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Abriendo lentamente los ojos, y sintiendo un enorme cansancio en todo el cuerpo hasta el punto de sentir como temblaba, con algo de esfuerzo y enorme pesadez en el brazo logro alcanzar su teléfono y apagar con éxito la molesta alarma que le había despertado de su tranquilo y reconfortante sueño, estaba cansado, el trabajo de estos días lo había agotado en gran medida, pero necesitaban el dinero, o más bien una distracción.

Con algo de dificultad y todavía sintiendo que su cuerpo estaba tembloroso decidió quedarse sentado en el borde de la cama por unos minutos, de pronto miro hacia la ventana que tenia una persiana entre abierta dejando entrar a la habitación un tenue rayo de sol, sin embargo el panorama se hacía más nublado, pronto comenzaría a hacer mas frio y los preparativos para el festival pronto se llevarían a cabo, solo esperaba resistir un poco mas para la llegada de las vacaciones y así dormir un poco mas para estar al máximo para sus trabajos, de mientras se tenia que conformar con las 4 o 3 horas de sueño, trabajar horas extra era algo bueno, paga extra.

De pronto escucho unos pasos aproximándose a toda velocidad y sin dar respuesta física solo pudo mentalizarse lo que vendría—no otra vez—la puerta de su habitación fue abierta con brutalidad y su hermano se lanzó hacia él, como siempre Tsukasa tan alegre.

—BUENOS DIAS AMANE!!—dijo con grandes ánimos, mas de lo usual pensó el ojiambar, sin embargo, el menor de los Yugi aterrizo encima suyo provocando que cayeran al otro lado de la cama.

—Tsukasa, quítate estoy cansado— dijo sin fuerzas, con lo cansado que estaba ya no podía mantenerse con los comportamientos de su imperativo hermano, llegando al punto de hasta sentir dolor, cosa que nunca había sentido con los tratos algo bruscos de parte de su hermano gemelo menor.

Haciendo aun lado al menor procedió a levantarse, sin embargo, sintió un fuerte dolor de espalda, la caída le había afectado, pero no era nada tan grabe lo único que hizo fue ponerse un calmante en gel para aliviar el dolor y sacando a su hermano del cuarto pro fin volvió a quedar en paz, sus minutos de descanso habían finalizado era hora de prepararse para ir a la escuela.

Al terminarse de alistar, bajo a preparar el desayuno solo para llevarse la sorpresa de que su hermano ya lo había preparado e incluso, su almuerzo, esto si que era extraño, algo tramaba su comportamiento no era normal, usualmente su hermano se iría a algún lado dejándolo solo y el haría los almuerzos para después en el descanso ir a dejarle su almuerzo al salón, eso era lo habitual, sin fallos en la rutina, pero en este día era algo diferente.

—Que tramas Tsukasa, has estado muy extraño desde la mañana—le dijo al contrario con una mirada dudosa, no por nada era su hermano mayor y también sabia de lo que aquel chico con su misma apariencia, pero diferente personalidad era capaz de hacer.

Por el contrario, Tsukasa solo sonrió en respuesta era una gran sonrisa de oreja a oreja se notaba que había hecho algo, no le daba buena espina al pelinegro.

—Sabes... Amane—de pronto una tención se sintió al pronunciar estas palabras, pero rotas al mismo tiempo por el dueño de estas—¡FELIZ CUMPLEAÑOS!

De pronto el Yugi menor saco un cañón pequeño de confeti dejando al contrario sorprendido, sin entender lo que pasaba.

—Como que mi cumpleaños? —pregunto confundido, mirando el calendario en la pared de la cocina, venia con letras grande escrito por su hermano, era cierto había olvidado su cumpleaños, estaba tan concentrado en olvidarse de todo que hasta inclusive olvido su cumpleaños, eso de tener trabajos sí que hace efecto, si tan solo pudiera hacer lo mismo con sus sentimientos.

—Como estabas concentrado en tus trabajos y en el club decidí hacer hoy el desayuno y el almuerzo.

Su hermano menor si que era impredecible, pero hoy lo era todo, desde que estaban solo, entre ellos solo se felicitaban los cumpleaños, nunca confiaron en la gente y mucho menos decían datos personales como este. Amane solo bufo y se sentó a comer, agradeció a su hermano y disfrutaron la comida que el menor preparo, a pesar de los años y haber formado amigos a lo largo de su vida ninguno conocía esta fecha importante, solo entre ellos, como debía ser, entre menos sepan los demás de sus vidas es mejor, todo sea por mantener oculto su paradero.

El Misterio de La DoncellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora