C A P Í T U L O 14

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Maratón 3/7

Cada noche Hyunjin era arrastrado al VHA2 de Ashwood y depositado en la pequeña jaula. Cuando el amanecer estaba próximo, Mark hacía sus preguntas. En un principio, Hyunjin sólo obtenía unas cuantas respuestas correctas en cada sesión. Luego, conforme se iba enfocando en los detalles cada tarde, se volvió mejor. Y las preguntas se volvieron más difíciles.

Mark le preguntaba cosas como "¿De qué color era el cabello del conductor?" o "Enlista las armas que los guardias llevaban con ellos". Había cientos de cazadores a los que había estudiado cada noche. Los memorizó a ellos y a sus acciones; incluso había comenzado a aprenderse sus nombres. No eran únicamente cazadores, tenía que memorizar a cada persona con la que se cruzara en su camino hacia el área de entrenamiento y de vuelta. Lo golpeaban si no sabía cuántas flores cargaba una mucama en un florero.

Una semana más tarde, Hyunjin podía contestar la mayoría de las preguntas.

Sus habilidades de observación mejoraban, pero aun así cada noche tenía cuatro o cinco latigazos en su espalda en los cuales debía concentrarse y curar. El líquido marrón que recubría el látigo disminuía su curación natural, haciendo que se sintiera incluso más hambriento de lo normal y más glotón por los humanos que le eran entregados.

Quince noches. Pasaron quince noches antes de que Hyunjin se pudiera separar de un humano mientras comía. No era fácil para él, pero estaba enfermo de que el vampiro en él gobernara y no al revés. Y estaba cansado de ver a Ryujin tan hambrienta y asustada.

Finalmente, Hyunjin apartó sus colmillos del cuello del hombre humano. Era doloroso y quería enterrarlos de nuevo inmediatamente. Toda su naturaleza le indicaba que debía terminar de alimentarse.

Pero se resistió. El humano en su brazo estaba débil, los latidos de su corazón eran lentos, y casi no había tanta sangre restante dentro de él como a Hyunjin le hubiese gustado. Movió al humano hacia Ryujin. Ella no se acercaría a él mientras estuviese sosteniendo a una presa, así que colocó al hombre sobre la cama.

Ella se lanzó sobre éste en el instante en que Hyunjin dio un paso atrás. Sus colmillos se encajaron en el cuello del humano y bebió profundamente.

—Bien hecho Hyunjin —aplaudió Jeongin, mirando desde el exterior de la jaula, tal y como hacía cada noche.

Hyunjin sonrió.

—Gracias, Maestro —tenía la esperanza de poder hacerlo de nuevo mañana, y temprano, también; ella necesitaba muchísima sangre más.

—Mark me dice que fuiste capaz de responder a la mayoría de sus preguntas la noche pasada —dijo Jeongin—. Pienso que es hora de que te enseñemos como pelear de verdad.

Mark, quien estaba de pie en su lugar habitual detrás de Jeongin, asintió concordando.

Hyunjin se preguntó cuándo Jeongin le enseñaría cómo usar sus habilidades de incubo, pero no iba a preguntarle ahora, no con tantas personas alrededor que no sabían sobre él.

Jeongin caminaba de un lado a otro, con las manos detrás de su espalda.

—Mañana Maestros a juzgar qué es lo que puedes hacer. Hyunjin mostró una sonrisa juguetona.

—¿Que mi trasero sea tomado por ti y el comandante no es suficiente prueba de lo que puedo hacer? —

Jeongin rio entre dientes.

Durante las noches, deseaba que lo hubieran llevado de vuelta a la habitación de Jeongin, aunque sólo fuera para acercarse más al incubo. Algunas veces atrapaba al general mirando sus abdominales... y más abajo. Hyunjin deseaba que fueran las manos de Jeongin y no sus ojos las que recorrieran sus abdominales... y más abajo.

Captive (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora