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La azabache golpeó la gran puerta frente a ella, para observar como Aizawa la abría, estando a punto de cerrarla hasta que ella la frenó con su mano, clavando sus ojos dorados en los del hombre frente a ella.

-Lo entiendo sensei, no le agrado y usted no me termina de convencer tampoco, pero vengo a hablar con All Might- el hombre bufó, girandose a ver al rubio, que rapidamente tomó su forma musculosa, viendo como la azabache entraba a la oficina, haciendo una seña con la mano al verlo -Deje de forzar su físico, al menos no por mi- lo retó, por lo que largó el aire, volviendo a su forma esqueletica y tosiendo.

-Jóven Samura- la saludó, acercándose a ella, quien le dedicaba una sonrisa.

-All Might, venía a pedirle si podría hablar con Gran Torino para que me acepte en las prácticas. No busco ser una molestia, ni siquiera tiene que entrenarme, pero debo acompañar a Midoriya-kun- dijo firme, aún ante el rostro de terror del héroe frente a ella.

-¿Estás segura, jóven Samura? Vi que muchas agencias intentaron reclutarte- cuestionó curioso, viendo como la azabache desviaba la mirada, apoyandose en el escritorio a su lado, mirando por la ventana.

-Lo sé, no me importa mucho buscar la agencia con los héroes más poderosos, simplemente quiero poder salvar a todos. Sin embargo, mi objetivo ahora es otro. Sé que Midoriya-kun puede llegar lejos, por más que ahora parezca patético, su alma es todo lo fuerte que su cuerpo no- All Might abrió sus ojos con sorpresa, viendo con la emoción cubriendo su corazón cómo aquella chica confiaba en su amigo, mientras que sus ojos dorados y determinados mostraban la fortaleza que no había encontrado en héroes de su propio calibre -Y debo protegerlo, al menos hasta que arme su propio camino a la fuerza, y lo vea lograr sus objetivos. A mi no me interesa ser el héroe número uno, pero él vive para eso, así que yo viviré para él- terminó con una sonrisa, girando para ver al héroe a su lado, que la miraba con ojos brillantes, asintiendo con la cabeza, mientras se inflaba mostrandole su sonrisa tan característica.

-Tus objetivos son nobles, jóven Samura, veré qué puedo hacer- al decir eso último y recordar a Gran Torino, volvió a su forma deplorable, tosiendo ahogado, logrando que ella riera suavemente, retirandose de aquella habitación, esperando que All Might lograra lo que le había pedido. Mientras tanto, el rubio se había quedado mirando la puerta, con el atisbo de una sonrisa presente en su rostro.

Tienes grandes aliados, jóven Midoriya. Cuídalos.

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Atenea estacionó la moto, mientras Midoriya se bajaba rapidamente, sacandose el casco con desesperación e hiperventilando, mientras la azabache reía con fuerza.

-Igual que Iida-kun, ¿por qué tanto miedo a la velocidad?- preguntó con burla, sacandose el casco y apoyandolo en el asiento, logrando que él se girara a verla con los ojos entrecruzados.

-Ibas a 120km/h- murmuró mareado, provocando que riera aún más fuerte, limpiando las pequeñas lágrimas que escapaban de sus ojos.

-Nada que no pueda controlar- sonrió mientras se acercaba a él, rodeando sus hombros con su brazo y desordenandole el cabello, provocando que riera suavemente. Subieron las escaleras, y el chico abrió la puerta, dejando ver a un hombre pequeño, vestido con su traje de héroe, viendolos confundido.

-¿Quiénes son?- la azabache soltó a su amigo, acercandose al hombre con la mano extendida y una sonrisa amable.

-Samura Aten...- antes de poder terminar, el hombre había tomado su mano, lanzandola a la otra punta de la habitación, cayendo con la cabeza hacia abajo contra la pared.

by my side | k. bakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora