[15 de Noviembre de 2018, USA]
Casi dos meses pasaron desde que Jonghyun presentó su renuncia al presidente Kim. Al final ver a Kibum rodeado de personas, con su prometida a un lado y cada vez más inalcanzable, había sido demasiado para él.
Cómo resultado Nam se hizo cargo de sus deberes y él se quedó a vivir en el hotel después de hacer prometer a Joon que no le diría a nadie que se quedaba ahí.
Día tras días y noche tras noche, pasó la mayor parte de su tiempo encerrado en el hotel, trataba de no salir pues no quería encontrarse con Kibum de frente y bajo ninguna circunstancia. Aunque eso no evitaba que a diario revisara las noticias en la red para saber de él y guardar todas las fotos que aparecieran.
¿Y porque no quería encontrarse con Kibum?
Simplemente porque sabía que si lo miraba a los ojos no podría hacer lo que se había propuesto. Ya estaba decidido después de mucho dudar, pensar y considerar.
—¿Diga? —respondió su móvil aún acostado en la cama.
—"Ya está todo listo" —La voz de Sara se escuchó al otro lado de la línea—. "¿Me escuchas?"
—Te escucho —Jonghyun parecía hipnotizado con el movimiento del ventilador de techo.
—"No puedes arrepentirte. Lo prometiste. Con esto evitaremos ese matrimonio. Todos ganamos".
—Ya lo sé. Asegúrate de firmar los papeles.
—"Ya los firmé. Cómo específica el contrato. Serán solo seis meses de matrimonio y luego nos separamos. Será por bienes separados. Te quedas con lo tuyo y yo con lo mío".
—Muy bien —Jonghyun respondió—. Nos vemos entonces.
Colgó la llamada y fue a darse una ducha. Una ducha fría y prolongada que le serviría para darse un último impulso.
Se sentía cansado, confundido y estresado.
Cansado, ya que desde meses atrás no había podido abrazar libremente a Kibum que era su fuente revitalizante. Era como si su cuerpo sufriera lo estragos de no poder relajarse junto a su amado.
Confundido, porque Kibum declaraba que lo amaba pero no podía estar a su lado. Era una tortura prolongada, incesante y cada vez más intensa y dolorosa.
Y estresado, por el evento que estaba por venir. El evento que Kibum le había pedido, suplicado y ordenado tantas veces no llevar a cabo.
Por otro Kibum estaba en una ciudad cercana en una reunión con los directivos de una sucursal. En el piso cincuenta y dos, de una de las principales sucursales de la compañía que se encargaba de la distribución de medicamentos en la mitad del país, y que pronto se extendería a otros países de Iberoamérica.
Todo había transcurrido con normalidad, los números estaban bien, las evaluaciones del personal excelentes, los programas que había implementado iban cómo se había planeado, pero entonces.
¿Qué era lo que lo estaba molestando?
Un dolorcito en su pecho lo había estado atormentando desde la noche anterior.
¿Cansancio tal vez?
Incluso se había mandado a hacer análisis, creía que tal vez tendría una deficiencia de calcio, pero no fue así. Se realizó varias terapias de masaje, pensando que podría ser estrés, pero nada mejoró.
Y desde su nombramiento como presidente no había podido localizar a Jonghyun, cosa que lo molestaba aún más. Había pasado por el departamento del otro todas las noches con la esperanza de encontrarlo. Llamaba a Minho y Sungkyu a diario pero sin noticias positivas.
Era como si el otro hubiera desaparecido. Y él se sentía muy culpable. Se culpaba, por su comportamiento que él mismo consideraba egoísta al pedirle a Jonghyun que pusieran en pausa su relación.
¿Tal vez debió haber accedido a estar con él sin resolver antes lo de su compromiso?
—Vamos a casa Frank —dijo a su chofer una vez que subió a la limusina que lo llevaría de vuelta a la mansión de su abuelo.
—¿Se encuentra bien señor? —preguntó su chofer mientras encendía el auto.
—Estoy un poco cansado. Dormiré un rato —Kibum se colocó el cinturón de seguridad y cerró los ojos.
—Muy bien señor.
Desde su nombramiento como presidente, Kibum había vuelto a vivir en la mansión. Y Frank era parte del personal que sabía que Jonghyun era su prometido, por lo cual no debía preocuparse de esconder su estado, su sentir y su pesar frente a él.
También había dejado de manejar, siempre tenía un chófer que lo llevaba a todas partes. Por lo que prácticamente nunca estaba solo.
—¿Todo bien señor? —preguntó Frank, su chófer—. Si se siente agobiado podría llevarlo a la cafetería que tanto le gusta.
—Gracias, pero solo quiero dormir.
—Como usted diga señor.
Pasó cerca de una hora y antes de entrar a la ciudad el móvil de Kibum vibró mientras mantenía los ojos cerrados para descansar un rato. Al final no había podido conciliar el sueño.
—Diga~
Kibum respondió sin mucho ánimo.
—"¿El presidente Kim Kibum está muy ocupado?" —Jinki preguntó al otro lado de la línea.
—Es más agotador de lo que pensé —Kibum puso el altavoz—. Me siento exhausto Hyung. No sé cómo mi abuelo ha soportado vivir así durante décadas.
—"¿Qué hay de Jonghyun? El podría darte un "masaje" para que te relajes" —Jinki dijo riendo.
—Voy a colgar —A Kibum no le pareció gracioso. Él se moría por encontrar a Jonghyun. Y la broma de Jinki era lo último que necesitaba.
—"No cuelgues, esto te interesa".
—¿Qué cosa? —Kibum estaba a punto de colgar la llamada.
—"Encontré a Jonghyun".
—¡¿Dónde?! —Kibum tomó el móvil, abrió los ojos y se sentó derecho.
—"Resulta que Jonghyun le dijo a Minho, Minho a Taemin, a Taemin se le salió y me dijo, y lo confirmé con Joon..."
—¡Ya dime Hyung! —Kibum se molestó. No necesitaba toda la historia, solo quería saber dónde estaba.
—"Se ha estado quedando en la Suite 623 del Grand Bohemian".
—¡Gracias! —De inmediato Kibum colgó la llamada—. ¡Frank vamos al Bohemian!
Para fortuna de Kibum, el Bohemian era parte del imperio hotelero de su familia.
Y él se llevaba muy bien con el administrador por lo que fue fácil tener acceso a la llave de la habitación de Jonghyun.
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QUÉDATE A MI LADO ~JONGKEY~
FanfictionSinopsis: Después de diez años de lucha para poder estar juntos Jonghyun y Kibum al fin vencieron todas las dificultades y obstáculos para poder estar uno al lado del otro sosteniendo sus manos. El pasado fue superado y las heridas tratadas, ambas f...
