Capítulo 24

335 35 7
                                    

POV: Anastasia Steele

Estados Unidos Seattle, 8:00 AM, Miércoles

Todo a mi alrededor se esfumó dejándome en la deriva. En mi mente solo había una cosa rondando, el los va a matar, acabará con ellos. La dulce cara de Christina aparece con un resplandor. Las voces se escuchaban como eco, todo daba vueltas tan deprisa hasta que todo se detiene haciendo que caiga de bruces.

_¡Comunicate con Michael si no han despegado que ni se le ocurra y si están por los aire que aterricé! - Christian comienza a gruñir órdenes - ¿Nena?.

Siento leves golpes en mi cara pero nada me hace entrar en si. Es como si estuviera entre el cielo y el infierno. Estoy sobre la gruesa línea aquí no puedo hacer ni sentir nada.

_Ana, soy Flynn - toquetea mi muñeca varias veces, ¿Estoy muerta? - Ana todo estará bien.

No no estoy muerta, pero ellos si, ellos los estarán en cuestión de minutos. Mi familia.

_Christina - digo en un jadeo - Christian ellos están muertos - las lágrimas calientes ruedan en mi mejilla.

_No lo están pequeña, ya están llamando ellos están bien - mi cara se contrae por el gran dolor que me está carcomiendo por dentro y derrepente mi mundo se fue en negro.

No puedo quejarme, me columpio con fuerza, hacia adelante y hacia atrás, en un momento estoy apunto de tocar el cielo y al otro se me escapa entre los dedos. La brisa golpea con ferocidad mi rostro, alborota mi cabellera, me envuelve entre sus brazos de seda.

No puedo quejarme, a pesar de ser un patio tan pequeño es muy acojedor. Las aves vuelan sobre mi cabeza mientras que las mariposas revolotean cerca de mis pies. Los sonidos que tiene la naturaleza para mí me enseñaron a mantener la calma.

Ahora sí puedo decir que lo considero mi hogar. Aquí es donde pertenezco, donde en vez de dolor solo hay amor, donde en vez de sufrimiento solo hay alegría, donde en vez de llanto solo hay sonrisas. Aquí soy libre, en este lugar nada ni nadie me puede hacer daño.

Aquí está mi nueva familia.

_¡Christina! - el grito de mamá me hizo sobresaltar. Ella se encontraba en la puerta que da a la cocina - ¡Christopher está apunto de llegar y tu padre nos quiere todos juntos!.

Mi corazón revoloteo de felicidad. Baje del columpio con rapidez corriendo entre el césped para llegar a ella.

_¿Estas emocionada? - me pregunta mientras pasa su brazo por mis hombros.

_Si madre, fueron muchos meses sin verlos - nos encaminamos a pasos lentos hasta llegar a la sala. Padre ya estaba ahí esperando.

_Mis dos terrones de azúcar vengan acá - las dos llegamos hasta el sentandonos una a cada lado de papá.

_¿Cuánto falta para que llegue? - le pregunto con una gran sonrisa.

_Como unos 5 minutos Chrisi - yo asiento con entusiasmo.

En el momento que la puerta principal sonó yo me puse de pie como un resorte. Al verlo cruzar el umbral no me pude resistir.

_¡Christopher! - el estaba todo ensangrentado, de pies a cabeza. Mamá y papá estaba igual y lo único que salió de su boca era una gran verdad.

_Nuestra muerta siempre será culpa tuya.

Desperté chillando y pataleando del miedo, mis pulmones estaban en llamas y mi corazón estaba apunto de salirse de mi pecho. Las lágrimas rodaban sin control por mis mejillas, estaba completamente sola en mi habitación. Me acosté haciéndome lo más pequeña posible. Todo esto que está pasando es mi culpa, yo soy la única culpable. Me abrazo con fuerza, tengo frío, tengo mucho frío. Pero ese frío no proviene de afuera, el está dentro de mi congelando hasta el último de mis huesos.

Regresan a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora