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Atenea corría por la orilla del mar, las piernas le pesaban y todo su cuerpo se sentía exhausto, pero no podía parar, debía mejorar su resistencia física. Para ser un héroe nunca debía rendirse, aunque fuera en la situación más innecesaria. Pero sin poder más, cayó de rodillas en la arena húmeda, sintiendo como todos sus músculos se relajaban, agradeciendo aquel descanso. Escuchó un "Tsk" a unos metros de ella, y se giró a ver al autor, un rubio de ojos rojos cruzado de brazos, con actitud prepotente.

-Patética- espetó, mientras ella reía incorporandose, dirigiendose a aquel viejo conocido.

-Vaya, Bakugo, nunca te imaginé como un gran fanático de la playa- se burló, acercandose, logrando que él se sonrojara casi imperceptiblemente al notar que estaba en top y short deportivo.

-No lo soy, pero te vi y vine a burlarme de lo lamentable que eres, Samura- se quejó, pero se enojó aún más al escucharla reírse sarcásticamente.

-¿Why you're so obsessed with me? Boy I wanna know- su voz salió dulce y algo seductora, mientras el rubio se quedaba tieso, sintiendo como los suaves dedos de la azabache se colocaban sobre su barbilla, acercando su rostro cuando terminó el verso, haciendo que dejara de estar hipnotizado, pero continuara en esa posición por la cercanía de la chica, quien se separó riendo, girando hacia otro lado y dejandolo confundido. Al reaccionar movió sus brazos furioso, gritandole.

-Deja de usar tu singularidad contra mi- exclamó sonrojado, mientras ella reía aún alejándose. Volvió a la orilla, sentándose sobre la arena húmeda, ante la mirada furiosa y algo curiosa del rubio, quien se acercó a ella cauteloso.

-Vamos, después de tanto tiempo sin verte, merecía molestarte un rato- sonrió, sintiendo como él se sentaba a su lado, gruñendo.

-Maldita estúpida- se cruzó de brazos, mirando en la misma dirección que ella, mientras la duda llegaba a su mente -¿Te presentaras al exámen de la U.A., inútil?- preguntó brusco, como siempre, logrando que ella riera levemente, asintiendo con la cabeza. El rubio iba a quejarse, pero aquella imágen lo congeló por un segundo. Su sonrisa y los últimos rayos de sol golpeando su rostro creaban un cuadro angelical, por lo que sacudió su cabeza, borrando aquella idea.

-Asumo que no me obligas a no ir porque vamos a distintas escuelas- rio, logrando que Bakugo bufara nuevamente.

-Igualmente patearé tu estúpido trasero y quedaré primero- espetó, ante su mirada dorada clavandose en la suya, por lo que desvió sus ojos algo nervioso.

-No dudo que quedaras primero- aseguró levantandose y extendiendole su mano, que el rubio ignoró levantandose por su cuenta, mientras ella negaba con la cabeza -Tu singularidad es muy poderosa, puedes usarlo contra lo que sea. El problema lo tendrás si llega a haber un exámen escrito, la nitroglicerina ha quemado tus neuronas- la mirada del rubio se oscureció, haciendo pequeñas explosiones en sus manos, por lo que la azabache comenzó a correr riendo, con él siguiendola furioso.

-Ven aquí estúpida y muere- gritaba, pero antes de que pudiera anticiparlo, la azabache frenó de golpe, provocando que este chocara con ella, cayendo ambos al suelo.

-Sabes, Bakugo-kun, si tantas ganas tienes de estar cerca mío solo debías pedírmelo- se burló, al notar que había caído sobre ella, quedando sus cuerpos a centímetros, de no ser porque el rubio había apoyado sus manos en el piso. Antes de que pudiera quejarse, la azabache las tomó, impulsandolo hacia arriba, para moverlo y quedar ella sentada sobre él, sosteniendo sus manos sobre su cabeza, quedando nuevamente en una posición comprometedora.

-La que parece tener ganas de estar cerca mío eres tú- gruñó, logrando que ella se incorporara riendo.

-Ni en tus sueños más húmedos, caniche rabioso- bromeó, haciendolo enojarse aún más al escuchar aquel apodo, pero ella corrió antes de que pudiera alcanzarla, desapareciendo entre la gente en las calles.

by my side | k. bakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora