Capítulo 41: Destructivo ascenso

1K 67 60
                                    




Escuchando a mi hermana, a lo lejos, discutir con mi madre por algún motivo desconocido, mis ojos se abren pesadamente, haciéndome tomar consciencia de mi entorno. Con ganas de seguir durmiendo, mis brazos atraen con más fuerza el cuerpo de Ly, la cual descansa tranquilamente contra mi pecho. Inhalando el dulce aroma de su cabello, el sueño poco a poco me comienza a vencer de nuevo, pero entonces unos golpes en nuestra puerta perturban el esfuerzo. Mirando a la puerta con odio, pensando que será mi madre, la cara molesta de Sara se asoma fugazmente, provocando que frunza el ceño confuso.

—      Arriba. —anuncia mi hermana con el ceño igual de fruncido—. Mamá dice que vamos a comer fuera con los padres de Ly. 

—      ¿Así sin avisar? ¿No podía ser una cena? —protesto viendo el mismo pensamiento en la cara de Sara.

—      ¿Qué quieres que te diga? —dice yéndose y cerrando la puerta de mal humor.

Lanzando un suspiro, bajo la mirada a Ly, la cual está tan dormida que ni se ha enterado de la irrupción de Sara en nuestro cuarto. Con nulas ganas de molestarla, mis brazos abrazan con más fuerza su cuerpo, mientras inclino mi cabeza para dejarle varios besos en su cabello. Notando como hace una profunda inspiración, sus manos me rodean para juntarnos aún más, restregando su rostro por mi pecho como lo haría una mascota.

—      Ly. —digo con pena por molestarla—. Tenemos que levantarnos, mi madre ha dicho que vamos a ir a comer con tus padres por ahí.

Acariciando su espalda lentamente, un ronroneo de protesta resuena entre nuestros cuerpos, finalizando cuando Ly alza su cara para mirarme, teniendo que parpadear varias veces para conseguir enfocarme a duras penas.

—      Lo siento. —murmuro dejando un fugaz beso en sus labios antes de tumbarme boca arriba en la cama.

Lanzando un suspiro de resignación, Ly me vuelve a abrazar apoyando su mejilla en mi hombro, quedándonos en ese momento de paz durante varios segundos que a mi se me hacen demasiado fugaces.

—      Creo que empiezo a entender porque la gente no suele soportar a sus suegros. —murmura Ly con la voz rota, haciendo que una ligera carajada resuene en mi pecho.

Escuchando más ruido y movimiento en la casa, sé que no nos vamos a poder librar de esto, por lo que termino rompiendo nuestro abrazo para salir de la cama, escuchando una nueva protesta de Ly en forma de murmullo.

—      Venga va, cuanto antes empecemos, antes acabaremos. —digo mirándola revolverse entre las sábanas, queriendo desaparecer debajo de ellas.

—      ¡Oye! —protesta riendo cuando le doy un azote a su tentador trasero.

—      Arriba. —respondo con su misma sonrisa.

—      Si no me levanto, ¿me darás otro? —reta Ly con una mirada juguetona, alzando su culo.

—      Si te levantas, nos duchamos juntos y te doy todos los azotes que quieras. —murmuro viéndola sonreír de nuevo, alzándose rápidamente.

—      Haberlo dicho antes. —contesta riendo, acercándose para rodearme con sus brazos y besarme.

Terminando nuestro beso, le dejo una caricia en la mejilla antes de dirigirme al armario, donde saco rápidamente una vestimenta preparada antes de irme hacia la puerta, dejándole un nuevo y suave azote a Ly que recibe con un murmullo de aprobación.

—      ¿A dónde vas? —pregunta Ly viéndome ir hacia la salida de nuestro cuarto.

—      A la ducha. —respondo con una sonrisa.

LibidinosaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora