XXX

348 19 0
                                    

Lee cerró el único bolso que llevaba consigo por los dos días que volvía a Londres para rendir su examen, y John la observaba con una expresión triste recostado en la cama que habían estado compartiendo todos éstos días.

– Te voy a extrañar horrores. – comentó apenado, jugueteando con un elástico de cabello que Lee no había empacado. Tenía un moño color rosado, y a John le gustaba muchísimo, decía que la "hacía ver cómo una princesa" cuando lo traía puesto, y Lee pensaba que él sólo exageraba.

– Sólo me voy por dos días, y es a rendir un examen... No es como que me vaya por un año o de vacaciones, ni nada por el estilo. – soltó una carcajada bajando el bolso de la cama.

– Aún así. Me he acostumbrado a estar contigo, aunque no estemos necesariamente juntos... Saber que estás en algún rincón estudiando o leyendo un libro. – sonrió apenado. – O sacándome fotos. – alzó las cejas divertido.

– Es cierto, me recordaste que debo ir a revelar "esas fotos" – hizo comillas con sus dedos. John soltó una carcajada y la tomó rápidamente por la cintura haciendo que Lee caiga a la cama.

– No las veas sin mi. – la amenazó juguetón ahora encima de ella, con un brazo a cada lado.

– No te prometo nada, va a ser muy tentador ver el resultado. – lo desafió y John comenzó a besar su cuello haciéndole cosquillas.

– ¡No lo hagas, Lee!

– Bien bien, no las veré. – confesó finalmente y suspiró. John se alejó un poco y Lee corrió su largo y suave cabello que caía a los costados. – ¿Te he dicho ya lo enamorada que estoy de ti? – John soltó una risita avergonzada.

– Muchas veces. – alzó ambas cejas, interesado.

– Pues lo estoy. Eres el chico más hermoso que había conocido jamás. Y lo mejor es que sabes cálculo. – bromeó para disipar un poco la intensidad y John volvió a reír.

– Eres única, Connor.

• • •

Al llegar a la universidad Lee divisó a lo lejos a su amiga Penny. Ella cursaba otra carrera, pero acompañaría a su amiga a rendir esperándola fuera del aula.

Había llegado el día anterior a Londres y había sido extraño volver a su viejo departamento, y dormir sola... Se había acostumbrado tanto a John que no pensó que ella lo extrañaría lo mismo que él. Intento repasar los últimos temas, por la noche y por la mañana también.

– ¡Lee! – exclamó su amiga feliz, Lee corrió a abrazarla.

– ¿Cómo estás, loca? – preguntó feliz en el abrazo.

– Aquí estamos, estudiando a full. – sonrió y se separó un poco. – ¡Cuéntame de ti! ¿Cómo estás tú? ¿Cómo va todo? Quiero saberlo todo, ¡No llamas a menudo!

– Es una larga historia, estamos básicamente en el medio de la nada y a penas tenemos una vieja televisión en la sala. – explicó mientras caminaban tomadas del brazo dentro de el gran establecimiento.

– ¿Cómo es eso? Dónde diablos te metieron éstos chicos. – bromeó entre risas.

– Era un viejo granero, y lo restauraron para hacer un estudió de grabación como ya te conté. Pero al estar tan alejado de todo la recepción es pésima, y a penas si podemos ver películas. – explicó. – Pero a pesar de eso, siento que es una experiencia genial.

The Miracle | John DeaconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora