Mi segunda sombra

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Matones.
Anastasia Steele 5 años.
Secuestro.

Papi dijo que lo mejor que podíamos hacer hoy era salir un rato para ir al parque. Por primera vez no tenía ganas de jugar en todos esos lindos juegos. No quería estar cerca de lo niños. Solo de papi y maxi.

Me hubiese gustado quedarme en mi habitación y colorear lindos dibujos para después dárselos a mamá para que ella los guardara en su carpeta especial. Veo como los niños y niñas corren por todos lados. Verónica y Max lo imitan. Ellos no tiene miedo.

Yo si. Me abrazo lo más fuerte posible del brazo de mi mami. Ella acaricia tiernamente mi cabello suelto y largo mientras tarareaba mi melodía preferida. De lejos vi a papi el estaba hablando con los hombres de traje que siempre nos siguen.

El dice que ellos son nuestras protección. Veo con ojos melancólicos los columpios. Están completamente solos. Eso no me hará daño. Mire a mami si vista estaba fija en mis hermanos ella nunca los perdía de vista.

_Voy a jugar en los columpios mami - digo mientras me bajo de la banca con un pequeño salto.

_Esta bien Annie yo te estaré vigilando - me da un beso en la frente. Mami está triste y no sé porque.

Me encamino un poco nerviosa a los columpios. Ojalá que ningún niño se acerque. Me subo con cuidado en uno de ellos para luego mecer me con cuidado de no caerme. Siempre me gustaron estas cosas. El viento golpea mi cara y alborota mi cabello.

Lo único que sentí fue cuando una mano gran se posó en mi boca. Pegue un chillido por el susto. Su brazo rodea mi cuerpo y me hala con fuerza al suyo. Comienzo a patalear con fuerza y a gritar también.

_¡Annie! - el grito desesperado de papá me hace gritar más fuerte.

El hombre sale corriendo. El es muy rápido. Papi porfavor sálvame. Todo mi cuerpo tiembla tengo mucho miedo. El hombre me tira a una camioneta sucia. Sus ojos negros me asustan. Me pegó por completo a la puerta la cual está cerrada con seguro.

_Me van a dar mucho dinero por ti mocosa - me mostró una sonrisa. Todos sus dientes están de un color amarillento.

El se acerca mientras yo comienzo a chillar con fuerza. Pone sobre mi boca un pañuelo blanco con un olor raro. No se en que momento me quedé dormida.

Estoy en un cuarto oscuro está muy sucio y huele muy mal. Quiero a mi mami y a papi los hombres malos me separaron de ellos. Tengo mucho miedo no se cuanto tiempo he estado aquí. Tengo mucha hambre mi pansita gruñe.

Siempre nos estamos moviendo no nos quedamos tanto tiempo en el mismo lugar. La mayor parte es dormida siempre que me pone es pañuelo con olor raro en mi nariz caigo en el mundo de los sueños. Te mucho miedo que esos hombres hagan lo mismo que me hizo Miguel. Ya papi no está para salvarme.

La puerta se abre de golpe dejando ver a uno de esos hombres. El siempre tiene un palito que en su punta tiene una luz. Se acerca a mí a grandes zancadas. Yo camino hacia atrás hasta que siento la pared.

El se termina de acerca ya lo tengo muy cerca. Tengo mucho miedo. Las lágrimas no pares de bajar por mis mejillas.

_La niña de los ojos azules - dice con una gran sonrisa mientras se lleva el palito a tu boca - ¿Como estás? - me pregunta con irónica. El frunce el ceño al ver que no respondo - ¿Te comieron la lengua los ratones? - sus dientes están apretados. Esta muy molesto - bueno parece que no quieres hablar - saca el palito de los de su boca para luego lanzarme humo en la cara.

Ese olor es tan asqueroso. Toso por culpa del humo que salió de su boca. ¿De estará quemando por dentro?. Me agarra del brazo para luego tirarme en el colchón sucio. Me levanta la camisa la cual está muy sucia.

Cierro por fuerza mi boca al sentir el ardor en mi panza. No quiero gritar pero eso duelo mucho. Quema mucho me arde la piel. Lo aleja de mi y lo vuelve a pegar en otra parte.

_¡NOOO! ¡DÉJAME! - le gritó con todas mis fuerzas pero el no hace casi - ¡ME DUELE! - las lágrimas que habían calmado un poco pero vuelven a salir con más ferocidad.

No sé cuántas veces me lo pegó en la piel. Ya no aguanto más. Mis ojitos de están cerrando por su solos. Puedo escuchar cuando la puerta se abre con fuerza. Hay muchos gritos los cuales provienen de esos hombres.

_¡La policía está afuera tenemos que irnos de aquí! - sus gritos son de enojo y furia.

_¿Que vamos hacer con la niña? - el hombre que me pegó el palito pregunta en voz baja.

_No se - escucho unos pasos que se acerca a mí. Mi respiración se acelera. Porfavor no más. Siento que unas manos tocan mi pancita.

_¡AAAAAH!.

Regresan a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora