QUÉDATE A MI LADO ~JONGKEY~

XXVII. ASISTENTE

[17 de Marzo del 2020, USA]

—¡Buenos días presidente! —Jonghyun saludaba muy sonriente a Kibum junto al auto aquella mañana. Era su primer día como chófer-asistente.

—¿Dónde está Frank? —preguntó Kibum a su mayordomo que estaba a su lado.

—Está de vacaciones —respondió aquel hombre de edad avanzada.

—Entonces dile a Henry que me lleve —Kibum indicó.

—Su abuelo prohibió a todos los chóferes que lo lleven.

—Entonces manejaré yo —Kibum se dirigió al garaje.

Y al llegar se llevó la sorpresa de que estaba vacío. Todos sus autos habían desaparecido.

—¿Dónde están mis autos? —preguntó Kibum.

—Su abuelo ordenó que se llevaran todos los autos —respondió el mayordomo—. Solo queda un auto y el único autorizado para manejarlo es el joven señor Jonghyun.

—Ash —Kibum se quejó y torció la mirada. ¿En serio su abuelo quería obligarlo a convivir con Jonghyun?

Regresó al frente y Jonghyun seguía esperando.

—¿Nos vamos? —Jonghyun cuestionó sonriendo.

—Pídeme un taxi —Kibum indicó a su mayordomo.

—Su abuelo prohibió la entrada a todos los vehículos excepto el que maneja el joven señor Jonghyun —El mayordomo se disculpó por no poder cumplir su petición.

—Entonces caminaré —Kibum se puso en marcha con su saco en un brazo y su portafolios en el otro.

—¡Pero son dos kilómetros al portón! —exclamó el mayordomo—. Y luego son seis kilómetros a la calle más cercana para que consiga un taxi —dijo preocupado al ver que Kibum se alejaba sin saber si debía seguirlo o no.

En consecuencia, Kibum caminó más de ocho kilómetros hasta llegar a la calle más cercana, que para su mala suerte no era una calle transitada.

Y Jonghyun lo siguió muy despacio en el auto, pidiéndole que subiera para llevarlo.

Al final Kibum se quitó su chaleco. Había caminado cerca de tres horas bajo el sol matinal. Por lo que terminó sudado y asoleado. Su rostro estaba rojo por el calor y sus ropas húmedas por el sudor.

—¿Nam? —respondió su móvil—. Hoy no iré a la oficina. Encárgate de todo y si es necesario me marcas.

Colgó la llamada. Dio media vuelta y comenzó a caminar de regreso.

—¿Te llevo? —Jonghyun se le emparejó en el auto.

Y Kibum lo ignoró. Así regresó a la mansión y entró bajo las miradas de sus empleados que se sorprendieron. Ya que por primera vez veían a Kibum sudado y sucio sin nada de glamour.

[18 de Marzo de 2020, USA]

—¡¿Cómo que no te dejan pasar?! —Kibum estaba molesto.

Le había marcado a Nam para que fuera por él, pero ni siquiera lo dejaban entrar al "vecindario". Es decir, no podía acercarse a más de esos ocho kilómetros que Kibum había caminado el día anterior.

—Está bien, ve a la oficina. Nos vemos más tarde.

Kibum se acercó a Jonghyun quien lo esperaba con el auto, haciendo como que limpiaba el espejo lateral para no reír por lo que acababa de escuchar.

—¿Te llevo? —Jonghyun le sonrió.

—Dame las llaves —Kibum solicitó serio.

Jonghyun entregó las llaves. Kibum entró al auto. Y se dio cuenta que su registro dactilar había sido borrado. Por lo tanto no podía encender el auto.

—¡Ash! —Kibum se quejó y todos los empleados presentes se sintieron muy, pero muy mal por él cuando dio un cabezazo al volante y el claxon sonó durante un rato.

Salió del auto, se paró frente a Jonghyun y en voz muy, pero muy baja le dijo:

—Llévame a la oficina —desvió la mirada—. Por favor.

Luego entró a la parte de atrás y se puso el cinturón.

Jonghyun sonrió. Ese "por favor" al final en realidad no era necesario, así que lo hizo experimentar una bonita felicidad.

Así ambos se fueron.

Jonghyun observó todo el tiempo a Kibum a través del retrovisor.

Y Kibum se escondió detrás de unos audífonos y su móvil, mientras fingía revisar cosas de trabajo.

Tal vez si Jonghyun no hubiera estado distraído viendo a Kibum. No hubiera tomado mal la salida de la autopista, y no hubieran terminado a más de treinta kilómetros del corporativo.

Así terminaron estacionados a un lado de la calle.

—¿Cómo pudiste perderte? —Kibum casi lo atravesaba con la mirada.

—Solo dame un segundo —Jonghyun miraba el GPS—. Las calles han cambiado mucho. No recuerdo está salida.

Kibum sonrió discretamente, le parecía lindo ver al otro completamente confundido y desorientado.

—¿Eres feliz? —Jonghyun notó su sonrisa.

Kibum solo frunció el ceño y volvió a colocarse sus auriculares.