XXXV

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El lunes por la mañana, John quiso pasar por Lee para ir juntos a su primer día de universidad después de tanto tiempo sin cursar presencial.

- ¿Cómo estás, princesa? - sonrió dándole un dulce beso en los labios, y entró en su apartamento.

- Bien, bien... Nerviosa. - sonrió de lado con nerviosismo.

Aquellos últimos días no se habían visto. Cada uno había dedicado tiempo a su familia después de no verse por tantos meses, y otro motivo principal - el cual John aún desconocía - era que Lee había estado realmente preocupada por el incidente de las pastillas.

Había comprado unas cinco cajas de píldoras anticonceptivas, y se había hecho un test de embarazo que había salido negativo.

Pero aún así no estaba del todo segura, tendría que esperar hasta el próximo mes para saber si le bajaría la regla o no para estar 100% segura.

- ¿Lista para nuestro primer día? - preguntó mirando que su apartamento estaba algo desorganizado.

- Si, bueno más o menos... He estado con otras cosas en mente. - respondió algo distraída buscando su mochila.

- ¿Buscas ésto? - preguntó alzando la mochila que estaba en una silla en el aire.

- Si. - sonrió forzosamente y la tomó con rapidez sacándosela de las manos.

John la miró extrañado, pero decidió ignorarla, pensando que su actitud extraña quizá se debía al primer día.

• • •

Un mes había pasado, y se habían juntado todo el grupo de amigos a festejar en un bonito restaurante que su álbum se había publicado.

– ¡Por Queen, y por el éxito de A Night at the Opera! – exclamó John Reid.

– ¡Por Queen! – dijeron todos al unísono chocando sus vasos con cerveza, provocando que se derrame un poco de ella de algunos vasos.

Lee había intentado dejar de lado aquél incidente del posible embarazo, pero conforme se acercaba la fecha de su próxima regla, toda la preocupación volvía cómo aquél mismo día en que se percató de que no había estado tomando las píldoras anticonceptivas.

– ¿Está todo en orden? – susurró John en su oído, mientras los demás en la mesa charlaban y posó una mano en su rodilla.

– Si, debo ir al baño. – rápidamente se levantó de su asiento. – con permiso. – sonrió y salió disparada al baño, John la siguió con la mirada curioso.

– Oh, yo también debo ir. – Mary se paró de su asiento.

– Hey Mary... – la detuvo John antes de que se aleje de la mesa, ésta volteó a verlo extrañada.

– ¿Si Deaky, qué ocurre?

– ¿Podrías ver si está todo en orden con Lee? La he notado algo distraída desde que llegamos...

– Claro... Seguro no es nada, tranquilo. – le sonrió de lado y se alejó de allí para ir rumbo al baño.

Al entrar, se encontró a Lee lavándose la cara con agua fría.

– Lee... – la nombró y ésta pegó un salto de susto al no percatarse de que la rubia estaba allí.

– Mary, santo cielo. Vas a matarme de un susto. – rió nerviosa y comenzó a secarse la cara y las manos con servilletas de papel.

The Miracle | John DeaconDonde viven las historias. Descúbrelo ahora