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El tiempo me quema.

Arrastro Cadenas.

Atadas a nada ni a nadie más que a Mí.

El espacio se agrieta,

Comienza de vuelta.

Resistiendo resistencias, me resisto a sucumbir.

De aquella tarde lluviosa en que Allende se entregó a la justicia y acabó preso en San Martín De Los Andes pasaron 10 años

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De aquella tarde lluviosa en que Allende se entregó a la justicia y acabó preso en San Martín De Los Andes pasaron 10 años. Correspondencia iba y venía rigurosamente cada viernes. Toda epístola era esperada con ansias y su ausencia, motivo de preocupación. Cada cierto tiempo el militar tenía permiso para ver a su familia. Aprovechando la ocasión, la vida obsequió a EL Y SU SEÑORA lo que dieron por perdido tiempo atrás: Un hijo propio: Tomasito. Nacido el 10 de Septiembre de 1990.

Fuera de la gran noticia, el panorama era desalentador. La posguerra hizo estragos en todos. El personal salió lentamente y gracias a la compañía de sus familias, seres queridos, y apoyo profesional, los que pudieron acceder.

Los aviones, por y para el combate pero con lo más parecido a vínculos bien afianzados, sufrieron psicológicamente procesos que ni Mariel, su "Persona de más confianza", pudo prever. Ella volvió a ir a la brigada más de una vez por semana. Los días más duros podía llegar a las 6 de la tarde e irse a media noche. Mejor ni hablar de la vez que Mauro estuvo a metros de lanzarse al mar, si no fuera porque Diego, Matías y Gabriel lo interceptaron a tiempo y convencieron de desistir. En aquella oportunidad la psiquiatra, avisada por Corbalán, debió literalmente huir del trabajo. En la brigada se quitó los zapatos altos y corrió por las calles de rodaje como nunca había hecho. Al llegar con el A4, lo primero que Este se animó a decir fue "Mariel. No aguanto más". Ya que era totalmente cierto. Cada día que pasaba lo sentía como una injusticia total. Julio no tenía por qué lanzarse en su rescate y lo hizo dejándose a sí mismo en el intento. y el bombardero no encontraba a esto lógica o razón, ya que el trato tenso entre ambos y su distancia bien marcada no lo justificaba bajo ningún punto de vista, y más encima no fue que el británico había errado de blanco. Ese misil era para el. Y justamente "Era para el" pero jamás le rozó un flap. A su propio juicio no mereció cada jornada de la posguerra.  

Los averiados pasaron duros meses, Leónidas años, sin poder volar. aquella situación les era desesperante estando acostumbrados a recorrer cientos de kilómetros en un día. Emanuel ,David y José salieron rápidamente de esa condición. El daño había sido puntual, limpio. Relativamente fácil de manejar. El Mirage, a contramano, tenía la mitad posterior del plano izquierdo hecha añicos. Aterrizó aquella vez, el metal enfrió, endureció y deformó, todo acabó de estropearse y no pudo despegar de nuevo. fue devuelto por mar y tierra a su unidad. Lombardo lo revisó mientras escuchaba el relato de guerra de por qué quedó como quedó. Entre gratitud y coraje el mecánico le juró que lo pondría a volar de vuelta. Que si el presente quería Retruco, le pediría Vale 4. Que no permitiría que corriera la suerte propuesta por cualquier otra Fuerza Aérea del mundo. La suerte del desguace, del repuesto, del descarte. Como ya le era costumbre se empeñó hasta la última neurona junto a sus camaradas. Literalmente, haciendo cosas imposibles que a nadie más se le hubiesen ocurrido. Antes de iniciar el procedimiento interpeló a sus pares y subalternos así: "Hoy hacemos aeronáutica sin reglas".

Y a todos, sin distinción, les tocó sobrellevar la rendición, la derrota, la pérdida por los compañeros que ya no volverían a ver...

Y a este paradigma corresponde sumar Burocratización del brazo armado, infamia sin precedentes y último pero no menos importante, recortes presupuestarios. La dinámica en los hangares de la séptima Brigada Aérea cambió al quedar sólo 13 máquinas de "La magnífica veintena". Dos Pucará, dos Pampa, cuatro Mirage y cinco A4B. Mas aunque ninguno la pasaba bien, cumplieron las máximas de Allende sobre espíritu de cuerpo y unidad. "Los hermanos sean unidos, pues es esa la ley primera". Y trabajando sobre esto con Mariel de por medio, ninguno quedó solo. Más unidos que nunca y casi sin recursos, se creyeron listos para los tiempos corrientes.

Y los sorprendió 1992.

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