Capítulo 53

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Narra Catalella

Cierro la puerta detrás de mi notando la presencia de Laura, su mirada me indica lo enojada que esta

—se durmió una vez mas preguntando por su madre – avisa – se supone que estarías mas tiempo con él

—Hoy fue un día muy largo y agotador – quito mis zapatos – iré con él

—¿Cuánto mas debe esperar para tener una madre? – su pregunta detiene mis pasos – tiene seis años él recordara todo esto

—tiene una madre – respondo

—no es así – sostiene mi brazo con fuerza – solo estuviste con el hasta los tres años luego te marchaste y lo veías solo en su cumpleaños y fiestas especiales ¿crees que un niño solo se cría con comodidades y dinero? Lo único que quiero es que en un futuro el no te odie por recordar que su madre prefería el trabajo que pasar unas horas a su lado – deshago su agarré

—Preocúpate por el bienestar de Caelum que yo me preocupare por la imagen que le daré a mi hijo sobre mi – subo las escaleras y entro a mi habitación notando el pequeño bulto en ella

Tomo una toalla y voy al baño dándome una relajante ducha con agua fría, después de unos minutos salgo y busco una pijama, trato de hacer el menor ruido posible a la hora de acostarme a un lado de Caelum, tomo mi laptop y empieza arreglar los preparativos para la nueva casa de mi hijo y mía

Cuanto todo esto termine me tomare unas largas vacaciones con él, se que he sido una madre muy ausente en la vida de mi hijo lo tengo muy presente, recuerdo cuando me di cuenta que venia en camino

Flashback

—positiva – susurro para mi misma

Como pude ser tan tonta como para no protegerme, soy muy pequeña para cuidar a alguien mas ¿qué demonios hice?

Mamá no me lo perdonara, estará muy decepcionada de mi al igual que mi padre ¿Cómo se los diré? ¿Qué pensaran? Pensaran que soy una cualquiera

—¿qué haces? – pregunta Aitana

Escondo la prueba detrás de mi evitando que la vea

—¿qué tienes ahí? – pregunta de manera burlona – no me digas que la niña genio al fin tuvo un promedio por debajo de 100

—No digas tonterías – ella trata de ver detrás de mi – ¿qué quieres? – pregunto tratando de desviar su mirada curiosa

—te venia a decir que Glemir esta abajo – asiento

—bajare en algunos minutos – hago un ademan para que se valla – bajare ahora  

—bien pero me dirás después lo que sea que escondes

Una vez que se fue recojo mis cosas y bajo hasta la planta baja, Glemir se acerca a mi pero rápidamente me alejo

—¿qué sucede? – voy a su auto y entro en la parte del copiloto y espero a que entre y arranque el auto - ¿sucede algo? – vuelve a preguntar una vez dentro del auto

—debemos hablar seriamente – indico

—solo dime lo que ocurre

—hablemos en un lugar mejor que el auto

—como quiera mi sol

(…)

Glemir me observa como si lo que le acabo de decir fuera una broma, ni siquiera ha dicho algo solo me observa con seriedad

—podrías al menos decir algo – pregunto

—Somos muy jóvenes para ser padres, tu eres muy joven – sonrío con ironía

El legado de la VenganzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora