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La azabache andaba ferozmente entre los autos, presionando el acelerador sin temor, mientras sus pensamientos daban vueltas en la idea de que era su primer día en la U.A.. ¿Habría entrado Midoriya?¿Y Bakugou? Con Iida ya había hablado, aturdiendolo por la llamada al gritar festejando, y él había rechazado amablemente que ella lo llevara.

Cagón pensó Atenea, llegando finalmente a la entrada, entrando y estacionando a un lado, atando la motocicleta con el candado, incluyendo su casco. Divisó aquel cabello verde, y se acercó con una sonrisa al ver que estaba parado, mirando en su dirección, como si la esperara.

-Midoriya-kun, la última vez que te vi no tenías poder, ¡te dije que lo conseguirías algún día!- exclamó feliz, mientras el chico reía nervioso, rascando su nuca caminando detrás de ella.

-Samura-kun, si, creo que solo se tardó más en aparecer- la azabache frunció el ceño sobre sus ojos dorados, que tensaron un momento los músculos de Izuku al verlos.

-Te he dicho millones de veces que me digas Atenea, ¿qué son esas formalidades?- se quejó, a lo que él rio nervioso, para luego comenzar a caminar hacia la entrada del establecimiento.

Mientras tanto, el de cabello verde miraba a aquella chica emocionado. Aunque se había alejado de aquel grupo del barrio cuando tenía 5, recordaba su singularidad a la perfección, podía hipnotizar a la gente a su voluntad con solo cantar. Cada tanto veía las anotaciones que había hecho sobre ella en su cuaderno, y pensaba estrategias que podía usar, sus debilidades y fortalezas, las cosas que necesitaba para apoyar ese poder.

Atenea escuchaba a su amigo murmurar sobre ella, y no pudo evitar reír, haciendo que se desconcentrara para verla.

-Vas a tener que decirme todas esas cosas en voz alta, me ayudarías mucho más de lo que crees- le sonrió, provocando que el de cabello verde se sonrojara nervioso -Pero tendrá que ser en otro momento, hace como 5 minutos estamos parados frente a la puerta- Midoriya abrió sus ojos con sorpresa, logrando que la azabache riera más, empujando aquella gran puerta, obteniendo las miradas de todos los presentes, que automáticamente comenzaron a murmurar entre ellos.

-Es el chico que salvó a la chica tumbando al robot de un solo golpe.

-Es la chica que llegó en moto la otra vez, ¡es increíble! Necesito ser su amiga.

-¿No la viste en el exámen practico? Ganó haciendo que se golpearan solas, sin usar su quirk.

-Quizás no le servía contra eso, el exámen es muy poco inclusivo.

La azabache bufó, aunque aquel último comentario tenía razón, ganandose la mirada atemorizada de las chicas al ver su mala actitud, mientras se sentaba con desgano en un banco, sin notar que aquel chico con el cabello de dos colores se encontraba detrás de ella. Al girarse para colgar su mochila, lo vio, sonriendole amable, sin querer asustarlo.

-Samura Atenea- se presentó extendiendo su mano, la cual el chico observó con un leve gesto de sorpresa, tomandola dudoso.

-Todoroki Shoto- anunció él, por lo que ella le sonrió, soltando su mano. El profesor entró al salón, haciendo que todos se giraran hacia él.

-Buenos días, soy Aizawa Shota, seré su profesor de aquí en adelante. Vayan a cambiarse, tendremos clase práctica el día de hoy- anunció, por lo que los estudiantes se levantaron, saliendo al pasillo y dirigiendose a los baños. Al ver aquel jóven alto y de cabello azul oscuro, la azabache corrió hacia él, saltando a su espalda, aferrándose para que la llevara a caballito.

-Atenea-kun, ¡no se corre en los pasillos!¡Esta es una institución formal, bajate!- exclamaba alterado, lo que provocaba que ella riera con más fuerza, incitando al resto de sus compañeros a reír también.

by my side | k. bakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora