tras su apariencia de hombre duro poseía una mente rápida y sagaz que adivinaba sin necesidad de pensarlo demasiado lo que él necesitaba en cada momento.

-¿Sabemos algo de nuestro amigo Ron?.-

-Nada, señor Blaize. Aún no se ha presentado.- Mike crujió los dedos de su mano derecha. Algo que hacía de manera inconsciente pero que provocaba cierto desazón en aquellos a los que les reclamaba alguna que otra cosa porque imaginaban lo que vendría después de ese sonido.-

-Supongo que lo tienes vigilado, no me gustaría que desapareciera con mi dinero.-

-Los muchachos no le quitan la vista de encima, no se preocupe. En el caso de que no venga por su propio pie, lo arrastraran hasta aquí.-

Adam asintió contento con la respuesta. No había esperado otra cosa pero siempre era bueno cerciorarse de que todo estaba controlado.

***

Era curioso darse cuenta de cómo el cansancio y el malestar habían desaparecido por completo. El dolor de cabeza era una leve molestia que apenas le incomodaba y estaba agradecido por ello. Se movió con mucho cuidado para que Liseth no se despertara. Necesitaba cambiar de posición porque el brazo se le estaba acalambrando y el hormigueo era ya casi insoportable. Recordó  la forma en que se había acurrucado tras dejarla en la cama y acostarse a su lado, era adorable y se sentía afortunado de tenerla.

Sentía su respiración junto a su pecho y le apartó con delicadeza algunos mechones que le impedían ver su rostro. Le dibujó el contorno de la mandíbula con una leve caricia y deseó que despertara y lo mirara de nuevo con aquella mezcla de amor y deseo de momentos antes. Acarició su espalda y terminó colocando su mano en la cintura mientras sus dedos se movían por su piel casi sin rozarla siquiera. La deseaba de nuevo y no le asombro, ya que era algo que le ocurría con frecuencia. Su miembro se engrosó y empujó la tela que lo confinaba pidiendo ser liberado. Su mente no le estaba ayudando tampoco porque le mostraba imágenes de ella poseyéndolo en aquel sillón, sus pechos moviéndose al compás de sus movimientos cada vez más frenéticos, su piel brillando húmeda por el esfuerzo....