C A P Í T U L O 27

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Sunno pasó delante de los dos cazadores que, sin éxito, habían intentado detenerlo en el salón. Llevaba puesto sólo pantalones negros de pijama y su cabello era un desastre.

—¿Es verdad? —preguntó Sunno. Su tono de voz no escondía nada de su rabia.

Hyunjin se revolvió en las sábanas de seda y se cubrió las caderas desnudas mientras Jeongin se sentaba.

Uno de los cazadores se dirigió a Jeongin—: Lo siento, General, le dijimos que usted no quería ser molestado.

Jeongin, quien no se había molestado en cubrirse, levantó su mano para despedir a los cazadores. Ambos hicieron una reverencia y se marcharon, cerrando las puertas detrás de ellos. Hyunjin deseaba que lo tragara la tierra, para evitar este encuentro. Que Sunno lo viera desnudo en la cama junto a su padre era avergonzante. que a ninguno de los incubus les importara.

—Sí, es verdad —le dijo a su hijo—. La Casa Moreau ha capturado a Giselle.

Los orificios nasales de Sunno se ensancharon. —¿Y cuál es tu plan para recuperarla? —Jeongin gruñó y se levantó de la cama. —Hay órdenes...

—¡A la mierda las órdenes! —gritó Sunno, interrumpiendo a su padre— Tú sabes lo que le hacen a los succubi capturados. Ellos la violarán.

Jeongin tomó su ropa interior de arriba de la silla y se la puso. —Soy bastante consiente de eso.

—Entonces sabes que tenemos que hacer algo. No podemos dejarla allí. — Agitado, los cuernos de Sunno salieron de su cabeza y sus ojos comenzaron a resplandecer en un tono violáceo.

—No hay nada que podamos hacer por ahora.

—¿Cuándo te volviste tan cobarde?

Oh, mierda. Hyunjin no podía creer que Sunno acabara de decir aquello. Deseaba estar en cualquier lugar salvo aquel en esos momentos. Incluso la prisión subterránea comenzaba a sonar bien.

La furia atravesó el rostro de Jeongin y se hizo un par de pulgadas más alto. Sus alas emergieron de su espalda y caminó hacia su hijo. Sunno sabiamente intentó retroceder, pero Jeongin envolvió su mano alrededor del cuello de Sunno y lo mantuvo en el lugar.

—Escúchame cuidadosamente: tú no desobedecerás sus órdenes. Si intentas atacarlos por tu cuenta, no sólo que fallarás en salvar a tu hermana, sino que serás condenado a muerte por tu deslealtad. Me rehuso a perder a otro hijo. ¿Lo entiendes?

La vulnerabilidad que Jeongin había dejado ver a Hyunjin se había ido por completo. Estaba nuevamente siendo un general, autoritario, fuerte, seguro.

Alguien cuyas órdenes nunca eran cuestionadas. Sunno bajó la cabeza y dijo entre dientes—: Sí, señor.

—¿En verdad crees que me rendiré con ella?

Los ojos de Sunno volaron hacia Hyunjin. —Ya no sé ni la mitad de las cosas que haces.

Jeongin frunció el cejo y clavó sus dedos aún más profundo en su cuello. — Utilizaré cada recurso que tenga para hacer que anulen la orden, pero tomará algo de tiempo convercer al Gran Rey de cambiar de opinión. Giselle es fuerte, ella sobrevivirá hasta que seamos capaces de rescatarla.

Sunno se safó del agarre de su padre. —Espero que tengas razón.

Salió hecho una furia hacia las puertas pero se detuvo para volver a mirar a Hyunjin.

Hyunjin se tapó un poco más con la sábana de seda.

—Espero que tu mascota valga la pena, nos estás poniendo en riesgo a todos al tenerlo.

Captive (Beautiful Monster)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora