Vera se despertó cuando los primeros rayos de sol se filtraron por los bordes de las cortinas. Aunque estaba ansiosa por poner los pies en el suelo, se quedó un momento más entre las sábanas limpias y almidonadas, con olor a jabón de lavandería, y repasó mentalmente el plan que había ideado para resolver el conflicto con el director. No iba a dejar que aquel asunto pusiera en peligro su objetivo.
A esa hora temprana de la mañana, cuando cocineros y camareros organizaban el buffet del restaurante para el desayuno y casi nadie había salido de las habitaciones, bajaría a la planta baja del hotel. Se sentaría frente a uno de los ordenadores instalados en la sala de descanso, donde muchos huéspedes hacían tertulia, y buscaría en Google un modelo de «Permiso de viaje para menores». Imprimiría el formulario y, después de rellenarlo siguiendo las instrucciones, falsificaría la firma de su padre. La conocía muy bien; no le resultaría difícil que pareciera real.
Luego saldría a la calle y buscaría algún locutorio cercano. Desde allí enviaría un fax al hotel e, inmediatamente después, se desharía del texto original y del comprobante del envío. Por último, regresaría al hotel y certificaría la llegada de ese documento presuntamente enviado desde la ciudad de París.
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—Efectivamente, señorita Bertrán —afirmó la misma mujer de siempre tras el mostrador de recepción—. Hemos recibido un fax con el remitente que me indica.
—El señor Suárez me pidió ese papel. Lo está esperando —añadió Vera recalcando esas últimas palabras—. Por favor, no se olvide de dárselo.
—Descuide —dijo irguiéndose al oír el nombre del director—, le avisaré de que ha llegado.
Vera le mostró su agradecimiento y volvió a salir del hotel. Quería hacer algo que la había estado tentando desde que se bajó del avión. Deseaba acercarse al mar.
Cruzó el paseo marítimo y sus sandalias se hundieron en la gruesa arena de la playa. Se descalzó y avanzó sorteando a la gente tendida sobre las toallas, con los cuerpos expuestos al sol para conseguir ese tono bronceado que tanto se estilaba.
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La marca de su piel © PGP2024
RomanceVera regresa a su ciudad para cumplir una promesa, pero nunca nada sale exactamente de la manera en que se planea, y desde el primer el momento las cosas empiezan a complicarse. En el lugar menos esperado alguien se cruza en su camino. Alguien con q...