El verde de mis sueños.

Hogar vacío.

Pasaban las horas y deku seguía repitiendo en su mente el escenario donde bakugo mostraba de nuevo esa frialdad en sus ojos.  Quizás no era odio lo que deku sentía por el, pero verlo tan indiferente a su comodidad le hacían dudar de su poca amabilidad que solía mostrar en el pasado.

Bakugo: Levántate, es tarde.

Deku: No iré. 

Bakugo: No quiero pelear.

Deku: Miedo?

Bakugo: Pareces un niño, vámonos.

Deku: Quiero pasar a ver a mi tío antes.

Bakugo: Bien, ve rápido que no tienes permitido verlo aun.

Deku se dirigía a la habitación de su tío sobre una silla de ruedas, buscando por todas partes el numero en la puerta, cuando llego miro a su tío totalmente vencido sobre aquella camilla de hospital. El fio aire de la habitación comenzaba a amenazar el delicado cuerpo herido de deku.

Mientras mas se acercaba podía ver el rostro cansado y pálido de su tío, esa expresión agotada y fruncida, se podía ver un gran héroe en cama casi derrotado. Todo eso por proteger a su pequeño. Deku se sentía culpable, de ser mas fuerte hubiera podido defender a su tío en vez de escapar solo.

Deku: Perdón tío, por mi estas así no? Solo querías protegerme y aun así no pude cuidarte solo..

El silencio retumbaba en los oídos de deku, hacían que sus emociones salieran a flote junto con el frio de la habitación que no lo consolaba.

Deku: Prometo que mejorare pronto para entrenar mucho mas, seré el mas fuerte de todos para protegerte, lamento no podre protegerte o nuestro hogar, te devolveré el dinero que invertiste en casa.. Cuando despiertes no te preocupes sobre nada, prometo que todo estará bien, lo haremos bien cuando estemos juntos..

Bakugo? Bakugo estaba afuera de la habitación, esperando por el muchacho, atento a sus palabras y lloriqueos. No comprendía como el niño que ahora suplicaba un perdón en medio de llantos era el mismo que lo miraba como si fuera la peor escoria de la vida.

Deku salía de la habitación en su silla de ruedas, con su frente en alto, sus ojos rojos lo delataban pero su rostro indiferente lo lograba ocultar.

Deku: No escapare, no necesitas seguirme.

Bakugo: Tus manos están dañadas, yo te empujare.

Deku: Yo lo hare.

Bakugo miraba como deku se movía por si solo en el hospital, era claro que las heridas de sus manos sangraban pero Deku mantenía una posición impecable. 

Bakugo ayudo en lo que pudo a Deku a subir a su auto, el joven era tan terco que no lo dejaba que lo tocara.

Deku: Es tuyo el auto?

Bakugo? Si, lo compre hace meses.

Deku: Oh.

Fue todo lo que contesto Deku pero era un indicio de su inmensa curiosidad, su cabeza llena de cuestionamientos para Katsuki lo hacían enloquecer y flaquear en algunos segundos.

Deku: Esta es tu casa?

Bakugo: Si, me gusta aquí.

Deku: Es casi en las afueras de la cuidad..

Bakugo: Nadie me conoce aquí, todos son viejos por aquí.

Deku: Se nota, es anticuado.

Bakugo: A Todoroki le gustaba lo clásico, bueno lo "anticuado".

Deku: Pésimo gusto de mi padre.

Bakugo: Tendré que ayudarte a subir por que tengo escaleras en la entrada.

Deku: Solo caminare.

Bakugo: No, no puedes caminar hasta dentro de 2 semanas.

Deku sintió una mano pasar sobre su espalda y otra en sus piernas, de un segundo a otro ya estaba sobre el aire en brazos de bakugo, ni el que lo creía, después   de todos estos años siquiera este escenario era posible? Bueno para Deku no lo era, solo se quedo estático mientras miraba las prótesis de bakugo cargar su cuerpo, parecían parte de el por como tenia completo manejo de ellas.

Deku: Gracias.

Bakugo: Porque?

Deku: Por dejarme quedar en tu casa.

Bakugo: Seguro.

Bakugo lo llevo hasta la sala, donde lo ayudo a sentarse en el sofá con sumo cuidado, deku se sentía agradecido pero no lo diría.

Bakugo: Iré por tus coas, no te muevas.

Deku: Okey

Mientras bakugo salía de la casa deku aprovechaba para dar un vistazo rápido desde su  lugar, miraba aquella sala de estar tan vacía, sin vida, lo muebles eran modernos pero sin color, la cocina se miraba casi abandonada, siquiera había fotos o algún decorado en las paredes, le extrañaba un poco por los recuerdos de su vieja casa, donde siempre habían fotos en las paredes, incluso objetos de decoración en casi todos lados. Sin duda bakugo había cambiado.