"My Husband & I" / Rengoku / Kimetsu No Yaiba

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"Mi Esposo y Yo"

MARATÓN 4/4

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Ambos se habían conocido cuando eran pequeños; siendo hijos de Pilares, era obvio que, llegado el momento, se encontrarían. Sus padres los habían presentado a la temprana edad de cinco años, esperando que entre ellos dos surgiera la misma amistad que los adultos mantenían.

Hiroshi era la calma personificada; apacible como una brisa mañanera, y con pasos tan suaves como el caer de una pluma. Kyojuro, por el contrario, era abrasador como el calor de verano; su voz estridente solía asustar al pálido, y su llegada se anunciaba mucho antes que apareciera en la habitación debido a sus pasos firmes y sus risas chillonas. Sus madres, cuando los cuidaban mientras jugaban, solían reír entre ellas al ver que ambos niños eran las encarnaciones de las técnicas de sus maridos.

Fueron buenos años aquellos. Pero entonces las cosas habían ido en declive; la madre de Kyojuro había fallecido casi al mismo tiempo en que el padre de Hiroshi había emprendido una misión de la que no retornaría, dejando a sus amantes en duelo. La madre de Hiroshi, en estado de negación, había dejado a su único hijo solo y había emprendido su propia travesía para encontrar a su esposo, teniendo el mismo destino que él. Shinjuro, habiendo perdido a su esposa y sus amigos, se sumió en la bebida.

Frente a tal situación, Kyojuro había prácticamente atado al pálido a su cintura y juntos habían cuidado de Senjuro a la vez que comenzaban a formarse como espadachines. Y desde entonces no se habían soltado.

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-¡Hermano! ¡Hermano!

El mayor levantó la mirada de los escritos que tenía en sus manos, viendo a Senjuro correr hacia él mientras sonreía eufórico.

-¡Hiroshi-san ha regresado! Está en la Finca Mariposa revisando unos cortes.

Kyojuro soltó lo que tenía y, recogiendo al menor con una sola mano, partió a correr en la dirección indicada. Se le aceleró el corazón de sólo pensar en el contrario y no calculó su volumen.

-¡¡HIROSHI!!

Vio al nombrado dar un pequeño salto sobre su eje antes de voltearse a mirarlo. Si iba a regañarlo por gritar o por cargar tan descuidadamente a Senjuro, no se lo permitió; se le abalanzó encima tras haber dejado a su hermano en el suelo y lo aprisionó entre sus brazos con tal fuerza que algunos de sus huesos tronaron.

El aroma del contrario sacó a Hiroshi de su estupor y, con una sonrisa, lo abrazó de regreso.

-Te extrañé...-Admitió en un tono tan suave que podría haber sido confundido con un suspiro, pero Kyojuro lo había escuchado tan claramente que se exaltó el corazón y se le calentaron las mejillas.

-Hiro~...-El balbuceo del rubio era casi inentendible, pero el azabache creía comprender el tono, y eso lo ponía nervioso- Yo... Enserio quiero besarte.

Kanae, comprendiendo lo dicho y soltando una risita, arrastró a Senjuro fuera de la habitación y cerró la puerta con delicadeza, sonriéndole al sonrojado Hiroshi que parecía querer ocultarse del mundo entero.

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-¿Hiroshi está bien?-Kanae lo miró con extrañeza al ver los ojos de Senjuro llenarse de pequeñas lagrimas-... Parecía sentirse mal, estaba todo rojito.

La muchacha aguantó la risa y se encargó de aclararle al niño que era lo que pasaba con los otros dos, que parecían conversar dentro de la habitación.

OS Male! Reader / PedidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora