Capítulo 3

557 42 26
                                    

Avril

Al llegar la mañana del domingo, me siento mucho mejor. Me doy un baño y me visto con una blusa de tiros blanca, una minifalda de mezclilla, botines negros de tacón y una chaqueta abierta de algodón negro sencilla. Subo las mangas de la chaqueta hasta mis codos y me pongo una larga cadena de plata con un dije de corazón. Me maquillo y me rocío un poco de perfume y al mirarme al espejo por última vez, sonrío satisfecha. Miro el reloj: 8:30am.

"Perfecto. ¡A explorar Londres!"

Salgo con dirección a la sala y no hay nadie, así que me dirijo a la cocina. Catalina está cocinando paqueques, tocino y huevos. Ummm, eso despierta mi apetito. Ella me mira y sonríe, yo le devuelvo el gesto. Miro al otro lado y veo a Harry hablando por teléfono, está concentrado pero aún así me mira y señala el asiento junto a él para que yo me siente y lo hago. Él viste una camiseta roja de cuello V, jeans negros ajustados y sus botines negros. Sus rulos están apartados de su frente, peinados hacia atrás. Su conversación llama mi atención.

―¿Cómo que no llegarás sino hasta mañana? ¿Qué pasó? ¡Te esperaba hoy, necesito tu ayuda en la empresa! ―Está un poco alterado. ¿Cómo no? Él siempre demanda el control de todo y al parecer, esta vez, las cosas no salían como él planeaba―. Oh ¿Cómo está ella?... Gracias a Dios, dale mis saludos a Phoebe, dile que espero que se mejore y que le mando muchos besos ―Sonríe. ¿Quién es esa Phoebe a la que le manda besos?―. Bien, te espero mañana, Louis. Buen viaje, adios ―Cuelga a ese tal Louis y me mira, pero antes de que pueda decir algo recibe otra llamada.

-Margaret, ¿qué pasa?... Sí, los planes se mantienen. Confirma mi asistencia esta mañana a la reunión con los chicos de tenis, ¿algo más? -Hace una mueca de confusión ante la respuesta- ¿Era hoy?... Ok, envíale cualquier cosa de mi parte... Hasta luego -Cuelga y vuelve a mirarme-. Buenos días, Avril.

―Buenos días, Harry ―Estoy rogando que no me hable de lo de ayer. Así que decido sacarle un tema―. Como que te dejó plantado ese tal Louis ¿No?

―Oh, sí. De eso te iba a hablar...

Él para de hablar cuando me mira de arriba hasta mis botines y frunce el ceño.

"Oh por dios, ya va a empezar"

―No pensarás salir de casa con esa falda tan corta, ¿Verdad? ―Pregunta señalando mi falda―. ¿Verdad? ―Repite con un toque de amenaza en su pregunta.

―Bueeenoo ―Alargo con lentitud― De hecho, sí. Pensaba salir a conocer la ciudad.

Él alza ambas cejas y luego frota con sus manos su rostro.

―Oh no, por supuesto que no ¡Definitivamente no! ¡De ninguna manera en el infierno, Avril Kipner, saldrás con tan poca tela de esta casa!

―¿Perdón? ―Pregunto incrédula.

―Lo que oíste, Avril. No voy a dejar que salgas sola de la casa vestida así. ¿Sabes cuantos pervertidos hay rondando por Londres? ―Ruedo los ojos.

"Claro, un domingo por la mañana"

―Ya estoy lo suficientemente grandecita como para que me estén diciendo lo que debo o no vestir, Harry. No soy ni la primera ni la última mujer que sale en minifalda a la calle ―Me levanto dispuesta a salir de la cocina. De reojo veo a Catalina, que intenta hacer como si no nos oyera, mientras termina el desayuno.

―¿Mujer? ¿Cuál mujer? ¡¡¡Sólo tienes quince años!!! ―Está cabreado ya. Yo lo miro ofendida.

―Casi tengo dieciséis ―Le recuerdo―. Y me vale mierda lo que pienses...

Problem is Avril  [H.S | Z.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora