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La azabache caminaba con parsimonia entre las personas, no parecía tener miedo aunque hubiera oscurecido. Se detuvo cuando llegó a una gran puerta azul, abriendola para adentrarse en aquel hogar, encontrándose con una esbelta mujer de cabellos castaños en la sala, acomodando un maletín.

-Oh, eres tú- espetó, la chica la ignoró y se dispuso a subir las escaleras, para escuchar su voz dirigiendose hacia ella nuevamente -Me iré varios días a Hong Kong, tengo unos asuntos de la empresa que atender allí. Cargué dinero a tu tarjeta, no te dejaré más que eso, arreglate- sentenció, abriendo la puerta y retirandose de aquel lugar. La azabache se sentó rendida sobre aquellas escaleras, en la noche pensaba avisarle que se había anotado para el exámen de ingreso de la U.A., pero no había llegado ni a decirle adiós. No le sorprendía sin embargo, cuando sus padres murieron quedó obligada a su cargo, entorpeciendo su carrera y vida de soltera. Suspiró y se incorporó, dirigiendose a la cocina, y sacando su celular de su bolsillo en el proceso.

Atenea

Hey, ¿estás disponible? Mi tía
se fue otra vez, y tengo miedo de quemar el arroz :(

Iida-kun

Esperame, le preguntaré
a mi mamá si le parece bien.

Me dijo que si, yo llevo
el arroz 👍.

Atenea

Creo que te amo Iida-kun

Iida-kun

Estás obligada, no podrías
comer si no me tuvieras 😜.

Atenea

El emoji fue demasiado

Iida-kun

Entiendo, aprenderé a
usarlos correctamente.

Atenea

JJAJSJAAJA algún día

O nunca

La azabache sonrió levemente negando con la cabeza, dejando el celular a un lado, para tomar la escoba y limpiar la cocina y el comedor. Aunque conociera a su amigo hace algunos años, le gustaba que todo estuviera presentable, menos ella, eso le daba igual. Dejó la escoba a un lado y se acercó a la cocina, mientras sacaba ollas, sartenes, cubiertos y todo lo que creía necesario. Escuchó como alguien golpeaba la puerta y corrió a abrir, saltando a abrazar a su amigo al verlo, aunque este se quedara tieso.

-Tantos años y no has aprendido a abrazar- rio alejándose, mientras él le sonreía nervioso, cerrando la puerta detrás de si.

-Te extrañé, Atenea-kun- le sonrió, mientras ambos caminaban hacia la cocina, y el de cabello azul oscuro abría los ojos sorprendido al ver la cantidad de cosas que había sobre la mesada.

-Yo también, Iida-kun- rió nerviosa al ver la expresión del chico, rascando su nuca -Realmente no sé cómo cocinar- el más alto rió, negando con la cabeza y adentrándose a aquella habitación, guardando las cosas que no correspondían.

-No hay problema, solo presta atención- ella asintió llevando una mano a su sien de forma militar, provocando que él riera, mientras colocaba agua en una de las ollas, ante la mirada dorada de la chica fija en sus movimientos, memorizandolos -¿Has pensado lo de la U.A.?- le preguntó, mientras lavaba sus manos, a lo que ella asintió eufóricamente, para luego ladear su cabeza, mirandolo confundida, mientras se sentaba en la mesada.

-¿Por qué me lo preguntas ahora, si siempre hablamos de ir?- cuestionó curiosa, a lo que él continuó cocinando, evitando su mirada.

-Lo sé, pero ahora es una realidad. Estamos a 10 meses, y el exámen es muy duro- tragó saliva, a lo que ella sonrió con ternura.

-¿Estás nervioso? No te preocupes tonto, vas a ver que te irá bien. En cuanto a mi, probablemente me serviría practicar mi combate cuerpo a cuerpo con alguien, ¿me ayudarías cuando tengas tiempo?- pidió, lanzando puños al aire jugando, logrando que él se girara rígido hacia ella.

-Si, Atenea-kun. Prometo que te ayudaré con el combate- aseguró moviendo sus brazos, logrando que ella riera.

-Nunca cambies- negó con la cabeza, mientras él volvía a cocinar, y ella recordó repentinamente al chico que había visto más temprano -¿Crees que nos encontraremos a alguien conocido?- preguntó, viendo como revolvía el arroz a su lado.

-En el exámen quizás. Hay muchos con grandes singularidades que quieren convertirse en héroes, y la U.A. es la mejor opción- analizó, y ella pareció emocionarse más.

-¿Qué singularidades crees que tengan los que pasen el exámen? Siempre quise ver a alguien lanzando fuego- festejó haciendo señas con sus manos, mientras su amigo reía divertido, cortando verduras.

-Es importante analizar sus poderes. Si pasamos el exámen, serán nuestros compañeros, y tendremos que confiar en sus habilidades- ella asintió con la cabeza, bajándose de la mesada para ayudarlo a cortar los vegetales, haciendo notar la leve diferencia de alturas, por lo que ella se giró a verlo con el ceño fruncido.

-Tienes que dejar de crecer, me va a doler el cuello de verte- se burló codeandolo, logrando nuevamente que riera.

-No es mi culpa ganarte- bromeó de vuelta, logrando que ella se cruzara de brazos, fingiendo estar ofendida.

-No te pases de listo, Iida-kun.













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ok paren yo sé que queda RE cliché que sus padres esten muertos y que la tía la odie PERO... no hay pero, me gusta escribir personajes así traumados nomás.

atte.: yo.

by my side | k. bakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora