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Daryl

Mi hermano tiene cara de dormido, y una gran sonrisa dibujada en los labios al ver a Daila bien.

—No sabéis cuanto me alegro de que estéis a salvo.

Ambos le sonreímos y decido ponerle al día sobre como salió el plan al final.

—Así que, espero su llamada como muy tarde al final de esta semana para que me digan el final de Maccini, su gente y sus lugares —suspiro.

—Si, porque yo no me quedaré tranquila hasta que nos aseguren eso —interrumpe mi chica.

—Con todas esas pruebas a Maccini se le acabó su reinado del terror, seguro que os avisan cuanto antes.

—Eso espero —asiente.

—¿Habéis avisado ya al resto de que estais bien?

—Si, de la que veníamos —le miro—, ahora no quiero molestarte mas. Nos vamos a casa y si quieres pásate mañana a comer.

—¿Mi hermanito invitándome a comer? Eso no me lo pierdo —sonríe engreído.

Mi chica se levanta con nuestra princesa en brazos, me acerco cogiendo las cosas de nuestra hija y me doy un corto abrazo con mi hermano.

—Gracias por cuidarla —sonrío al separarme.

—Cuando quieras, es mi sobrina —sonríe.

—Tendría que haber grabado esto —Daila nos mira sonriendo.

Nos acompaña hasta la puerta y nos subimos al coche, mi novia lleva en brazos a nuestra pequeña.

Acaricio su diminuto pie sonriendo mientras emprendo rumbo hacia casa.

—Pondré a la mitad de mis chicos a protegeros en casa y allá donde vayáis, todo el día.

—Me parece bien, gracias —sonríe.

—Al menos será por un tiempo hasta que todo se calme, y sabes que siempre estarán mis chicos vigilándote —la miro—, cuidándote —corrijo.

Ella se ríe y asiente.

—No te preocupes, te he entendido —sonríe.

Al llegar cojo todas las cosas y le abro la puerta del maletero.

—Voy a preparar la cena, mientras tanto puedes darte un baño caliente y quedarte tranquila.

Estiro el brazo para coger a Evie, se ha dormido así que espero que no se despierte. Entramos y mi chica sube a preparar su baño, yo dejo a Evie en la cuna del salón, cojo el monitor por si acaso no la escucho si se despierta.

Me pongo a cocinar, y un rato después baja Daila.
Nos sentamos a cenar y cojo la copa de vino.

—Por nosotros, y por nuestra victoria —sonrío.

—Y por una vida tranquila —sonríe levantando la copa.

Brindamos y le doy un pequeño trago, siento que esta vez si podemos tener una vida tranquila.
O sinceramente eso espero.

***

Entro en casa y busco a Daila, se ha cogido el día libre en el trabajo.
Esta semana ha sido muy dura, Daila volvió al trabajo y estuvo muy inquieta y desconcentrada según Matt.

Hoy fui al juicio de Maccini, duró bastante porque también metieron presos a la gente que pillaron al cerrar esos sitios del mafioso.

Entro en la sala de estar y veo a mi novia con mi hija en brazos, viendo una película. Sonrío acercándome y les doy un beso a cada una.

Temporada 2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora