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— ¿Estás seguro que quieres hacer esto? Probablemente tus papás y mi mamá nos asesinen a ambos.

— Seeh, pero creo que valdrá la pena — Luke beso mi mejilla — ¿Acaso te estás arrepintiendo?

— N-no, bueno, tengo algo de miedo para ser sincero, no soy muy resistente al dolor.

El sonrió y me abrazo jalandome hacia su pecho.

— Tranquilo, yo seré valiente por los dos — beso mi frente.

Estábamos en la sala de espera, las manos me sudaban y me temblaban al mismo tiempo, los ojos de Luke iban de un lado a otro paseándose por los diseños de tatuajes y las fotos distintas que había en las paredes. El local no lucía tan mal por dentro, de hecho podría decirse que era un lugar agradable.

— ¿Ya han decidido chicos?

Una chica que llevaba un montón de tatuajes en su cuerpo nos miraba con una sonrisa amable.

— ¡Yo sí! ¿Qué hay de ti Ty?

Lo mire, por alguna razón quería un tatuaje que tuviera que ver con el, quería llevar a Luke conmigo de todas las formas posibles.

— ¿Puede ser una silueta? — pregunté a la chica.

— ¡Claro! Tendrías que decirme de que y te puedo hacer un boceto, ven conmigo y tú puedes decirle tu diseño a Bernie.

Pase a una pequeña sala separada de la de Luke por un cristal, la chica me preguntó acerca de como quería mi boceto y yo le expliqué, al final termino por hacer un par y yo elegí el que más me gustó.

— ¡Joder como duele! — escuché el grito de Luke de la otra habitación.

— Creo que ya empezaron con tu amigo, bueno, voy a transferir el dibujo y me dices que tal ¿Vale?

La chica transfirió el boceto en tinta azul a mi piel, baje mi vista para verlo, había decidido hacérmelo a un costado de mi pecho en donde se ubicaban las costillas.

— Voy a empezar ¿Estás listo? Debo advertirte que el lugar que elegiste es muy doloroso así que si empiezas a marearte o crees imposible aguantar el dolor solo dime, no te muevas mucho porque podría ser peor.

— Dale, estoy listo.

Cuando sentí la máquina empezar a inyectarme dolió un montón durante un rato, después fue como si toda esa parte empezará a dormirse y el dolor fue soportable.

— El chico con el que vienes ¿Es tu novio?

— Si, es mi novio — dije, apretaba mis ojos como si de alguna forma así pudiera disminuir el dolor — es mi mejor amigo desde que éramos niños, ahora estamos saliendo. ¿Es guapo no?

— Si que lo es, aunque tú también. No quiero sonar grosera pero tengo curiosidad ¿Esta enfermo? Ya sabes, porque tiene esa cosa...

— Cánula y no te preocupes, si lo está, tiene un problema en los pulmones llamado fibrosis quística que bloquea el paso de aire a sus pulmones, es una enfermedad crónica y la tiene desde que nació pero lo diagnosticaron cuando tenía nueve, no siempre tuvo que usar esa cosa pero, cada vez se complica más y más.

— Vaya, debe ser difícil, ¿Se puede curar?

— No, es terminal y también progresiva así que solo empeora con el tiempo, toma medicamentos y pasa por otros procesos pero es una enfermedad muy rara así que no es como que tenga una cura.

La chica me miró un momento a los ojos y sonrió compasivamente.

— No estés triste, veras que mejorara, por cierto son una pareja muy linda.

Una mala historia mal contada. | Finalizada |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora