19. Detalles del pasado

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Mientras Vera se acercaba a la casa, recordó la discusión que había tenido con Cristian la semana anterior

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Mientras Vera se acercaba a la casa, recordó la discusión que había tenido con Cristian la semana anterior. El eco de sus frías y duras palabras le heló el alma. Seguía sin entender del todo su comportamiento, pero había llegado a comprender que la manera en que la trataba la hería profundamente. Más de lo que podía soportar.

Cruzó la verja de hierro forjado, nerviosa por la reacción que pudiera tener al verla llegar y, sobre todo, preocupada por si ella misma sabría sobrellevar la situación sin parecer ridícula. Tenía que aparentar que su actitud insensible no le afectaba; ni por asomo debía dejarse intimidar por sus comentarios groseros o su mirada glacial. Era hora de tomar las riendas del asunto. Estaba dispuesta a luchar con uñas y dientes para salir del lodo donde él se empeñaba en hundirla.

Una vez frente a la puerta se preguntó si debía utilizar la llave o llamar al timbre. El impulso de saber lo que Cristian estaba haciendo en ese momento era mucho más fuerte que el deber de esperar a que le abriera la puerta. Contuvo el aliento mientras hacía girar el pomo en su mano y se obligó a creer que la elección de usar la llave no era para espiarlo, simplemente estaba tomando una posición ventajosa para observar a su rival y estudiar el campo de batalla.

Llegó sigilosamente al salón y lo vio junto a la ventana, mirando un papel. Se quedó quieta, con los ojos clavados en él. Observó de manera casi obsesiva su cuerpo y su porte altivo, rebosando seguridad por todos los poros; su indumentaria sencilla, haciendo gala de un gusto exquisito. Ni siquiera el extraño dibujo que llevaba tatuado en el hombro empañaba su elegancia. Por un instante creyó percibir en su rostro un fugaz gesto de fastidio, como si estuviera enojado por lo que ese documento le estaba revelando.

La marca de su piel © PGP2024Donde viven las historias. Descúbrelo ahora