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Atenea tenía la mirada fija en la pantalla de su teléfono, leyendo los mensajes sin respuesta.

Atenea

Iida-kun, ¿cómo vas?
Me aburro :(

¿Estás usando la ley del hielo
conmigo?

¡Te dije que el arroz se quemó solo!

¿Iida-kun?

Ey, lo siento, no quería hablarte
de esto, pero sabes que yo más
que nadie entiende lo que estás
pasando, por favor no cometas
locuras

Dejó salir un suspiro, mirando hacia la ventana, llamando la atención de Midoriya.

-¿Sucede algo, Atenea-kun?- ella le sonrió triste, asintiendo con la cabeza.

-Iida-kun no ha respondido mis mensajes desde que nos despedimos, ¿a ti si?- el de cabello verde negó con la cabeza, mientras Gran Torino observaba la escena.

-Ya dejense de tonterías, ponganle emoción, vamos a patear el trasero de algún delincuente- justo cuando la azabache iba a contestarle con una sonrisa, algo chocó contra el tren en el que iban, rompiendolo y cayendo dentro de él. El mayor se levantó rápidamente, golpeandolo con sus pies, empujandolo afuera y yendo con él. Midoriya tomó a la chica, saltando fuera de aquel lugar, intentando seguir a su entrenador.

Al perder su rastro, frenó en una de las calles, soltando a la azabache, mientras ambos miraban en todas direcciones.

-Bueno, eso me hizo quedar mal, pero gracias- dijo Atenea mientras acomodaba su traje, hasta que sintieron una explosión, y antes de poder intercambiar miradas salieron corriendo en dirección a ella. Cuando llegaron, todo estaba prendido fuego y los héroes luchaban contra seres parecidos al Nomu que habían visto en el incidente de la U.S.J.

-Avisale a Endeavor que el asesino de héroes fue visto por esta zona- gritó uno de los héroes a otro, y antes de que Midoriya pudiera hacer la conexión, Atenea ya había tomado su mano y corría por los callejones, recordando cuando vio en las noticias cómo habían atacado al hermano de Iida.

El Asesino de héroes siempre ataca en callejones oscuros y despoblados.

De pronto, vio a tres personas en un callejón, por lo que soltó a Midoriya y se adentró en él, reconociendo el traje de su amigo. Levantó ambas manos mientras se acercaba a ellos, dado que el villano ya la había visto, y se encontraba clavando una de sus espadas en el hombro de su amigo.

-Tú debes ser el asesino de héroes- aseguró acercándose cautelosa, sin querer hacer ningún movimiento brusco por miedo de la integridad del cuerpo de su amigo.

-Estudiantes de la U.A., ¿no es así?- la azabache maldijo internamente al escuchar el plural, confirmando que el peliverde estaba detrás de ella, en vez de haber ido a buscar ayuda como esperaba -Mejor si los mato ahora, me ahorro tener que hacerlo cuando sean falsos héroes- dijo sonriendo, sacando bruscamente la espada del hombro del chico y pasandola por su lengua, con la chica a unos metros de él.

-¿Con qué criterio?- el hombre se quedó confundido ante su palabra -¿Con qué criterio un héroe es falso?- volvió a preguntar, aún con las manos en alto y caminando lentamente hacia él.

-Todos son falsos, sólo buscan el beneficio propio, como este mocoso- escupió, apuntando al jóven en el piso con su espada, haciendo que la sangre de la azabache hirviera, pero debía acercarse más.

by my side | k. bakugoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora