Atenea abrió los ojos lentamente, sintiendo sus párpados pesados, observando las personas que la rodeaban. En la cama a su lado se encontraba Midoriya, con los brazos vendados como ella, teniendo a All Might a su lado, mientras que al lado de ella se encontraba Iida sentado en una silla y Bakugou a los pies de su cama. Le sonrió débilmente al de cabello azul oscuro, quien entendió que quería que la ayudara, por lo que pasó su mano por su espalda, ayudandola a sentarse.
-Gracias, Iida-kun- le agradeció con una sonrisa, viendo como Bakugou rodaba sus ojos al cruzarlos con la azabache, retirandose de la enfermería. Rió suavemente, para luego escuchar la voz de All Might
-Jóven Iida, le agradecería si puede retirarse un momento, tengo algo que hablar con la jóven Samura- él le dedicó una última mirada, y al ver como ella asentía, se fue de aquella enfermería, mientras señalaba su celular al irse, indicandole que tenía que hablar con ella. All Might tosió con fuerza al oír la puerta cerrarse, provocando que su cuerpo se achicara, dejando ver un hombre en condiciones pésimas, con los ojos y la mandíbula hundidos. Atenea no pareció inmutarse demasiado más allá de una leve expresión de sorpresa al ver como escupía sangre, por lo que le extendió uno de los pañuelos que había a su lado, mientras el rubio la observaba incrédulo.
-¡¿Jóven Midoriya le contaste de mi condición?!- exclamó, logrando que el de cabello verde abriera los ojos atemorizado, mientras negaba con rapidez -Bueno, de igual manera imaginé que lo habías notado, sino no te hubieras interpuesto entre los villanos y yo- la azabache asintió, recordando aquella escena -Quiero agradecerte por eso, como ves mi condición física es deplorable, si no hubieras intervenido y ellos me hubieran atacado...
-De nada sirve pensar en posibilidades, All Might. No tiene nada que agradecer, lamento haber utilizado mis singularidades y haber intervenido sin permiso- se disculpó ella, inclinándose todo lo que pudo debido a sus brazos enyesados, hasta que sintió una mano apoyandose sobre su hombro.
-Jóven Samura, tus acciones fueron dignas de un héroe profesional, desde salvar al jóven Bakugou hasta salvarme a mi, actuaste de manera inteligente y tu resistencia merece reconocimiento. Tus padres estarían orgullosos de ti- la azabache no pudo evitar que sus ojos se cristalizaran ante la mención de sus progenitores, por lo que giró la mirada, logrando controlar su llanto, para volver a mirar al héroe frente a ella, y asentir con la cabeza -Lo único que debo pedirte, es que no le menciones a nadie mi horrible estado- ella volvió a asentir con la cabeza, ahora más firme, clavando sus ojos dorados en los pequeños celestes del contrario.
-Lo entiendo completamente, All Might, no se preocupe. Su secreto está a salvo conmigo- al decir eso, giró a ver al chico de cabello verde, que parecía tener toda la culpa sobre sus hombros, pero miró a la chica al darse cuenta de que lo observaba, y aquellas orbes doradas le transmitieron una confianza increíble, sentía que lo perdonaba por haber arruinado todo, que lo entendía más que nadie. Le dedicó una pequeña sonrisa que él correspondió mientras sus ojos se cristalizaban.
-Te dejaré llorar solo por la conmoción de lo que vivimos, pero la próxima te haré limpiar el culo de Bakugou con tus lágrimas- amenazó, logrando que Midoriya riera levemente, mientras Recovery Girl se acercaba a ellos. Luego de retar al chico como siempre, se acercó a ella, retirando sus yesos.
-Por suerte no te dañaste tanto, y además de lo que yo aceleré tu proceso, te recuperaste rápido, pero deberías entrenar mejor esa singularidad- advirtió la mujer, por lo que la azabache asintió, mirando fijamente sus antebrazos ya sanos.
-Lo sé, es solo que- dudó antes de seguir, cuestionandose si debía compartir aquello, terminando por suspirar cansada -Era la singularidad de mi padre, y al ser de las pocas con dos singularidades simultáneas, tenía miedo de mostrarla. De igual manera no es muy fuerte, pero quizás si la desarrollo mejor será más útil- determinó, mirando con una sonrisa de lado a la mujer frente a ella -Gracias, Recovery Girl.
-Agradeceme cuidandolo más a él- se quejó señalando a Midoriya, logrando que la azabache riera suavemente, asintiendo con la cabeza y levantandose de aquella cama. Se despidió de ellos y al salir de aquella enfermería, se encontró con Iida aún esperandola.
-Malas noticias para ti, Iida-kun. Mis brazos ya se recuperaron, así que me iré en moto- el de ojos grises frunció el ceño, moviendo sus brazos exaltado.
-¡No deberías manejar en estas condiciones!¡Recién te recuperas!¡No es seguro!- chillaba, mientras la azabache largó una carcajada, apoyando sus manos sobre sus hombros y obligandolo a bajar a su altura.
–¿Ves? Funcionan perfecto, eres el único que se preocupa.
–Ahora que lo mencionas, nunca vi a Bakugo-kun tan serio como hoy– ella alzó una ceja, para luego volver a reír.
–Debe ser que tu rigidez es contagiosa– el comenzó a mover los brazos, exaltado.
–¡Nunca se te contagió a ti!.

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by my side | k. bakugo
Fiksyen Peminat𝐆 | • De pequeño te quedabas con todos los dulces rojos, y ahora te quedas con toda la culpa. Siempre te gustó acaparar, ¿no es así? • ••• 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞, de alguna manera u otra, Katsuki y Atenea siempre estuvieron al lado del otro. ••• • Katsuki Ba...