Tengo muchísimas cosas para contarte pero seguramente no me creas. Todo empezó el día que pensé por primera vez.
Primero supe que era, después supe que estaba, Y todavía quiero saber quién soy
Se tragó todo, menos tus palabras en distancias inciertas.
Sigue hablando, sigue hablando.
No sé dónde estoy. Tú sabes donde estás.
Igual podremos encontrarnos.
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"cumplir las misiones, evitar el derribo y volver" Armó Valentino como nuevo plan de acción. De nada servía renegar verbalmente, se encontraba incapacitado, y el trayecto entre la base de OTAN y Argentina era escandalosamente superior a su autonomía de vuelo, por tanto no podría desertar- El portaaviones le sentará bien. Entenderá que No hay mucho espacio pero es más lujoso que cualquier galpón abandonado donde estuvo- Habló uno de los mecánicos que desmontaban ahora su plano izquierdo.
-Entendido-
-¿Es todo lo que tiene para decir?-
-Si- Retiraron la pieza para empaquetarla y 5 médicos fueron donde Allende prestos a trabajar.
-¿Qué le pasa? Usted nos hizo envejecer 20 años en 10 semanas y de la nada es una seda-
-No derrocharé más recursos en Ustedes. Los necesito para dar el buen combate- Se filtró en la frecuencia un grito que sobresaltó al mecánico y puso alerta al avión. Marcos se incorporó bruscamente y los médicos lo retenían gritando de cosas y con todas sus fuerzas. Golpeó la chatita de lata donde los facultativos disponían una serie de elementos que aplicarían en su ya destrozada fisionomía. Por esta causa una jeringuita de tuberculina cargada con líquido turquesa rodó y rodó fuera de la vista de todos. Se escondió entre la mugre, los pertrechos, se escondió de su único propósito.
-¿Como en Malvinas?- Siguió insistiendo entre el caos.
-Con todo respeto... Por favor no mencione Malvinas-
-¡Malvinas!-
-¡López, deje de fanfarronear y venga a ayudar!-Por suerte otro mecánico cortó el acontecer.
En la séptima los preparativos casi terminaban. Faltaba apenas un día, más precisamente 15 horas para ejecutar el ataque maestro. Leónidas se encontraba algo impaciente por una respuesta que no llegaba, y ya casi creyó que no llegaría a tiempo, o directamente jamás lo haría,
-Buenos días, soldado- Saludó Mercado con cierta efusividad caminando por el hangar hasta su instructor y camarada- Le comento algo que seguro le interesa-
-Diga, buen día- Respondió el caza sacado a rastras de su ensimismamiento del día que a sus propios compañeros había extrañado. El piloto sacó de un bolsillo un telegrama que por supuesto se le había arrugado pero la verdad ya no importaba. lo desdobló y estiró frente a sí sabiendo que el Mirage lo leería perfectamente.