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Si en las penumbras están las respuestas,

A la intemperie se ocultan sus comprobaciones.

¿Será momento de ir a por ellas?

¿Será momento de ir a por ellas?

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-La verdad no sé qué hacer- Confesó Marcos a Valentino camino a Cuartel Quinto. Siendo ya de madrugada vieron no prudente sino apenas oportuno regresar a la Séptima y, no sabiendo si tendrían otra oportunidad o mucho más tiempo para impedir cualquier desastre, se arriesgaron.  Se había formado una tormenta sobre el sur cordobés. Los rayos les pasaban cerca y la turbulencia ponía a prueba el temple y habilidad de ambos. Esa noche se venía larguísima.

-¿Aplicarles la ley marcial? Por sus crímenes corresponde fusilamiento-Sugirió empleando su vaga comprensión judicial, el Pampa.

-Debería ser pero no se puede. Todos los que suplantarían al presidente son iguales a El, nuestro contexto no amerita la ley marcial, y la venganza de sus afines será peor que todos nuestros ataques. sin justicia no puede haber paz. Aquí no hay paz. Entonces tampoco hay derecho de pedir justicia-

-¿La justicia lleva a la paz, o la paz lleva a la justicia?- Reflexionó tímidamente Valentino sabiendo que de eso demasiado no entendía- Una reglamentación clara y aplicada resuelve problemas generando paz. A su vez, la paz rota obliga a generar y aplicar reglamentaciones al actuar individual que se pueden corresponder con "Justicia"- Marcos quedó momentáneamente "Fuera de servicio". Pasado el estupor logró responder.

-Interesante. Como ves las cosas de forma fáctica, asociás la paz con no declaración de guerra y la justicia con actividad tribunalicia. No está errado pero tampoco completo. Por mi parte tampoco lo entiendo acabadamente- Los golpeó un viento cruzado fuertísimo que literalmente arrastró a Valentino en una dirección transversal al curso de vuelo. Retomar el control entre las nubes, la noche y esa tormenta inclemente le costó todas sus capacidades. Estaba siendo uno de los vuelos más peligrosos que debió llevar adelante.

-Luego me informaré sobre esto... ahora concentrémonos en volver- Resolvió el avión sin recibir objeción alguna por parte de su piloto.

Aterrizaron "Exitosamente". O así se pudo denominar a la maniobra según las condiciones en que se efectuó ese turbulento, rebotado y milagrosamente no descarrilado touchdown. En el hangar Valentino fue saludado con efusividad e interrogado rigurosamente en la Frecuencia global por todos sus camaradas y por supuesto al Pampa no le alcanzaban las palabras de los tres idiomas que conocía para agradecer el tremendo rescate efectuado por ellos. Por su parte Allende, Luego de dar las gracias también y confirmar un cierto estado de bienestar para no preocupar a sus soldados, se apropió un rincón para guarecerse y pensar. Dejó de sentir frío y de hecho tuvo deseos insatisfechos de comer hielo. Se acostó envuelto con unas lonas y entre análisis se quedó dormido sin saber que las 9 horas transcurridas entre la visita de "Los impresentables" a FADEA y su llegada a la séptima ocultaban un hecho determinante. Además, para el, la lucha todavía no había terminado. Y esa jeringuita que rodó en el galpón de Río Tercero escondiéndose del futuro le podría haber cambiado el presente.

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