Capítulo 4

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Harry

Justo ahora poniendo el auto en marcha hacia la casa de Verónica Williams intento poner en orden mis ideas. Últimamente nada me sale como planeo, nada es como era hace 2 días y temo que nada va a ser como antes.

¿Cómo demonios se puede pasar de tener un día tan agradable a terminar en un coche camino a la cena de cumpleaños de una novia a la que no soportas? En el transcurso del día olvidé por completo del recordatorio de Margaret -mi asistente- esta mañana respecto al asunto. Le dije que le enviara algo, espero lo haya hecho.

Ahora estoy cansado y malhumorado en camino a la mansión de las víboras. ¡Genial!

No puedo evitar soltar un suspiro derrotado al pensar en el día de hoy. Mentiría si digo que me importa el cumpleaños de Verónica, mentiría si digo que prefiero estar aquí en lugar de estar en casa, con Avril. Mentira sería también decir que no me gustó verla feliz, ver la impresión en su mirada mientras recorría los lugares que le mostraba. Que odio su compañía y que preferiría estar con alguién más. Que no disfruté hablar con ella.

Avril, estúpida chica con sonrisa perfecta. La muy revoltosa me ha hecho pasar el día más divertido que tengo desde hace dos años. Creo que hasta la estoy empezando a querer... Nunca se lo diré.

Estaciono el auto frente a la casa de los Williams y le paso las llaves a uno de los vigilantes.

-¡Amor! -Esa voz.

"Dame fuerzas, señor", me quejo mentalmente.

-Vero -Murmuro, aceptando el abrazo que ella me da cuando se guinda a mi cuello-. Feliz cumpleaños.

-¡Recibí el mega ramo de rosas esta mañana! Y esa cartera de última colección de Chanel, te luciste. ¡Gracias osito! -Chilla mientras me llena la cara de pequeños besos sonoros.

Al menos sé que Margaret me ha sacado de un gran apuro. ¿Chanel? Por supuesto que le encantaría.

-Detesto ese apodo. Lo sabes- Ruedo los ojos- Vero, para ya. Me dejas la cara pintada de rojo -Le explico como a una niña de 5 años.

Ella se detiene, pero aún no me suelta. Me mira haciendo una mueca triste.

-Te llamé para agradecerte el detalle y no me contestaste ¿Por qué?

Porque estaba pasando una tarde agradable con una chica agradable... mucho más que tú.

-Estaba dormido- Respondo.

-¡Harry, Verónica, serviremos la cena dentro de poco! -Anuncia Valeria, la hermana de Verónica, desde la puerta. Asiento y miro a la chica que aún cuelga de mi cuello.

-¿Vamos? -Pregunto.

-¡Vamos, osito! -Chilla soltándose de mí.

"Mi cuello te lo agradece"

La cena es aún peor de lo que esperaba. El señor y la señora Williams y familiares más cercanos haciendo alarde de sus posesiones y logros. Y yo asintiendo y obligándome a sonreír.

En un rincón del salón estaba el exagerado ramo de rosas enviado por Margaret y por el cual todos me felicitaban por ser el "más hermoso detalle para mi novia". Debo aumentarle el sueldo a mi asistente.

Estaba en medio de una conversación que iba del nuevo yate del Señor Williams a las nuevas adquisiciones en la bolsa de su hermano, el señor Marcus, cuando luego se acerca Verónica hacia a mí.

-Llevemos a mi prima Bea a su casa, Harry.

Podría cantar victoria y ser feliz ahora mismo. Cualquier cosa es mejor que esto, llevo horas aquí y necesito irme. Luego de las respectivas despedidas, salimos los tres del lugar.

Problem is Avril  [H.S | Z.M]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora