[06 de Junio de 2020, Shenzhen, China]
—No pongas esa cara corazón —Jonghyun trataba de hacer sonreír a Kibum.
El segundo lucía notablemente molesto. Ambos estaban en la oficina de Jonghyun. Habían pasado a Shenzhen porque Jonghyun debía firmar unos documentos y ver unos asuntos de camino a Estados Unidos.
—Amor no seas así —Jonghyun hacía un puchero mientras le picaba los cachetes a su esposo.
—¡Ya basta! —Kibum le pegó en la mano.
Jonghyun suspiró, no sabía cómo animar a su esposo.
—¡¿Qué fue eso?! —Kibum lo miró mal.
—¿Qué fue qué corazón? —Jonghyun no entendió.
—¡Ese suspiro! —Kibum se enojó—. ¡¿Tanto así te desespero?!
—¡¿Qué?! —Jonghyun no entendía—. No mi amor. ¿De qué hablas?
—Aish —Kibum rodó los ojos como solo el sabía hacer.
—No hagas eso mi amor —Jonghyun iba a abrazarlo.
Pero se detuvo porque llamaron a la puerta. Era su secretaria.
Le llevaba un café.
—Le traigo su café presidente —La chica le sonrió de manera muy coqueta. Incluso cuando le dejó el café en el escritorio lo hizo de forma sexy y seductora—. Dulce como le gusta.
—Gracias Lin —Jonghyun le dijo sin prestar atención a sus gestos.
—¿Algo más que necesite presidente? —La joven se echó el cabello para atrás.
—Está todo bien. Puedes volver a trabajar.
—Se ve cansado —La chica le sonrió—. Podría darle un masaje.
Kibum casi mató con la mirada a su esposo, y a la joven.
Jonghyun se dio cuenta y entonces se levantó para llevar casi a empujones a la joven a la salida y cerrar la puerta al sacarla de la oficina.
Kibum estaba sentado en el sofá, podía sentir como un músculo saltaba ocasionándole un violento tic en el ojo.
Jonghyun se dio cuenta de inmediato y se acercó a él, se sentó a su lado e intentó pasar su brazo por detrás de su esposo, pero el otro lo repelió.
—¿Cómo sabe que te gusta el café dulce? —Kibum preguntó con una mirada de pistola.
—Amor no es lo que piensas —Jonghyun intentó tomar su mano.
—¿Qué es lo que pienso? —Kibum quitó su mano.
Jonghyun no supo que responder.
—¿Por qué te ofrece un masaje? —Kibum se veía notablemente molesto.
—No sé cariño, es la primera vez que me dice algo así —Jonghyun suspiró—. Hablaré con ella para que entienda que es inapropiado.
—¿Qué clase de presidente eres? —Kibum se levantó—. ¿Qué permites esa cercanía con una empleada?
—Mi vida —Jonghyun agarró su mano—. Soy nuevo en esto de ser el jefe. Ten un poco de paciencia conmigo. Por favor —Le puso ojos de cachorro.
—Despídela —Kibum dijo sin rodeos.
—¡¿Qué?! —Jonghyun se sorprendió—. ¿Por qué la despediría? Es muy buena empleada.
—Porque en sociedad con mi padre y mis hermanos tenemos el treinta por ciento de las acciones de este hospital. Lo que quiere decir que después de tu familia tenemos el mayor porcentaje de acciones y eso nos da derecho a tomar decisiones por el bien de la empresa —Kibum recuperó su mano y se fue.
Jonghyun se quedó impactado. Nunca creyó que Kibum le fuera a decir algo así.
Pero la realidad era que su esposo estaba celoso, extremadamente celoso. Pero Jonghyun no lo había entendido así.
Llevaban tres días en Shenzhen, y todos los días habían ido al hospital. Y Kibum había notado desde que puso un pie en el lugar, como todas las empleadas, absolutamente todas, miraban a su esposo y le coqueteaban. Y como Jonghyun era muy amable e inocente por naturaleza no se daba cuenta. Solo había dos seres en todo el planeta a quiénes prestaba atención como para notar el más mínimo gesto que hacían o sus emociones, y esos eran: Su esposo y su hija.
[07 de Junio de 2020, Shenzhen, China]
Jonghyun había estado preocupado. Kibum no había ido a dormir a su departamento la noche anterior, en cambio se fue a un hotel y no atendió sus llamadas en toda la noche.
Ese día, tendrían una reunión de accionistas y por tanto Kibum asistiría en representación de su padre y sus hermanos.
Todo pasó con normalidad. Kibum y el resto de los accionistas llegaron. Se presentaron entre ellos ya que era la primera vez que se encontraban.
El resto de los accionistas se mostraron impresionados y gustosos de conocer a Kibum. Sabían que conocerlo y estar en buenos términos con él, podría ser ventajoso en el futuro.
Lin, la secretaria de Jonghyun estaba presente en la reunión. Y por tanto se enteró de que Kibum era el presidente Kim, un joven apuesto y multibillonario dueño del corporativo Kim de Estados Unidos. Y desde luego no le quitó la mirada de encima durante toda la reunión.
Jonghyun fue ignorado por su esposo. Al parecer el otro seguía enojado por lo del día anterior. Pero sabemos que si los papeles fueran al revés. Probablemente él no resistiría un ataque de celos.
Pasaron un par de horas, la reunión terminó y los accionistas se despidieron, no sin antes invitar a Kibum a cenar esa noche. Sin embargo el mencionado se negó educadamente argumentando que su agenda estaba llena. Claro que no era así, solo estaba acompañando a su esposo. Pero no tenía ganas de cenas de etiqueta con personas que sabía buscarían hacer relaciones por interés.
Jonghyun regresó a su oficina y se puso a revisar algunos documentos, en espera de que su esposo lo buscara, al terminar de despedirse de los accionistas que no aceptaban la negativa fácilmente. Quería terminar pronto sus pendientes para que pudieran volver a Estados Unidos. Extrañaba a su hija.
—¿Dónde está el tipo número uno? —Minho llegó.
—Ya te dije que no le digas así —Jonghyun repitió por centésima vez.
—¿Si me caso con Taemin? —Minho se sentó sobre el escritorio de Jonghyun—. ¿Jinki Hyung y Kibum-ah serán mis cuñados? ¿Joon y tú mis concuños? ¿Y el presidente Lee mi suegro?
—Supongo que sí —Jonghyun afirmó al empujar a Minho de su escritorio—. Pero hasta donde sé, Taemin viaja cada fin de semana con un grupo de personas para buscar el anillo en la isla.
—Pero tú y yo sabemos que no lo van a encontrar —Minho sonrió al recordar que su anillo falso se había disuelto en agua. Estaba seguro que su plan tendría éxito.
—No puedo creer que me hayas convertido en tu cómplice —Jonghyun suspiró—. Y mira que engañar de esa manera a Taemin.
—Lo hago por amor —Minho sonrió—. ¿Tu has sido siempre completamente honesto con Kibum?
—Claro que sí. Nunca le mentiría o faltaría a Kibum. Sabes cuánto he luchado para estar a su lado. No haría nada que me hiciera correr el riesgo de perderlo... Otra vez —Jonghyun bajó la mirada, seguía sintiéndose muy culpable por el asunto de Kevin. Aunque Kibum no había vuelto a tocar el tema. Lo cierto era que él mismo no lograba perdonarse.
—¡Sí, Nam! —Kibum entró a la oficina como si estuviera en su empresa—. ¡Te juro que no cancelaré! ¡Es tu cumpleaños! ¡Elige el lugar! ¡Yo pago, vamos a festejar cómo es debido! —Se sentó en el sofá ignorando a los otros dos—. ¡Claro que puede venir Sara y traer a sus amigas! ¡¿Esquiar?! ¡Me parece bien! ¡Haré la reservación por un fin de semana completo! ¡No te preocupes! ¡Jonghyun tiene mucho trabajo! ¡No! ¡No puede ir!
Kibum colgó la llamada y Jonghyun reaccionó de inmediato.
—¡¿A dónde vas?! —Se alteró.
Y Minho se dispuso a salir en silencio cuando sintió la tensión que su amigo emanaba.
Kibum solo miró a Jonghyun sin expresión en su rostro y preguntó.
—¿Por qué me gritas?
—¡Minho, cierra la puerta cuando te vayas! —Jonghyun indicó.
Y Minho salió rápido y en silencio, no quería ser participe en una pelea de esposos.
—¡¿A dónde y con quién dijiste que vas?! —Jonghyun se paró frente a Kibum.
—A esquiar con mis amigos. ¿Por qué? ¿No puedo?
—¡¿Con el idiota que nos quiere separar, y la mujer que casi nos separa?! —Jonghyun se dejó caer en el sofá junto a su esposo.
—¿Por qué no? Son mis amigos —Kibum sacó su móvil y empezó a buscar—. ¿Sería mejor la villa?
—¡No vas a ir! —Jonghyun le quitó el teléfono y lo guardó.
—¿Qué haces? —Kibum lo miró serio—. Devuélveme mi móvil.
—¡No vas a ir! ¡Eres mi esposo y no quiero que te acerques a esos dos! —Jonghyun tomó su mano con fuerza y delicadeza al mismo tiempo—. No quiero que te acerques a ese par. Ambos sienten claramente algo por ti. No entiendes que no me gusta ver cómo te coquetean. De por sí ya es un martirio todos los días, ver cómo cualquiera te mira. Eres condenada mente hermoso. Robas miradas a dónde quiera que vas. Si esas personas que te miran, tuvieran la oportunidad de conocerte. Harían lo que fuera por robarte. Y esos amigos tuyos, encabezan la lista —Ya estaba desesperado—. No vas a ir Kibummie. No quiero ser un esposo celoso, posesivo y autoritario. Pero sabes que ese par haría lo que fuera para separarnos. Hemos luchado mucho y superado todas las adversidades —Casi lloraba—. No quiero verte cerca de ellos. No quiero que hables con Nam a menos que sea de trabajo. No soporto que te miren, menos que coqueteen contigo.
—¿Sientes feo que alguien más coquetee conmigo? —Kibum preguntó completamente calmado.
—¡Por supuesto! —Jonghyun colocó la mano de Kibum en su pecho—. ¡No soy de piedra y te amo demasiado!
—¿Y yo si soy de piedra? —Kibum lo miró a los ojos.
—¿Qué? —Jonghyun no entendió.
—Desde que llegamos todas las empleadas en el hospital, coquetean contigo y tú les sonríes —Kibum al fin dijo su inconformidad.
—Yo no les sonrío.
—Claro que sí —Kibum recuperó su mano—. Si no lo hicieras no te ofrecerían masajes —Hizo un puchero con sus labios—. No me agrada que te coqueteen y detesto que les sonrías. Todas tus sonrisas deben ser para mí y nuestros hijos.
—¿Estás celoso? —Jonghyun pareció entender—. ¿Debido a mí?
Kibum solo lo miró feo. Estaba a punto de seguir con sus reclamos cuando de pronto Jonghyun se le lanzó encima y lo abrazó.
—¡¿Qué haces?! —Kibum trató de empujarlo—. ¡Estamos molestos!
—¡No puedo creer que sientas celos debido a mi! —Jonghyun le daba besitos en todo el rostro—. ¡Tanto así me amas! ¡Estoy tan feliz!
—¡Ya basta! ¡Estoy molesto! —Kibum trataba de quitárselo de encima, pero al mismo tiempo sonreía.
Jonghyun se apartó, sujetó su mano y mientras lo hacía llamó a su secretaria.
Lin entró a la oficina y lo primero que notó es que Kibum estaba despeinado y Jonghyun tenía su mano prisionera.
—¿Me llamó? —cuestionó intentando no fijarse en aquel agarre.
—Tráeme un café dulce —Jonghyun solicitó.
—De inmediato —dijo ella a punto de irse.
—Y para mi esposo un americano helado —Jonghyun continuó mirando a Kibum con dulzura.
Lin se quedó impactada. La chica claramente había estado detrás de Jonghyun. Y al enterarse de quién era Kibum en la junta de accionistas. Se había interesado en él.
Así los dos obtuvieron sus cafés. Kibum se peinó. Jonghyun no dejó de sonreír. Y la voz se corrió rápidamente por todo el hospital. El presidente del hospital, Kim Jonghyun estaba casado, y su esposo era Kibum. Como resultado las damas que trabajan ahí dejaron de coquetearle. Aunque no dejaron de admirarlo. Jonghyun y Kibum quedaron satisfechos con el resultado y esa noche fueron juntos a dormir al departamento de Jonghyun. Para tomar su vuelo a Estados Unidos al día siguiente.
![](https://img.wattpad.com/cover/195908034-288-k956013.jpg)
ESTÁS LEYENDO
QUÉDATE A MI LADO ~JONGKEY~
FanfictionSinopsis: Después de diez años de lucha para poder estar juntos Jonghyun y Kibum al fin vencieron todas las dificultades y obstáculos para poder estar uno al lado del otro sosteniendo sus manos. El pasado fue superado y las heridas tratadas, ambas f...