Atenea abrió los ojos vagamente, como quien se despierta sin quererlo, observando al rubio sentado frente a ella, mirandola con una pequeña sonrisa de lado.
-Hey, ¿te sientes bien?- preguntó, y aunque su timbre de voz era tan grave como siempre, su tono era suave, provocando que ella volviera a cerrar los ojos, pensando que soñaba -¿En serio? Llevas como un día y medio durmiendo- se quejó, por lo que ella abrió bruscamente los ojos, extendiendo su mano al rostro del chico, toqueteandolo y apretando sus cachetes, viendo como su rostro comenzaba a mostrar su enojo.
-Lo siento, pensé que estaba soñando, no parecías tú- se burló con voz dormida, incorporandose lentamente para quedar sentada en la cama, mientras el bufaba y desviaba la mirada -¿Todo salió bien? Es obvio que nosotros si, pero...
-Si, te dejé con uno de los héroes, pero volvieron a llevarme, y me fui con Kirishima- musitó aquello último, salteando el detalle de quien más había ido, y que había sido un rescate, pero la azabache frunció el ceño.
-Te rescató Midoriya-kun, ¿verdad?- su rostro reflejó su ira rápidamente, y justo cuando iba a gritarle, ella desvió la mirada, clavandola en sus manos, jugando con ellas, viendo la cicatriz de aquel enfrentamiento con Stain -Kacchan yo... Lo siento, si no hubiera saltado contigo podrías haber escapado antes. Salté como una idiota queriendo protegerte y me descuidé a la primera de cambio- la expresión del rubio cambió radicalmente, relajando sus facciones, perdiendose en las palabras y la belleza del perfil de la chica frente a él.
-No, Atenea, yo fui el que no pudo protegerte de esas mugres- gruñó lo último, recordando como el de la piel quemada la había agarrado, logrando que su sangre hirviera nuevamente, hasta que vio los iris dorados de la chica, que hicieron que su interior se sacudiera.
-No seas tonto, no tenías que protegerme, prefería que me torturaran a mi antes que a ti- le sonrió de lado, y el rubio ahogó el impulso de tirarse sobre ella y sostenerla con fuerza entre sus brazos, reemplazandolo con un "Tsk" y desviando la mirada.
-No necesito que me protejan- se quejó cruzandose de brazos, que se marcaron aún más, dejandose ver al tener una musculosa, por lo que la azabache se humedeció los labios, mirando rapidamente a su rostro, viendo como la había descubierto recorriendo su cuerpo con los ojos.
-Lo sé, no sé por qué lo hice- rascó su nuca nerviosa, largando una pequeña risa, y el rubio se quedó mirandola con ojos brillantes, por lo que ella frunció el ceño -¿Tengo algo en la cara?- preguntó, obligandolo a salir del pequeño transe en el que se encontraba, bufando y levantandose.
-Nada además de fealdad- se giró dandole la espalda, escuchando su risa suave, por lo que no pudo evitar esbozar una pequeña sonrisa.
Salió de aquella habitación, por lo que ella suspiró sonoramente, recargandose contra el respaldo y cerrando los ojos, hasta que escuchó como abrían nuevamente la puerta, girandose a verla y encontrandose con Midoriya e Iida, por lo que les dedicó una sonrisa de lado.
-Ustedes salvaron a Bakugo-kun, ¿no es así?- ellos asintieron, sorprendiendose por su afirmación antes de llegar a saludarla.
-Fuimos por ambos, pero nos enteramos que los héroes te rescataron primero- explicó el peliverde, rascando su nuca mientras desviaba su mirada nervioso, y en cambio Iida la miraba fijamente, esperando la reacción que ya había predicho.
-Gracias, chicos- les sonrió, pero su expresión se notaba triste, y desvió la mirada hacia la ventana, evitando que notaran la decepción en sus ojos, pero sus palabras estaban cargadas de ello -No puedo imaginar la desesperación que debían sentir, sobre todo tú, Midoriya, al creer que no llegaste a salvarlo- se atrevió a clavar sus orbes doradas en él, quien estaba cabizbajo -Vaya, yo misma viví la desesperación al ver como se lo llevaban, y más tarde al ver como aún estando a su lado, no podía salvarlo. El miedo nos hace mostrar nuestro verdadero yo, sin dejarnos tiempo para pensar qué es lo correcto. Pero si queremos ser héroes, no podemos permitirnos creer que el fin justifica los medios- los ojos verdes de Midoriya la miraron finalmente, sabiendo que tenía razón -Por más que quisieran salvarnos, actuaron solos, en contracorriente con la policía y los héroes, sin una licencia y cegados por sus propios motivos. Admiro su valentía, y la forma que encontraron para salir sin pelear de esta batalla, pero si vuelven a hacerlo, tendré que patear sus traseros hasta que me los confunda con la cabeza de Kirishima, ¿queda claro?- los miró desafiante, y ellos asintieron con la cabeza, asustados, para acto seguido ver como Iida esbozaba una pequeña sonrisa.
-Extrañaba a esta Atenea- confesó, por lo que ella le sonrio, sabiendo que se refería a sus antiguas charlas nocturnas.
-Ya no tenemos tiempo ni para filosofar, Iida-kun.
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by my side | k. bakugo
Fanfic𝐆 | • De pequeño te quedabas con todos los dulces rojos, y ahora te quedas con toda la culpa. Siempre te gustó acaparar, ¿no es así? • ••• 𝐝𝐨𝐧𝐝𝐞, de alguna manera u otra, Katsuki y Atenea siempre estuvieron al lado del otro. ••• • Katsuki Ba...