OS Male! Reader / Pedidos

"Vino Dulce De Sabor Amargo" /Dio Brando / JoJo's bizarre Adventure

Pedido por: Dinosaurio-UwU [Muchísimas gracias por la comprensión y la paciencia]

Advertencias: {x}

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Veía nuevamente su espalda al caminar mientras que el amargo sabor en mi lengua me secaba la garganta y hacía picar mis ojos. Recordaba vagamente la primera vez que camine tras él, sintiéndome curioso de mi mismo y la manera en que lo había admirado en ese entonces.

Mis pies tropezaron entre ellos y trastabillé un instante hacia adelante, sujetándome sin penas de su brazo. Lo sentí detenerse en aquel instante, con los músculos del brazo aprisionado tan tensos que los notaba delineados entre mis dedos.

-Perdone-Balbuceé.

Su brazo se apartó con brusco gesto y mis ojos picaron con más intensidad. Caí de bruces al suelo al no haber tenido tiempo ni conciencia de equilibrarme y mi rostro estuvo por golpear contra el suelo.

La curiosidad se transformaba lentamente en repugnancia hacia mi mismo, recordando como entonces, con un tono dulzón en la lengua, había cedido ante el pecado.

-Debería alejarme-balbuceé cuando estuvo él lo suficientemente lejos como para no oír del todo.

Y suspiré entonces entrecortadamente, sintiendo cadenas inexistentes quemando mi piel, como reteniéndome para obligarme a cumplir la justa condena a la que mis pecados me habían arrastrado.

(...)

Leía un libro en silencio, al menos, fingía hacerlo. De cuando en cuando corría una brisa helada que me calaba los pómulos y me enfriaba la columna, obligándome a removerme en mi lugar un momento antes de regresar a la quietud inquietante.

Lo notaba de reojo observando, casi con satisfacción, el proceso en que mi desesperación e incomodidad crecían. Notaba sus labios deformándose a momentos en burlonas sonrisas que esfumaba a los segundos, cuando veía que mis ojos se desplazaban en su dirección.

-Eres terrible actuando-Habló entonces. Su voz era baja, casi un susurro, pero en la quietud y el silencio del lugar, se había escuchado como la voz de un cuentacuentos de taberna.

-¿Perdone?-Sentí el nudo en mi garganta por lo tenso de mi cuerpo, además del cosquilleo en el centro de mi abdomen.

-Te tiemblan las rodillas, tu frente está cubierta de sudor y tiemblas por un frío que realmente no está presente-Sonrió más ampliamente y colocó sus pies sobre el bulto que estaba en el suelo frente a él-. ¿Qué te tiene tan asustado, mi querido?-Recargó su rostro en una de sus manos y me observó con los ojos ligeramente entornados.

Sentí mis pómulos arder entre aquel frío provocado por el miedo y mis ojos picaron con odio a mí mismo.

-Eres inhumano, un monstruo-Balbuceé mientras bajaba la cabeza.

Lo oí colocarse de pie de manera brusca, dando sonoras zancadas hasta llegar frente a mí. Noté la punta de sus zapatos rozando con los míos, además de el temblor de mis muslos, que pronto fueron aprisionados por sus manos.

-Me haces gracia-Murmuró, con su aliento golpeando mi rostro ante la cercanía de la reclinada que había dado-... Las cosas que tan inhumanas te resultas son las más humanas que yo he visto.

Miré por el costado de su cabeza el cuerpo, inerte y envuelto, que había utilizado para descansar sus talones hacia menos de un minuto. El pie que sobresalía de entre las sábanas que le había colocado encima estaba pálido, carente de vida y sangre.