Capítulo 18

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POV: Christian Grey

Estados Unidos Seattle, 9:05 AM, Domingo

Desespero esa es la primera emoción que se arremolina en mi cuerpo en el momento que cierro la puerta del baño. Ella no está aquí al igual que los de seguridad. La histeria y miedo que vi en los rostros de las enfermeras y doctores llega a mi mente. ¿Se abra escapado y los chicos la están buscando?.

_Busquelan por todo el hospital - digo con la voz en un simple murmullo.

Intento con todas mis fuerzas calmar el latir errático de mi corazón. Ana hubiese llamado. Mi subconsciente me mira con los ojos como platos. Su miedo es el mío, todo dentro de mi se contrae al entender su pequeña frase de tres palabras. Se la llevaron. Un grito de frustración se escapa de mi garganta, mientras que mi puño se impacta innumerables veces contra la pared blanca la cual va adquiriendo pequeñas manchas de sangre.

Mis rodillas flaquean haciendo que caiga sobre ellas. Mi cuerpo se estremece al sentir como el dolor se expande por todo mi ser. Muchas preguntas se comienzan a formar en lo más profundo de mi mente, ¿Por que se la llevaron?, ¿Que hará con un vegetal?. Ese solo pensamiento hace que la bilis suba por mi garganta. Arrugó la cara al sentir el sabor ácido que quedó impregnado en mi boca.

Nada de esto tiene sentido, ella no puede hacer nada, ni siquiera defenderse. Mi corazón se oprime con fuerza, horribles escenarios comienzan a crearse en mi mente. Cajas sorpresas llegando a nuestras casa con una parte de su cuerpo ensangrentado dentro. Aparto con rapidez eso de mi mente. No puedo quedarme aquí tengo que salir a buscarla. Me levanto con las piernas temblorosas, veo con nostalgia su cama alborotada.

En este momento me encantaría que estuviera en ella, con sus delicadas pestañas rosando sus pómulos y sus labios un poco reseco entreabiertos. Salgo dando tumbos de la pequeña y aficxiante habitación. Empujó de un lado a otro cualquier persona que se interponga en mi camino. Necesito encontrar a mi esposa. Siento como si las paredes blancas se cerraran contra mi así sintiéndome claustrofóbico y derrepente todo se vuelve negro.

El sol resplandeciente se refleja en el agua cristalina, la paz que trasmite este lugar es increíble.

_Aqui puedo ser libre - giro un poco la cabeza para encontrarme con los ojos más hermosos que he visto.

No puedo dejar de mirarla y se que cualquiera que lo haga dirá que se parece a un ángel.

_Aqui siento que no estoy escapando de nada, este lugar tiene magia porque es capaz de controlar mis pensamientos tormentosos - muerden juguetonamente su labio inferior, con el pulgar lo libero de su encantadora prisión - aquí no puedo escapar no puedo hacer nada, solo dejarme llevar hasta que en mi cabeza todo esté en orden.

Acarició con delicadeza su suave y aterciopelada mejilla, ese simple tacto deja una sensación de hormigueo en mi mano. Me da un cálido beso en mi pulgar. Se levanta para poder deshacerse de vaporoso y sencillo vestido de tirantes. Este cae al suelo junto a sus bragas.

Su piel pálida adquiere un poco de color gracias al resplandor que nos proporciona el sol. De un ángel listo para la guerra se convierte en una bola de fuego de la cual sale una hermosa y sedosa mariposa.

Ella me llama con su hermosa he hipnotizante voz de sirena. Al igual que ella me deshago de mi ropa. El agua está tibia lista para que mi cuerpo un poco tembloroso entre en calor. Sin pensarlo la agarró por la cadera pegandola por completo a mi cuerpo.

Busco con desespero sus labios los cuales me reciben con la misma efusividad de siempre. Ella siempre está preparada para mí, enrolla sus largas y finas piernas alrededor de mi cadera. Sus ojos azules ahora dilatados me suplican que la haga mía, pero yo necesito escucharla.

Regresan a mi Donde viven las historias. Descúbrelo ahora