El legado de la Venganza

Capítulo 15

Narra Elizabeth

Frunzo el ceño al llegar a la universidad por el montón de hombres los cueles vigilan los autos que salen y entran de la universidad

—¿por qué tantos guardias? - pregunto

—no lo se pero algo me dice que tiene que ver con nosotras - responde Raquel

—¿crees que esto tenga que ver con la misión de Catalella y Melin? - pregunto

—no lo se pero tengo una leve sospecha que puede ser

En que se metieron esta vez

Ambas bajamos del auto bajo las atentas miradas de los guardias

—¿por qué nos miran a nosotras? - pregunta Daniela uniéndose a nosotras

—tal vez son hombres de nuestra madre - digo

—no, no lo son ni siquiera tienen el tatuaje - explica Daniela

Me fijo en sus muñecas y la verdad ninguno de ellos tienen el tatuaje de nuestra Mafia

—chicas esto no me huele bien - confieso - estamos rodeadas

—entremos y salimos por la puerta trasera así los perderemos o tal vez podemos defendernos más fácil - explica Raquel

—bien hagamos eso, Melin y Catalella deben estar llegando a los Ángeles pidámosle ayuda - indica Daniela

—presionen sus collares - pido haciendo lo mismo

—hola chicas - las tres nos volteamos encontrándonos con Anabella

—hola - saludamos a la par

—Raquel esto es tuyo, lo has olvidado en la clase y no quería que se perdiera- le pasa la amada libreta de dibujos de mi hermana

—gracias pero debes entrar ya de lo contrario no llegarás a clases - aconseja

—ustedes también deben entrar - indica  pasado por un lado de nosotras - apúrense - pide

—nosotras entraremos en algunos minutos

—esta bien - responde

Miro a mi alrededor notando que los hombres ya no nos miran a nosotras

—¿desde cuando Anabella esta detrás de nosotras? - pregunto

—no, lo se ¿acaso eso importa ahora? – pregunta Raquel

—si, ellos no nos están siguiendo a nosotras si no a ella - explico al ver a varios hombres ir detrás de ella

—debemos ayudarla - aconseja Daniela

—no, nos deberíamos meter pero no quiero que su madre llore la pérdida de otra hija - confiesa Raquel

—¿qué esperamos? Tenemos que ayudarla

Narrador omnisciente

Las tres chicas se dirigieron en busca de la castaña y los hombres que la seguían, todas estaban seguras que no eran guardaespaldas enviados por sus padres ya que si fuera así no sería tan sospechoso

Por otro lado la linda Castaña de ojos miel estaba segura que las personas que la seguían tenían que ver con la desaparición de su hermana por lo tanto no le tomo tanta importancia ya que quería ver hasta donde podían llegar y cuanta información le podían dar acerca de Ángela pero ella no era tonta sabia que no podía contra esos hombres, aunque le  costaba admitirlo sabia que no podía defenderse sola por lo cual envió un rápido mensaje a la persona que más confianza le tenía

Los pasos de la chica fueron detenidos por un par de hombres que se encontraban delante de ella, Anabella intentó retroceder más sin embargo no pudo hacerlo ya que había dos hombres más detrás de ella sin contar lo que la perseguían

La chica estaba rodeada y sabía que esto no saldría nada bien

—venga con nosotros - pide unos de los hombre que estaban en ese lugar, sus intenciones con la chica no eran para nada buena

—no se me apetece obedecerle - responde la chica

—es mejor que nos haga caso de lo contrario tenemos permitido lastimarla - eso la chica no se lo esperaba pero sabía que debía hacer tiempo mientras su padrino venía por ella

—entonces creo que la fiesta debe iniciar - la chica se coloca en posición de guardia haciendo que los hombres se rían por la actitud tan patética

Las risas fueron calladas por los sonidos de los golpes y disparos

—corre, te quieren muerta - ordena su primo mayor después de todo eran demasiado para los cuatro chicos pero sabían que no los querían a ellos si no a la pequeña chica, quería a la chica muerta y ellos debían retrasar los que sucedería dándole unos minutos para que escapara

La chica intenta escapar pero no podía habían llegado refuerzos de los hombres que la seguían, ahora le parecía una muy mala idea a ver buscado sobre su hermana con tal libertad

La chica siente el frío metal contra su cabeza haciendo que empiece a temblar, no lo negaría tenía mucho miedo después de todo estaba a punto de morir a manos de unos cabrones que ella misma había atraído a ella

—suéltala - ordena la chica de ojos azules apuntando con la pistola al hombre - de lo contrario te volare los sesos

—no deberías meterte en esto - aconseja

Sin esperar otra de sus estupidas respuesta la chica presiona el gatillo quitándole la vida en segundos al hombre

Por su parte Anabella solo podría estar el shock mientras cubría sus oídos, la chica tenía un trauma desde pequeña por esa razón no estaba acostumbrada a los disparos es más se podía decir que ella le temía a los sonidos fuertes ciertamente había crecido en la mafia pero nunca había visto como alguien le quitaba la vida a otra persona, ni siquiera había visto tanta sangre, la chica había crecido con padres sobreprotectores y ni se diga de sus tíos

—¿qué demonios esperas? - pregunta Daniela - una invitación

La chica por su parte estaba entrando en una pequeña crisis de nervios, no sabía que hacer no podía moverse de donde estaba, al ver esto Daniela comprendió lo que sucedía supo los síntomas que ella tenía y sabía que debía sacarla de ese lugar ella misma

—corre de una puta vez por todas - ordena la mayor de las Coleman la cual había recibido la señal de auxilio minutos después de a ver llegado del aeropuerto

—tiene ligirofobia (un miedo irracional a ruidos fuertes, agudos, normalmente repentinos, como los de las explosiones. Las personas que sufren esta fobia no pueden soportar el estallido de un globo, de petardos, cohetes, etc.) sácala de aquí por favor  - pide Daniela

—sácala tú así estaré más tranquila al saber que unas de ustedes esta a salvo - responde

—no, la quieres a ella por eso te lo pido eres la más experimentada, sácala de aquí y reúnela con sus padres

Catalella sabía que no tenía otra opción por lo cual solo pudo acatar la orden de su hermana menor