Capítulo 20: ¡Felicidades, Dy!

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Sintiendo que algo me reclama en la vida real, inútilmente intento aferrarme al precioso sueño que tenía, provocando que abra los ojos pesadamente y de mala gana, hasta que veo el rostro risueño de Ly dejándome cortos y constantes besos en mis labios.

— ¿Qué pasa? —pregunto sonriendo y rodeándola con mis brazos.

— Es muy tarde y hay que ir a desayunar. —responde acariciando mi adormilado rostro.

— Aún tengo sueño. —contesto escuchando su risa.

— Y yo, ¿pero de que sobreexcitada personita es la culpa de que nos fuésemos a dormir tarde? —replica Ly haciéndome reír.

— Pero estuvo bien, ¿no? —comento sonriente bajando la mano de su cadera a su trasero para acercarla a mí, dándole un largo beso.

— Muy bien... —dice copiándome el rostro y mordiéndome el labio.

Acariciando su piel hasta llegar a su rostro, rápidamente acelero el beso incorporándome levemente en la cama, apresándola mínimamente debajo mio, hasta que con una breve risa se separa de mis labios y me aparta ligeramente.

— Antes de que te dé otro arrebato sexual... —murmura Ly con cara divertida mirándome a los ojos—. Feliz cumpleaños.

— Gracias, mi diosa. —contesto volviendo a atacar sus labios, siendo nuevamente frenado.

— No creas que no tendría ganas de pasarme el resto del dia en la cama contigo, pero comienza a ser muy tarde y tu madre me dijo ayer que intentara que bajásemos a una hora decente. —replica Ly con cara de pena haciéndome suspirar.

— ¡Argh! Está bien. —comento dándome por vencido, dejando caer nuevamente mi cabeza en la almohada.

— Pues venga, arriba. —responde Ly apartando la fina sábana blanca para sentarse, permitiéndome admirar su cuerpo desnudo.

— Bueno, pensándolo mejor, por cinco minutos más no pasa nada, ¿no? —pregunto agarrándola de las caderas para evitar que se levante, provocando que la mire con cierta suplica—. Es mi cumple...

— Está bien. —accede mi castaña con un suspiro y una sonrisa, haciéndome sonreír a mi también mientras la atraigo hacia mí para tumbarla a mi lado, lanzándome a por sus labios a la vez que mis manos la acarician completamente.


*******


Después de una sesión de besos y caricias más, finalmente Ly y yo nos duchamos y bajamos al salón con el resto de la familia, tardando casi diez minutos en poder sentarme a desayunar al tener que recibir las felicitaciones de mis padres y los de mi castaña.

Aunque para alguien ajeno a mi vida pueda sonar triste, desde que era niño tanto Ly como yo nos acostumbramos a celebrar los cumpleaños solamente con la familia, tanto porque preferíamos la soledad para pasar nuestro dia juntos, como porque no teníamos gran cantidad de amigos.

Pero al revés de lo que pueda parecer, para nosotros son días especialmente felices y alegres. ¿Para qué necesitamos invitar a gente? ¿Para qué necesitamos regalos inútiles? ¿Para qué necesitamos escuchar las felicitaciones vacías de emociones de personas que no son importantes en nuestra vida? ¿Para qué? Para nada. Solamente necesito a Ly.

— Esto es mejor que el rio. —comenta Ly cuando varias horas después del desayuno nos encontramos cerca del lago, tumbados cómodamente sobre una manta en una zona tranquila y sin apenas gente a nuestro alrededor.

— Sí. —admito respirando el puro aire, mientras unos tímidos rayos de sol van calentando nuestra piel levemente.

— Cuando nos casemos y nos vayamos de casa, quiero vivir en un lugar con jardín. —dictamina Ly haciéndome reír.

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