4

147 9 2
                                    

—Matt suéltame —Emma empieza a quejarse— yo también quiero ver.

—No hay nada que ver —gira la cabeza de izquierda a derecha— no hay nadie princesa.

Me asomó rápido y miro a la calle, frunzo el ceño más confusa que antes.

—Que raro, pero... —Emma se pone a mi lado— si estaba ahí —señaló la zona donde la había visto.

—Matt coge aire pensando mientras se aleja de la ventana— ¿Qué hacía cuando la viste?

—No paraba de mirar a todos los lados mientras se acercaba poco a poco —me giro mirando a Matt— me pareció ver que hacía señales pero no se a quién.

Emma empieza a repetir una y otra vez las mismas frases, "Lana volvió", "¿Qué haremos ahora?

Matt la abraza contra ella y acaricia su cabeza, intentaba calmarla aunque en la mirada podía ver que el también estaba preocupado.

Pase un rato tranquilizando a ambos, yo y mi maldita manía de hablar sin pensar, hicimos varios viajes para la mudanza ya que en el coche del amigo de Matt no entraban tantas cosas.

Termino de ayudarles a colocar algunas cosas, las otras querían hacerlo ellos, nos sentamos en el sofá con un vaso de refresco en nuestras manos.
Hablamos un poco hasta que mi móvil suena.

—Chicos tengo que irme —vuelvo a guardarlo cuando veo de quién se trata— Daryl me acaba de mandar un mensaje.

—¿Ha pasado algo? —Matt me mira preocupado.

Me quedo callada sin saber que responder, Matt había vuelto de su luna de miel con su reciente esposa, estaban felices viviendo su nueva vida. Si le cuento lo de Maccini se va a preocupar, suficiente acaban de tener hace un rato con esa mujer no quiero darles una preocupación más.

—¿Daila?

La voz de Emma consigue sacarme de mis pensamientos.

—No —niego— nono —les miro— está preocupado porque no le dije a donde iba, piensa que me ha pasado algo.

Me levanto cogiendo mi bolso.

—¿Quieres que te lleve?

—No tranquilo, conociéndole ya estará llegando.

Los tres reímos, sabemos de sobra a que velocidad conduce cuando va solo. Me despido de la pareja , salgo del edificio acercándome un poco para esperar a mi chico.

Segundos después aparece, abro la puerta subiéndome y deposito un beso en sus carnosos labios. Me sonríe apretándome contra el para profundizar el beso, el pitido de un coche interrumpe nuestro momento, nos separamos de mala gana.

—Que rápido llegaste —me coloco el cinturón.

—Estaba por la zona, ya sabes, negocios, —conduce y me mira de reojo seriamente.

Espero pacientemente a que suelte la bomba de una vez por todas, Daryl es como una olla a presión, a veces tarda en pitar pero termina saltando.

—Me habías preocupado mucho, pensé que te había pasado algo, joder Daila —suspira— ¿no podías llamar o mandarme un mensaje? Se que con mi hermano estas bien pero aun así.

—Mi amor lo siento, iba a hablarte pero paso algo y se me olvidó —pongo mi mano en su nuca acariciando suavemente con mis uñas—no te pongas así —susurro— la próxima vez te avisaré.

Daryl
Casi se me sale el corazón cuando Daila no contestaba, pensaba que Maccini le había hecho algo. Al verla en mi coche sana y salva, sin un rasguño todo mi cuerpo dejo de estar tenso, aparté de mi mente esos pensamientos.

Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora