El legado de la Venganza

Capítulo 51

Narra Catalella

Miro con cierta intriga y cuestionando con la mirada a las chicas delante de mi, se supone que ninguna de ellas debería estar aquí, pensé que después de un mes les había quedado claro que debían mantenerse lejos de esto

—no eres mi madre para decirme que hacer – Frunzo el ceño tras la respuesta de Raquel

—Además entramos juntas en esta venganza y juntas seguiremos adelante – masajeo mi cien tratando de asimilar lo que dicen

—ya sabemos todo – informa Daniela – las adopciones

—mi padre fingiendo su muerte – responde con cierta molestia Melin – mi madre vendiendo a su única hija

—el hermano menor de Romina ósea nuestro padre – informa Raquel

—el trato con Romina y el abuelo antes de morir – indica Elizabeth – la muerte de tu madre y hermana adoptiva pero debes saber que no ocurrirá lo mismo nuevamente, nosotras sabemos cuidarnos

Levanto la mirada al escucharla mencionar ese incidente tan desagradable, ese incidente que me recuerda lo débil y estúpida que fui al no poder protegerlas

—volverán a los países asignados y no lo volveré a repetir – las risas de mis hermanas hacen que levante la mirada - ¿qué es tan gracioso?

—La gala será dentro de unas horas debes alistarte – avisa Raquel

—Nos presentaremos como Rodríguez esta noche todos sabrán que somos primas de Connor – avisa Elisabeth

—todos sabrán que soy la primogénita de la familia Rodríguez y que Connor era mi padre – indica Catalina

—chicas hablo en serio cuando digo que regresen, cuando ellos se den cuenta que nosotras nos acercamos por venganza querrán acabar con todas por esa razón a ninguna la puse en el mismo país a excepción de Raquel y Melin, las personas con las que las deje son de mi confianza y las mantendrán seguras

—bueno yo me escapé en la madrugada no creo que Isamu se diera cuenta – responde de forma burlona Elizabeth – tal vez en una dos horas se de cuenta

—Aitana sabe que estamos aquí ella misma nos envió de regreso – indica Raquel

—Y también estará en la gala de esta noche al igual que Glemir y tu hijo – Frunzo el ceño – presentarán a Caelum y a Leila como futuros líderes de las mafias – por que no sabia nada de esto

—seguros tus tres asesinos ya salieron del calabozo ¿sabías que esa mansión fue construida hace cien años? – se burla Daniela

—yo no se que hacer con ustedes – masajeo mi cien – se supone que estarían a salvo

—estamos a salvo – asegura Melin – tu nos mantendrás a salvo y nosotras a ti

—Ni siquiera mi hijo es tan necio como ustedes cinco y tiene seis – me quejo

—no te preocupes que en unos años seremos seis que te daremos Dolores de cabeza, bueno siete – Daniela acaricia su vientre

Me levanto de mi escritorio y voy hacia ella para luego colocar mi mano en su ya hinchado vientre y dar pequeñas caricias

—¿Qué es? – pregunto

—creo que nuestra familia está destinada a ser de mujeres – no puedo evitar sonreír

—creo que así es mejor, ella crecerá teniendo el mismo coraje y corazón de su madre – Las demás se unen a nuestra conversación de lo lindo que sería cuando la bebé naciera