"Miedos" / Zenitsu Agatsuma / Kimetsu No Yaiba

339 36 1
                                    

MARATÓN 2/4

  _-_-_-_-_

Había una bruma espesa en el aire cuando Zenitsu Agatsuma se encontraba en medio del bosque, su katana desenvainada y los nervios apoderándose de su ser. Las sombras de los árboles parecían bailar con la luz de la luna, creando una danza siniestra que aumentaba la tensión en el aire. En sus ojos destellaba, por entre el miedo y los temores, una chispa de determinación; estaba ahí para dejar atrás su cobardía.

El rubio admitía que vivir en la sombra del miedo era cómodo; se sostenía de los demás para sobrevivir, y pocas veces se veía en la necesidad de siquiera desenvainar su espada para enfrentar su posible muerte. Si había vivido tanto, era porque había dejado a otros dar su aliento y sus fuerzas mientras él trabajaba sus pulmones llorando. Era cómodo para él, incluso si el resto lo miraba en menos por ello.

Estuvo a punto de dar marcha atrás y regresar la luminosidad de la ciudad cuando recordó el rostro de sus amigos, esos ojos que, a pesar de no juzgarlo ni castigarlo, lo reprendían; debía intentarlo, al menos. Tanjiro e Inosuke habían ido y regresado de misiones casi hechos pedazos, cubiertos de sangre y apenas pudiendo mantenerse de pie, mientras que él siempre regresaba con las lágrimas aún corriendo por sus mejillas.

"Hazlo" Se dijo, sujetando el mango con tal fuerza que su piel ardía "Inténtalo al menos"

Recordó la bondad de Tanjiro, que lo consolaba diciendo que no podía culparse por temer, porque era natural y revivió las duras palabras con las que Inosuke intentaba hacerlo espabilar. El rostro de Nezuko destelló en su memoria; no tenía esa mirada calma y amigable que solía mostrar, sino que tenía el rostro contraído en molestia, con las venas marcándose y gruñendo al enemigo.

"No te quedes atrás... No de nuevo" Debía hacer valer los esfuerzos de todos ellos.

A lo lejos, una risa grave y gutural resonó entre los árboles. Zenitsu apretó los dientes, sintiendo el sudor frío recorrer su espalda. "Puedo hacerlo... Puedo pelear", se dijo a sí mismo, tratando de aferrarse a la resolución que había encontrado dentro de su corazón. Respiró hondo, detuvo el temblor de sus piernas y avanzó, atravesando la bruma como un rayo.

Mientras Zenitsu se adentraba en la oscuridad, una figura observaba desde la penumbra.

[~:~]

Era Rinto un cazador de demonios con una historia un tanto... cuestionable; a diferencia de otros, no había sido reconocido por el Cuerpo de Cazadores, esto porque nunca se había presentado a los exámenes. Su madre, una espadachín excepcional y retorcida, quiso crear un guerrero sin igual para que vengara la muerte de su primer marido, que era un humilde panadero en un pueblo casi olvidado. Desposó a un Cazador con una ideología tan cuestionable como la propia y engendraron un total de cuatro hijos. Niños sin amor que fueron entrenados hasta el colapso para satisfacer las expectativas de sus padres.

Rinto era el mayor de los cuatro, y el único que no logró alcanzar la capacidad que los mayores exigían. A pocos días de cumplir los 15 años, por la noche, le dijeron que no debía seguir ahí para la mañana siguiente, de lo contrario, lo asesinarían entre los cinco. Se contuvo de marcharse en ese instante y aguardó a que se durmieran, y entonces, con la sutileza de una lechuza, fue y tomó una de las katanas que su padre había robado a otros cazadores. Desapareció en el camino entre corridas que hacían sangrar los pies descalzos y no se detuvo hasta el atardecer del día siguiente.

Desde entonces, como un alma en pena, se había desplazado a lo largo de toda la región, robando comida y ropa para venderla o dejarla para su propio uso. Y había evitado estar cerca de todo cazador oficial por temor a que le arrebataran la espada, que era su único método de protección.

OS Male! Reader / PedidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora