Cap47. ¿Cuento de hadas o realidad?

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Armando Mendoza, regresando de su viaje para buscar más franquicias. Bajando de su carro deportivo con gafas de sol, desabrochado un botón de su saco obscuro y maletín de piel. Se adentra a las oficinas de Ecomoda, saludado a todos los empleados con un severo Buenos días o un ligero movimiento de cabeza. Cuando llegó a la planta ejecutiva fue directo al despacho de Beatriz para informarle sobre cómo le fue en su viaje y también para darle un regalo. Cuando entro no la vio, ni por el archivador, ni en el baño, ya que la puerta estaba abierta, pero cuando escuchó su voz guiando a unos hombres y decirles que esperen momento fuera, se preparó para decirle todo, y darle su regalito.

B: Espérenme aquí por favor, voy por unos folders - Pasa a su despacho - ¡Don Armando! - Se asusta y pone una mano en su pecho -
A: Perdone por asustarla, pero es que no la vi por ninguna parte y preferí esperarla
B: Ya, ¿Que necesita?
A: Le vengo a entregar el recorrido que di por los países - Le entrega las hojas - Dos días antes toda la gente que está en la primera planilla va a venir para ver como son las instalaciones de Ecomoda, también para saber sobre cómo será el contrato, eso se los puedo explicar yo o si quiere los dos juntos
B: Serian los cuatro, Nicolás Mora y Doña Marcela, tienen que estar presentes ¿Algo más?
A: No - Dice en susurro - Bueno si - Toma de sorpresa a Beatriz, pues lo veía muy dispuesto a pasar por esa puerta y no verlo hasta más tarde - Tenga - Le entrega su dichoso regalo -
B: ¿Qué es esto? - Arruga el entrecejo -
A: Un regalo, es un reloj, una edición ilimitada, cuando lo vi pensé en usted y bueno, lo compre - Le muestra una sonrisa nerviosa -
B: Se ve que es muy caro y no lo puedo aceptar - Se lo entrega de nuevo -
A: No, no, de verdad, lo hago de buena voluntad, se lo regalo
B: No, es que es muy caro, no se pero - Escucha una voz de hombre llamándola, hasta que ese hombre pasa la puerta de la oficina de presidencia - Doctor
X: Doctor, ¿Esta lista?
B: Si, espere un momento ¿Si? Bueno, lo presento - Se acerca a él - Doctor Armando
A: Un gusto - Le da un fuerte apretón de manos y pone cara seria -
B: El es el doctor - La interrumpe -
JO: Doctor José Omar - Lo saluda de la misma forma -
B: El y sus compañeros de trabajo vienen aquí para cerrar un trato con una parte de su empresa, sobre el departamento de ropa
A: ¡Ah! ¿Tienen varios departamentos?
JO: Si, departamento electrónico, de hogas, ropa, etc. Estamos interesados a cerrar el trato para tener más ropa de marca en el este departamento
A: Ya
B: Bueno, Doctor José Omar ¿Le importa si espera un momento fuera?
JO: Claro que no doctora Pinzón - Sale de la oficina -
B: ¿Algo más, Don Armando?
A: No
B: Bueno, pues me tengo ir a atenderlos

Sale de la oficina y deja a Armando solo, el reloj que le compró aún lo tenia en sus manos, sabia que Beatriz no se pondría una cosa de tal lujo, ella siempre fue una mujer muy básica, ni del mal término, si no que siempre le gustan las cosas más sencillas, que no cuesten tanto dinero, o eso creyó pues le había visto unos par de aretes y una pulsera que se veían muy caros. ¿Solo le acepta los regalos a Michel? Pues sabia que el se los había regalo. Salio del despacho de Beatriz y se fue para el de él, aún tenia el reloj en mano, no se lo dejo, pensó que tal vez, es mejor no regalarle nada de eso, y que algo que si le gustaría sería unos chocolates y un oso de peluche ¿No?

...
Beatriz estaba hablando con los hombres de la compañía para cerrar el trato, le dijo que en el contrato se debe de dar el mismo precio a la ropa, dándole los créditos a Ecomoda, y que todas las prendas que alguna vez se hagan y salgan al público se les pasará a ellos. Ellos aceptaron, ambas partes estaban completamente complacidos, pues la compañía ganó ropa para su departamento de moda y Ecomoda ganó más dinero y más publicidad, ya que esa compañía estaba siendo éxito en toda Latinoamérica. José Omar, el dueño de esa empresa, colombiano de buen porte, cabello corto y peinando hacia atrás, piel blanca, y bueno, tenia barba, una voz grave, el es el tipo que podría enamorar a cualquier mujer, pero el solo busca a una mujer en específico, aún está esperando a esa mujer para darle el anillo y casarse con ella, pero ninguno de ellos lo sabían. Hombre y mujer estaban en la misma empresa sin cruzar miradas, ni caminos. Por ahora.

José Omar le entregó unas invitaciones a Beatriz para un cóctel para que vean sus nuevos productos. Ellos habían entablado una amistad muy rápido, pues los dos tenían cosas en común pero no eran el tipo del otro. El cóctel era dentro de dos días, ella acepto y también le había entregado otras invitaciones para los otros ejecutivos. Cuando se fue ella le dio la orden a Aura María de entregar esas invitaciones a cada uno, cuando iba en dirección al despacho de Marcela se detuvo, y pensó que era mejor dejársela a Patricia y que ella se lo entregara.

P: ¿Que? No, no, a usted le dieron la orden y usted la entrega
A: ¿Ah si? Pues es que ya caminé mucho y estoy casada patico, hagalo usted, está cerca
P: Lo voy a hacer solo porque se ve que es importante, no porque usted me lo diga - Se levanta y va en camino a la oficina de Marcela pero antes de entrar se detiene - ¡Pechugin! - Y por fin se adentró -
M: ¿Que son esos gritos?
P: Nada marce, nada, mira - Le extiende el papel -
M: ¿Que es eso? - Deja de escribir -
P: No se, a mi solo me lo entrego la... - Se detiene antes de decirle su apodo - Esta Aura María, me le entrego
M: Hmmm - La mira dudosa y agarra el papel, después lo destapa, lo va leyendo hasta que - ¿Quien es José Omar?
P: No se, de seguro uno de esos señores que vino esta mañana para algo
M: ¿Esta mañana? ¿A qué hora?
P: A las nueve marce
M: ¿Que hicieron?
P: Pues solo se que era una junta para un negocio que betty iba a hacer con ellos, no se bien marce, mejor le preguntar tu, por qué a mí no me gusta meterme en chismes
M: Aja, según tu - Hace a un lado la invitación -
P: ¿Y qué es?
M: Una invitación
P: ¿Para?
M: Coctel
P: ¿Cuando es?
M: Dentro de dos días
P: ¿Vas a ir?
M: No se
P: ¿Y quién es ese hombre?
M: ¡Ay Patricia! ¡Por Dios! ¿Quieres que vaya y le pregunte y le diga ¿Quien es usted? ¿Porque vino esta mañana a cerrar un negocio? ¿Poruqe me está invitando a un cóctel? Quieres eso?
P: No, pero pues supuso que tu lo sabias
M: Pues no, ni si quiera he escuchando su nombre en ninguna parte, ni de su empresa y deja trabajar si - Patricia se levanta -
P: Mira, Marcela Valencia. Tu te estas amargando muy rápido, yo digo que deberías ir y conocer más gente no se, que tal si se te aparece un galán ahí ¿Ah?
M: No digas tonterías y sal

Patricia salió de ahi haciendo sus movimientos bruscos con cadera y brazos, como si se tratara de un dinosaurio dentro de una mujer.

Marcela ya se había negado a conocer a alguien más, pues Armando se encargó de destruir todo de ella, ya no tiene la misma seguridad de antes, de que si tiene una pareja no le sea infiel, o que no la valore, es por eso que se niega conocer a alguien más. Pues en su mente ya no hay príncipes, ni caballeros con armadura, nada de nada, solo había una historia donde se la cuenta una y otra, que trata que la princesa la dejaron abandonada en su castillo y que no hay más escapatoria. Pero al fin y al cabo, hay alguien ahí que la va a sacar, pero esta vez ya no será un cuento de hadas, si no una realidad.

Con un beso en la noche;(Betty x Michel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora