XVI

568 33 17
                                    

– Yo creo que lo está haciendo a propósito, para que te des cuenta de lo que sientes por él. – sugirió Freddie, había pasado por su trabajo aquél jueves y le había llevado un café al segundo que Lee lo había llamado para "hablar sobre lo de John". El ya sabía que las cosas estaban distantes entre el par, puesto que en esas últimas semanas no los había visto tan juguetones o dándose besitos como antes.

– ¡Pero si yo sé bien lo que siento por el! Al principio estaba confundida, creí que era la mejor opción... No dejar que lo que sea que teníamos pasé a mayores, pero ahora solo me doy cuenta de lo mucho que lo extraño. De veras lo extraño. – suspiró apenada mientras bebía su café en la sala de empleados.

– Bueno querida, entonces con más razón. Estaba dándote tiempo a qué aclares tu mente, ¿No fue eso lo que te dijo? – alzó una ceja.

– Si... Pero no siento que me esté "dando tiempo" – hizo comillas con sus dedos. – Ahora siento que está enfadado conmigo, y me está evitando demasiado.

– Bueno, entonces deberías ir y decirle lo que sientes. ¿Ya estás segura que lo quieres devuelta en tu vida?

– Quiero lo que teníamos antes de ésta extraña pelea y separación. – frunció el ceño. – Pero es difícil concentrarme en mi vida con su maldito rostro apareciendo en mi mente 24 horas al día.

– Estás enamorada, Lee. – le respondió Freddie obvio y con una sonrisa divertida. – Estás enamorada y no te das cuenta de eso, que increíble. – suspiró como diva y Lee le dió un leve empujón.

– Si estuviera enamorada, me habría dado cuenta enseguida imbécil. – lo reprochó.

– ¿Entonces qué es ese extraño sentimiento? A ver.

– No lo sé, supongo que me gusta... Demasiado. – se encogió de hombros.

– Te aterra admitir que estás enamorada, ¿No es cierto? Hablaré con Deacy, para alivianar un poco las cosas. ¿Quieres?

– Eso estaría bien. Pero de todas formas tarde o temprano debo hablar con el. – suspiró. – ¡Y no estoy enamorada! Bueno... No lo sé. – lo miró apenada y Freddie soltó una risa negando con la cabeza.

– Si te sirve de algo, puede que él también lo esté.

– Vaya manera de demostrarlo. – rodó sus ojos.

– Es Deacy del que estamos hablando, ¿Recuerdas? El tímido e introvertido John Deacon. No lo olvides. – le recordó alzando ambas cejas.

– Bien, pero no menciones nada ésta noche. Aún quiero tomarme éstos días para aclarar mi mente.

. . .

– Tenemos que hablar. – fue lo primero que dijo Freddie cuando pasó a buscar a John a la salida de la universidad, a la vez que él salía del trabajo. Ya era viernes.

Ayer se habían presentado en Holly's pero nada había ocurrido entre los dos, nada más allá de un saludo y una conversación en común con la banda y amigos.

– ¿Am... Hola, también me da gusto verte? – bromeó el castaño mientras caminaba en dirección hacia Freddie.

– Hola, lo siento pero es urgente. – rió saludándolo y comenzaron a caminar hacia el auto de John.

– ¿Mataste a alguien? – lo miró asustado.

– No pero tú si. – bromeó el morocho subiendo al asiento de copiloto.

The Miracle | John DeaconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora