Temporada 2

19

Daila
Han pasado dos mes desde que di a luz.

La tranquilidad que tiene nuestra vida me inquieta, sobre todo porque se que Maccini busca venganza.

Mi hija es tan hermosa, y demasiado buena.

No llora demasiado, solo llora para las cosas básicas y cuando se siente mal.

Daryl esta encantado con nuestra pequeña, a pesar de que no pasa mucho tiempo en casa.
Suele estar en su club de strip-tease, haciéndose cargo de su negocio para que no caiga y de paso aprovecha para reunirse con gente importante y hablar sobre el plan de Maccini.

Esta tan preocupado como yo, y lo demuestra sacando su rabia o alejándose.

Intentar hablar con el o detenerle solo puede empeorar las cosas, eso lo se por experiencia. 

Es mejor esperar a que venga a mí.

Me acerco a la cuna de mi hija y sonrío acariciando su cabeza, me inclino dejando un beso.

Sonrío mirándola unos segundos y después me pongo recta.

Al asegurarme que esta bien, y dormida cojo la ropa que deje en la cama y camino al baño.

Dejo la ropa al lado del Walkie-talkie, hay dos. Uno lo tengo yo y otro esta en la habitación de mi niña, cerca de la cuna.

Me desnudo y entro en la ducha, me lavo el pelo primero porque tardo más. Después me enjabono el cuerpo, y giro la cabeza al oír un ruido de algo caerse en la habitación de la niña.

Desde que he dado a luz a mi pequeño rayo de sol, tengo los cinco sentidos mas activados.

Me aclaro rápido y salgo de la ducha envolviendo la toalla sobre mi cuerpo, no me molesto en poner otra en mi pelo y salgo rápido para dirigirme hacia la habitación de Evie Alyssa.

Al entrar me acerco a la cuna y descubro que no esta, miro por todos lados y salgo de la habitación, quiero pensar que Daryl llego a casa y se la llevo al despacho o a la sala.

Pero tengo un horrible presentimiento que hace que mi corazón se encoja y mi estómago de vueltas como una lavadora.

—¿Daryl?

Menciono el nombre de sus escoltas y de las asistentas por si alguien esta, pero no, nadie contesta.

¿Dónde diablos están?

¿Para eso les paga Daryl? ¿Para qué desaparezcan?

Bajo una vez me aseguro que en la segunda planta no hay rastro de mi hija, entro en la cocina y suelto un grito al ver a la asistenta tirada en el suelo, un poco de sangre sale de su cabeza.

–Dios mío.

Me tapo la boca horrorizada y salgo de la cocina, busco a alguien pero tampoco hay rastro de mi hija ni de un escolta o de mi novio en la planta baja.

Salgo fuera corriendo y veo cinco escoltas tirados en el suelo,  vuelvo corriendo y cojo el teléfono fijo.

–911, ¿cuál es su emergencia?

–H-hola, necesito que vengan a mi casa tengo a seis heridos gravemente.

Les digo la dirección, evito responder a sus preguntas sobre si vi a alguien y esas preguntas que suelen hacer.

–¡Manda a una ambulancia! –grito y cuelgo.

Me acerco a la asistenta y le tomo el pulso mientras marco el número de Daryl.

–Vamos contesta, contesta –susurro.

Un pequeño alivio recorre mi cuerpo al ver que esta viva, aún así no puedo quedarme con ella porque tengo que asegurarme que los demás están bien.