ocho: tranquila

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CAPÍTULO OCHO:

| punto de vista de michael |

Miré de reojo a Belle, cuyos brazos estaban cruzados y los ojos cerrados. Se había dormido, pocos minutos después de nuestra pequeña conversación.

No parecía estar muy eufórico.

Bueno, tal vez lo estaba, pero fue básicamente un incómodo diálogo. Fue mi culpa, debía admitirlo. No pude decir más de cinco palabras cada vez que era mi turno de hablar. Apuesto que Ashton se estaba riéndo de mí, dándose cuenta de lo horrible que era con Belle.

"Entonces, ¿cómo hiciste exactamente para entrar aquí? ¿Y dónde está el resto de ellas?" le pregunté suavemente a Ashton, tratando de no despertar a Belle.

Suspiró, mirándome por un rato y luego mirando otra vez hacia la ventana. "El resto está... no lo sé, probablemente en el hotel, o en alguna cafetería. Adonde sea que pienses que van las chicas."

Eligió no responder mi primera pregunta, haciéndome suspirar. "¿Cómo conoces a Belle?"

"Am-" paró, pensando por un momento. "Conocidos."

"Si fueran conocidos, ella no hubiera viajado hasta aquí, solo porque tú se lo pediste." 

"Déjalo, Michael. Estoy aquí por ti, ahora para de hacer preguntas que son irrelevantes," espetó, subiendo la voz.

Fruncí el ceño; no estaba acostumbrado a un Ashton enojado. No pregunté algo que no debí, ¿cierto? Merecía saber, al final. Esto era por mí; él lo dijo.

Pero no dije nada, agitando la cabeza y mirando por la ventana, también. Su actitud era irritante, y esa era una de las razones por las cuales lo odiaba genuinamente.

La única cosa por la que estaba agradecido era que él tenía esos 'contactos' y era bueno conmigo, de algún modo. No me dejó, aunque estuviesemos enfrentados por nuestras personalidades.

Sentí una cabeza descansar en mi hombro; ella se estaba moviendo un poco para encontrar un punto cómodo. Tragué saliva. No estaba seguro de lo que debía hacer. No le quería pedir ayuda a Ashton; estaba siendo algo inmaduro en ese momento.

Me incliné hacia atrás en el asiento. De esa forma, su cabeza tendría soporte desde donde nos estábamos sentado. Corrí su cabello lentamente, así no molestaría su siesta.

Se veía tan tranquila, y todavía bella. Me hacía querer besarla, pero no quería aprovecharme, solo porque ella estaba durmiendo y nadie más estaba viendo.

Era suficiente con tenerla a mi lado, ahora.

Fanboy | Michael Clifford (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora