Capítulo 1: Historia.

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Sentada llorando en este rincón, escuchando los gritos, oliendo el alcohol, un mundo donde se pierde la razón y la memoria falla.

Cuando te encuentras sola, sabes que ya no estará a tu lado en las noches para protegerte de tus miedo, ya no estarán más esos brazos que te envolvían para curarte de la soledad, esa cálida sonrisa, o esa mirada tierna, que te hacía olvidar de todo. La niña que jugaba y reía, ahora sufre por su ausencia, la que será eterna y solo guarda los recuerdos en su corazón. Esa niña prometió ser más de lo que se esperaba, y de este rincón tan inmundo surgirán las cenizas que le renovarán las alas para hacerla volar a mundos inimaginables luchando por sus sueños.

***

"Dame una toma más. Tu mejor sonrisa estamos por terminar." Mi novio decía mientras tomaba las fotos perfectas para esta noche.

"El desfile inicia a las 8:00 tienes tiempo para descansar, a las 5:00 necesitas estar en el salón." Mi manager o mejor amiga comentaba el itinerario de mi día.

"No, no, no, no necesito tu otro perfil. Perfecto mi amor." No es lindo, es que él llegó a mi vida para hacerlas brillar aún más.

Irónico ¿No? se pensaría que es cansado, fastidioso pero es algo que amo, es lo que me hizo salir adelante y por lo que luche, pasarelas como las de esta noche son de las más importantes si les gusta tu trabajo para sus comerciales tendrás la oportunidad de expandirte más en esa área, que es lo que más quiero, ser reconocida por el mundo entero.

"Nos vemos en la noche mi amor." Aldo beso mis labios con dulzura, lo rodeé por el cuello para intensificar nuestro beso, me tomó por la cintura y en lugar de abrazarme fuerte se separó de mí, sonrió y junto su frente con la mía. "Eres tan linda." Acarició mi mejilla. "Te amo tanto, no veo el día en el que estemos casados."

Sonreí para él, faltaban tres meses para que se cumpliera el sueño que tenía desde niña, casarme con el hombre de mi vida y Aldo llegó a mi para brindarme esa luz que necesitate por tantas noches. Era tan tierno, tan amoroso, desbordante de miel, pero a veces tenía que aceptar que me cansaba esta situación, con Aldo todo era de un matiz gris, en todas las cuestiones y más en la intimidad. Él era el primer hombre, lo fue en todos los sentidos para mí, y sentía que todo era perfecto, pero inevitablemente algo faltaba.

"Me tengo que ir cariño." Beso mi mejilla, tomó su cámara y al salir del camerino me dijo. "Trataré de llegar a tiempo para verte desfilar." Me mandó un beso, guiñó su ojo y salió.

"Lety vamos a comer o a dónde irás, son las 12 todavía nos falta tiempo para ir al salón."  Carolina preguntó, pero yo estaba muy lejos de aquí para poner atención. "Lety ¡Hey Leticia!" Puso su mando frente a mí, entonces reaccione.

"Perdón Carol." Sonreí. "Es que, no olvídalo, nada importante." Se quedó viéndome, con cara de fastidio. "Ya Carol no me mires así. Tú sabes que Aldo lo es todo para mí."

"Si fuera todo para ti no tuvieras esas dudas a tan poco tiempo de tu boda." Se alzó de hombros y se sentó en el sofá. "Pero ya no hablaré de eso, tú sola te darás cuenta, espero que no sea demasiado tarde. Te lo he dicho un montón de veces que le debas tanto, no quiere decir que tengas que pagar con una vida entera a su lado." La miré y negué con la cabeza, Carolina era mi mejor amiga y conocía todo de mí, pero me molestaba que hablara así de mi prometido y más porque tal vez tenía razón. "Pero ya anda cámbiate que muero de hambre y tenemos muchas cosas que hacer." Suspiré y me miré al espejo, seguía en ropa interior. La pasarela de esta noche sería en tres tiempos. Ropa casual, vestido de noche, y lencería.

La Fea Más Bella: Yo te prefiero a tí. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora